ROMA (ANSA).– La línea de defensa frente al Covid-19 representada por los linfocitos T se mantiene y es capaz de reconocer y combatir eficazmente el virus durante al menos seis meses, sea cual sea la vacuna aplicada o la variante del virus padecida.
La buena noticia proviene de un estudio realizado por investigadores del Instituto de Inmunología de La Jolla en colaboración con el Hospital Irccs Policlínico San Martino de Génova y la Universidad de Génova. La investigación, publicada en la revista Cell, indica que la aparición de nuevas variantes de Covid representó el principal obstáculo para superar la pandemia en los últimos dos años: las mutaciones acumuladas por el virus lo hacen menos reconocible para los anticuerpos desarrollados después de la vacunación. La aparición de ómicron acentuó esta tendencia.
Sin embargo, numerosos estudios de los últimos meses demostraron que si bien la primera línea de defensa que representan los anticuerpos específicos contra la proteína spike del virus pierde su eficacia, no lo es para la retaguardia: los linfocitos T. La respuesta efectiva de estas células no evita que contraiga la infección, sin embargo, ayuda a reducir el riesgo de desarrollar una forma grave de Covid.
El nuevo estudio ahora confirmó esta hipótesis. La investigación se realizó en 96 personas que habían recibido alguna de las vacunas disponibles o en evaluación en Estados Unidos: Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson y Novavax.
Ninguno de ellos había recibido la dosis de refuerzo. Las pruebas realizadas a los seis meses mostraron que, independientemente de la vacuna aplicada, las células T desarrolladas después de la vacunación pudieron reconocer de manera efectiva todas las variantes.
En concreto, el 90% de la eficacia de la respuesta inmune por parte de las células T CD4+ y el 87% de las células T CD8+ se conservaron frente a las variantes preómicron. Con ómicron los porcentajes bajaron al 84% y 85% respectivamente. Los resultados se explican por el diferente funcionamiento de los linfocitos T en comparación con los anticuerpos.
“Dados los resultados de las pruebas a los seis meses de la vacunación, es muy probable que las células T de las personas vacunadas den lugar a una protección inmunológica a largo plazo o muy duradera frente a futuras variantes de enfermedades graves”, concluyó el estudio.