Desde la agencia de control de enfermedades hablaron sobre su baja efectividad y admitieron que analizan la posibilidad de combinarlas; en la Argentina se usa la Sinopharm
11 de abril de 202118:10
Agencias AP y ANSA
PEKÍN (AP).- En medio de un fuerte rebrote del coronavirus a nivel mundial, que provocó cierres en varios países de Europa y un número récord de 150.000 positivos en 24 horas en la India, y a la par que avanzan las campañas de vacunación desde China pusieron en duda la efectividad de los fármacos realizados en el país, implementados en varios países de América latina, como la Argentina y Chile.
Hoy la máxima autoridad de la agencia china de control de enfermedades, el director Gao Fu, brindó una conferencia en la que realizó una declaración inusual que llamó la atención de todos: habló de manera oficial de la debilidad de las vacunas.
Los fármacos chinos “no tienen tasas de protección muy altas”, dijo en la ciudad suroccidental de Chengdu, y agregó que por ello el gobierno del Partido Comunista está considerando combinarlas. “Ahora se considera oficialmente si deberíamos utilizar diferentes vacunas de distintas líneas técnicas para el proceso de inmunización’’, agregó Gao.
Si bien no dio detalles de posibles cambios en la estrategia, sí mencionó el mRNA, una tecnología antes experimental utilizada por fabricantes occidentales de vacunas, mientras que las farmacéuticas chinas emplearon técnicas asentadas. “Todo el mundo debe considerar los beneficios que pueden traer a la humanidad las vacunas de mRNA”, afirmó y tras ello añadió: “Debemos seguirlo con cuidado y no ignorarlo sólo porque ya tengamos varios tipos de vacunas”.
El funcionario estatal había cuestionado en el pasado la seguridad de las vacunas de mRNA. La agencia oficial de noticias Xinhua citó en diciembre unas declaraciones suyas en las que dijo que no podía descartar efectos secundarios negativos porque era la primera vez que se empleaban las vacunas en personas sanas.
China, el primer país en que se detectó una ola de casos de coronavirus, y donde los especialistas de la Organización Mundial de la Salud fueron para buscar datos y entender el origen de la pandemia, que ya lleva más de un año, es uno de los principales productores de vacunas y ya distribuyó cientos de millones de dosis a otras naciones, como la Argentina, donde en la campaña de inoculación es utilizada la llamada Sinopharm.
Otra de las drogas fabricadas en China es la Sinovac, que se implementa en Chile y que de acuerdo a una investigación realizada en Brasil cuenta con una tasa de efectividad para evitar casos sintomáticos de apenas un 50,4%. En comparación, la vacuna de Pfizer tiene una efectividad del 97%. Sin embargo en el país asiático aún no se aprobó ninguna vacuna extranjera.
Las dudas alrededor de estas drogas se suman ahora a la polémica en torno a la candidata para frenar la pandemia del laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford, cuya efectividad es cuestionada desde hace semanas debido a ciertos efectos secundarios, como trastornos en la coagulación, que llevaron a varios gobiernos europeos a suspender su uso.
Para el 2 de abril, unos 34 millones de personas habían recibido las dos dosis de las vacunas chinas, que se exportaron a 22 países, mientras que unos 65 millones de personas se habían puesto ya una dosis, indicó Gao.
En este contexto los expertos señalan que mezclar vacunas, proceso identificado como inmunización secuencial, puede impulsar las tasas de efectividad. Varios ensayos en distintas partes del mundo estudian el efecto de mezclar las vacunas o administrar una dosis de recordatorio tras un largo periodo de tiempo.