MADRID.– Ap . En un giro de la estrategia sanitaria, el presidente español, Pedro Sánchez, anunció ayer que el país cambiaría de rumbo en cuanto al trato que se le da al Covid-19: el próximo paso será comenzar a tratar el coronavirus como una gripe común.

“Trabajamos en ello desde hace semanas. Tenemos las condiciones para que, con precaución y poco a poco, vayamos abriendo el debate a nivel técnico y empecemos a evaluar esta enfermedad como endémica”, dijo Sánchez a la Cadena Ser.

“Ahora, dada la enorme transmisibilidad del Covid, resulta un desafío muy grande cumplir estrictamente con los protocolos de vigilancia universal; se está haciendo imposible”, explica Amparo Larrauri, responsable del grupo de vigilancia de gripe y otros virus respiratorios del Centro Nacional de Epidemiología (CNE). Sánchez añadió: “La letalidad no es la que tuvimos en la primera ola, cuando fue un 13%, y hoy es del 1%”.

El cambio anunciado por el presidente socialista consiste en abandonar la notificación exhaustiva de contagios para pasar a una vigilancia “centinela”, tal como se aplica con la gripe, según adelanta ayer el diario El País. A su juicio, este debate se debe abrir también a nivel europeo, y para ello la ministra española de Sanidad, Carolina Darias, “lo ha planteado a ministros europeos”.

Por otro lado, el presidente, que confirmó que España alcanzará este mes el pico de la sexta ola de la pandemia, anunció la compra de 344.000 dosis de antivirales orales de Pfizer que reducen en un 88% la posibilidad de hospitalización. Pese a una exitosa campaña de vacunación y las medidas anunciadas, España aborda un auge sin precedente de contagios de coronavirus.

Aún así, ayer unos ocho millones de alumnos de primaria y secundaria reanudaron las clases tras un largo receso navideño. Las autoridades han acortado los períodos de aislamiento y suavizado los requisitos de cuarentena que afectaban a clases enteras cuando se producen brotes en las escuelas, para reducir las interrupciones en los centros.

El plan

En el plan planteado por Sánchez, se escogerá un grupo de médicos de primaria o centros de salud, combinados con ciertos hospitales, de manera estratégica, para que funcionen como puntos de control. Este método es el que, por años, funciona para el monitoreo de la gripe. El gobierno considera “insostenible” a largo plazo el monitoreo del Covid-19 como se ha hecho por los últimos dos años.

El procedimiento ya comenzó. Ya hay cinco comunidades que han empezado la prueba piloto de este tipo de vigilancia.

“Se deben elegir los puntos centinela notificadores de determinada forma para que sean representativos de la población del territorio vigilado, de forma que siguiendo la experiencia que ya tenemos en la vigilancia de la gripe, podremos saber la evolución epidemiológica y las características de circulación de determinados virus con una muestra de lo que está sucediendo. Con sistemas de vigilancia ya consolidados, probablemente conseguiríamos tener información precisa y de mayor calidad y se podría evitar lo que está pasando”, se refiere Larrauri al colapso de la atención primaria y la dificultad de notificación de casos que ha producido la sexta ola pandémica en España.

Los responsables del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes); los de la Ponencia de Alertas, donde están representados técnicos de todas las comunidades autónomas, y los del CNE tienen esta semana previstas varias reuniones para debatir este cambio de filosofía: cuándo y cómo se va a implementar. No tiene fecha, pero no se prevé antes del final de esta sexta ola.

Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, no cree que las próximas mutaciones del SARSCov-2 vayan a llevar a escenarios catastróficos.

Por el contrario, argumenta que por la particularidad de la variante ómicron, la tendencia será a la inmunidad natural o reforzada. “Dada la gran transmisibilidad, hay mayor proporción de personas resistentes a esta variable en el caso de los vacunados”, asegura.