Horvat y D. Arambillet
En los dos últimos meses, las muertes por Covid-19 en el país se mantuvieron en los niveles más bajos desde que comenzó la pandemia. En ese período, dicen las autoridades, la mayoría de los fallecidos fueron adultos mayores con comorbilidades o no vacunados.
Un análisis de LN Data sobre información oficial de la provincia y la ciudad de Buenos Aires confirma la apreciación sobre la edad de las víctimas. Desde el 8 de septiembre hasta ayer, en territorio bonaerense murieron por coronavirus 414 personas; el promedio de edad, según el relevamiento, fue de 69,6 años. Y en la ciudad, en el mismo intervalo de tiempo, fallecieron 51 personas con un promedio de 71,8 años.
En el otro extremo, el detalle de las cifras muestra que en la provincia cinco menores murieron por Covid-19. Dos decesos ocurrieron en septiembre y tres, en octubre; fueron chicos de entre 2 y 16 años.
“Los números de fallecidos se redujeron al mínimo. En general, los que hoy mueren por coronavirus son personas mayores que tenían otras patologías previas y fallecen de coronavirus porque las enfermedades preexistentes ya estaban en un estado muy avanzado. Hay casos de personas no vacunadas que mueren, pero también tienen arriba de 60 años”, describieron fuentes del Ministerio de Salud bonaerense.
Entre los no vacunados, explicaron, hay dos grandes grupos. Por un lado, los que no se quieren vacunar por motivos ideológicos o por cualquier otro motivo. Por el otro, las personas que viven en lugares muy postergados que no se enteraron de la vacunación o no tuvieron acceso; también, argumentaron, hay trabajadores que salen a las 6 de la mañana y vuelven a las 20 a la casa, no encuentran el momento para ir a vacunarse y lo terminan postergando.
“Los menores de 50 prácticamente no mueren por Covid en este momento y eso demuestra la efectividad de las vacunas. No es probable que suba la letalidad pese a los contagios, salvo que aparezca algo que no conocemos”, agregaron desde el ministerio bonaerense.
Según los datos que entregó el Ministerio de Salud porteño a la nacion, en todo septiembre y todo octubre hubo un total de 108 fallecidos por Covid-19; de ellos, 67 corresponden a personas que no contaban con ninguna dosis de la vacuna contra el coronavirus, es decir, el 62%. De los 41 restantes, 17 o el 16% contaban con la primera dosis aplicada, mientras 24 o el 22% tenían el esquema completo.
“Este fenómeno se explica a partir de los mayores de 60 años, grupo etario al que corresponden 89 de los 108 fallecidos en ese plazo. Entre los menores de 60 años, solamente se registraron dos fallecidos con el esquema completo de vacunación”, indicaron fuentes porteñas, pero sumaron como variable a analizar si los que murieron con la inmunización completa se habían inoculado menos tiempo antes del necesario para generar un mayor título de anticuerpos.
En esa misma línea, ricardo Teijeiro, infectólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), describió que los adultos mayores siguen siendo los más vulnerables a pesar de la vacunación. “La mortalidad se está dando sobre todo en los mayores de 60. Dentro de eso, hay un grupo de personas con vacunación incompleta, pero los que más mortalidad tienen son aquellos con comorbilidades. Si bien las dos dosis ofrecen mucha protección, hay quienes tienen comorbilidades que hacen que la vacuna responda de otra manera que una persona sin enfermedades preexistentes”, dijo el especialista.
Eduardo López, infectólogo y asesor presidencial, también señaló que el factor clave para leer la mortalidad es la edad de los fallecidos. “El punto fundamental que marca la mortalidad es la edad; el 77% de las muertes son en mayores de 60. El segundo punto importante son las comorbilidades. Hay pacientes inmunosuprimidos que son de alto riesgo; la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares también tienen una gran incidencia en la evolución de un cuadro de coronavirus. El problema es que el 40% de la población todavía no cuenta con el esquema de vacunación completo y la variante delta ya circula de manera comunitaria en la ciudad y la provincia”, indicó López.
El dato de la vacunación cobra particular relevancia si se toma en cuenta lo que sucede en algunos países de Europa. “En general los países europeos que tienen un aumento de casos y de la mortalidad tienen vacunada a un poco más del 60% de la población. La Argentina ahora tiene una ventaja: vacunó tarde a la población, por lo que los títulos de anticuerpos en los vacunados están bien altos. A la vez, es una desventaja que el 40% de la población no completó el esquema”, agregó López.ß