La tecnología de una firma canadiense usa partículas vegetales que actúan como virus. Miles de voluntarios argentinos se están inoculando
Lunes 26 de Julio de 2021 La Capital
Una vacuna canadiense contra el Covid-19 de origen vegetal se está probando en humanos en Argentina, donde se realiza parte del estudio clínico de fase 3. Miles de jóvenes se inscribieron para recibir la “candidata vacunal” o el placebo. El trabajo de fase 3 también se realiza en distintas partes del mundo: Estados Unidos, Canadá, países de Europa y América Latina. El objetivo es llegar a los 30 mil voluntarios. Dos instituciones argentinas fueron elegidas: el instituto privado Mautalen y el Hospital Militar, donde ya se realizó en 2020 parte de la fase 3 de la vacuna Pfizer.
“La vacuna canadiense tiene un formato particular: se trata de una partícula extraída de una planta, que imita la coraza del coronavirus, pero en su interior no hay contenido genético, animal, ni conservantes”, explica la doctora Gisela Gianetti. Ella es parte del equipo de Mautalen que desarrolla la vacuna. Hasta ahora, reclutaron a 550 pacientes y el objetivo es llegar a 900.
En la actualidad, todas las vacunas en uso contra el Covid-19 se testearon en animales en su fase previa a las pruebas en humanos. Esto generó el rechazo de vegetarianos y veganos. Por esto, el desarrollo de una vacuna a base de plantas generó expectativas en estos sectores. Pero cabe aclarar que la iniciativa no tiene un trasfondo ideológico, que no es una vacuna “vegana”. Debe señalarse que las vacunas actuales no contienen ingredientes de origen animal, salvo algún excipiente y esto solo en algún caso. El desarrollo de la compañía canadiense Medicago en asociación con la británica Glaxo utiliza una tecnología basada en plantas de Medicago.
La tecnología clave
La tecnología se conoce como “Virus Like Particules (VLP),” que en español se traduce como “Partículas similares al virus”: se trata de utilizar partículas que se asemejen al virus pero que no lo sean. No es la primera vez que se utilizan plantas en este tipo de desarrollo. Las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) fueron las primeras que utilizaron esta plataforma y Medicago ya la aplicó en dos vacunas contra la influenza.
Para las pruebas de la vacuna canadiense se convoca a personas de 18 a 59 años, que no hayan tenido Covid. Estas se anotan en un formulario, acuden al centro médico, se les realizan los exámenes pertinentes y reciben una primera dosis (de vacuna o placebo). A través de una “app” van informando los síntomas y son vigilados activamente por profesionales. A los 21 días, reciben la segunda dosis. Cuando se apruebe la vacuna, todos los que hayan recibido el placebo van a poder tener la vacuna.
El miércoles 21 de julio, el gobierno porteño habilitó la inscripción para que se vacunen los mayores de 18 años, lo que también ya se estaba haciendo en la Provincia. Pero, ¿cómo repercute en el estudio clínico que la mayor parte de los sectores de riesgo y adultos mayores recibieron al menos una dosis de las vacunas disponibles?
“A nosotros nos va impactando día a día. En unos primeros momentos había voluntarios de edades más variadas. Aun así, hay gente a la que le llega su turno (para vacunarse) y elige seguir en el estudio, con esta plataforma. También hay mucha participación de gente joven, entusiasmada por un proyecto, sienten que ’forman parte de la historia”, responde la doctora Gianetti. Y agrega: “Ni la menor circulación viral, ni el número de personas vacunadas influyen en el estudio. Los resultados se pueden evaluar en dos meses o tres, cuando se junten 160 casos de Covid positivos entre personas que hayan recibido ambas dosis: entonces, se van a hacer los análisis interinos para ver si se aprueba como vacuna de emergencia”, explica.
El doctor Gonzalo Pérez Marc, del Hospital Militar Central, está a cargo del principal estudio clínico. “Somos el centro más grande del mundo para el estudio de la vacuna canadiense. Acá trabajan más de mil profesionales. Vacunamos diariamente a aproximadamente 500 personas. Ya superamos los cinco mil voluntarios y voluntarias con la primera dosis. Mil han recibido la segunda. La idea es que, dentro de dos o tres semanas, haya más de seis mil vacunados con ambas dosis”, relata.
El hospital se dedica a investigaciones de envergadura desde hace muchos años. La mayoría, aunque no de forma exclusiva, centradas en enfermedades respiratorias. “Cuando vino la pandemia estuvimos a cargo del estudio de plasma de convalecientes. A partir de eso nos eligieron para hacer la parte más grande de la prueba de fase 3 de la vacuna de Pfizer. A partir de lo bien que funcionó todo en cuanto a estándares de calidad, resguardo de los datos y metodología, los laboratorios nos empezaron a elegir para hacer la parte más grande de sus estudios”.