El contundente descenso de la curva de contagios de coronavirus registrado en las últimas semanas en el país después de haber alcanzado un récord de casos y el avance de la tercera dosis de la vacuna han instalado una pregunta ineludible: ¿se dará finalmente este año el fin de la pandemia en la Argentina?
Otro factor que puede ser crucial es que investigadores alrededor del mundo están desarrollando “vacunas de segunda generación” para atacar a las nuevas variantes, como delta y ómicron. Sin embargo, los especialistas consultados por LA NACION le ponen un freno al optimismo y señalan que el fin de la pandemia aún es una incógnita por las posibles mutaciones que puedan surgir, sobre todo en países donde la campaña de inoculación no fue más allá del 30% con las dos dosis.
“Que el coronavirus pase a ser un problema endémico va a depender de las nuevas variantes. Es cierto que la situación cambió mucho: ya se están implementando nuevas estrategias en la Argentina y en el mundo y los fallecidos, sobre todo, son las personas mayores y con comorbilidades. Pero hay que estar alertas, no es cierto que el virus solo se transforma en uno más contagioso pero menos letal, hay ejemplos de la biología que muestran lo contrario”, opina Jorge Aliaga, exdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y asesor de la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Por ejemplo, recuerda el especialista, la variante delta fue más contagiosa y también más letal que las anteriores. “Incluso ómicron, que se dice que es más benévola, no está generando más fallecidos por las vacunas que se aplicaron, habría que ver el desastre que hubiera hecho ómicron cuando no había vacunas. Por eso, yo todavía estaría alerta para ver cómo se comporta el virus en los próximos meses”, agrega Aliaga.
Hoy, en su conferencia de prensa matutina, Fernán Quirós, ministro de Salud porteño, aseguró que el país está en una etapa de “transición”. Consideró que la tercera ola provocada por ómicron, que llegó a un récord de 139.853 infecciones informadas en 24 horas el último 14 de enero, está en “proceso de finalización”. En ese momento, que fue hace relativamente pocos días, todos los centros de testeo estaban atestados de gente. Pero ahora, Quirós indica que las próximas olas ya no serán tan vertiginosas.
“Estamos en un período transicional que va desde grandes olas de enfermos, incluso con enfermos graves y mortales, a situaciones de olas más pequeñas y sobre todo de muchos menos enfermos graves y mortales”, dijo.
La curva de ómicron subió y bajó a una velocidad nunca antes vista durante la pandemia. Los especialistas consultados por este medio señalaron que al avanzar de manera voraz el virus rápidamente se quedó sin huéspedes para infectar y es explicaría el descenso brusco. Por el momento, en línea con lo que expresó Quirós, no se observan rebrotes importantes alrededor del mundo. El fuego se está apagando y, sin embargo, algunos especialistas señalan que todavía no es posible asegurar que la pandemia no va a recrudecer.
Un anhelo
Eduardo López, infectólogo y asesor presidencial durante la pandemia, cree que a medida que avance la tercera dosis (que hasta ahora la recibió el 32,7% de la población) los contagios van a empezar a descender aún más. Pero, advierte que en África y Asia hay países que aún no vacunaron al 30% de su población con dos dosis y eso podría implicar un riesgo para el resto del mundo. “La variante delta surgió en la India cuando aún no habían vacunado a su población, por eso hay que estar atento a lo que suceda en los países menos vacunados por el peligro de una nueva variante. De todos modos, creo que los casos van a ir mermando. Para que sea un virus endémico debería haber 1500 o 2000 casos por día como mucho”, aduce el especialista.
Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), cree que el mundo está transitando un cambio de paradigma, pero que no es posible asegurar que el panorama no vaya a empeorar en unos meses.
“El fin de la pandemia por ahora es un anhelo. Ese tan ansiado final lo vamos a poder establecer con el diario del lunes, es decir, retrospectivamente. La endemia supone que sea previsible la cantidad de casos que habrá en los próximos meses. Por ejemplo, con los virus endémicos se establece un parámetro de casos mínimos y máximos. Yo diría que todavía hay que ir despacio y mantendría los protocolos de cuidado”, argumenta Guzzi.
Los expertos recomiendan mantener los protocolos de cuidado Gerardo Viercovich
Más allá de lo que pueda suceder en los próximos meses, el mundo ya da señales que invitan a pensar que no está dentro de los planes que la situación vuelva a ser tan apremiante como lo fue durante algunos momentos del año pasado. España le sugirió a sus socios europeos empezar a monitorear la pandemia a partir de muestras tomadas estratégicamente que permitan hacer una proyección del avance de la pandemia. A nivel local, ya se dejó de hisopar a los contactos estrechos. En el caso de que presenten síntomas indican que no es necesario practicarse un test y directamente se los considera un caso positivo.
A su vez, la llegada de los autotest de coronavirus que se compran en las farmacias también propone una autogestión de la enfermedad y, si bien luego hay que informar el resultado al farmacéutico para que sea cargado en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud, hará que el Estado pueda empezar a destinar menos recursos al seguimiento de la pandemia.
Al mismo tiempo, la vacunación avanza, no solo en cuanto al número de personas inoculadas, sino que también se están desarrollando nuevas vacunas diseñadas para atacar las variantes que fueron surgiendo en estos casi dos años de pandemia.
“Pensando en los próximos meses, ya se iniciaron ensayos clínicos con vacunas formuladas con las mismas plataformas, pero con la secuencia de la proteína S de ómicron. Otras vacunas que se están probando ya no se enfocan solo en la proteína S, sino también en otras. Habrá que ver cómo resultan y evaluar en qué momento de la pandemia estamos antes de comprar nuevas dosis”, explica Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio VacSal de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora principal del Conicet.
Otro aspecto fundamental para determinar el fin de la pandemia, aunque no siempre vaya de la mano con la situación epidemiológica, es el comportamiento social. José Abadi, médico psicoanalista, opina que el acostumbramiento a una situación delicada va confiriendo una menor angustia.
“Lo desconocido y lo imprevisto van perdiendo, de a poco, su carácter más traumático. Por otro lado, el hartazgo hace que las personas estén menos pendientes de la pandemia. Además, también hay datos objetivos que invitan a hacer una lectura positiva del panorama”, concluye Abadi.