En 2020 recibían medicación unas 9 mil personas. Hoy son más de 14 mil. Las estrategias desde Salud pública para intentar revertir una tendencia preocupante
La diabetes es una enfermedad crónica y progresiva que se produce por exceso de azúcar en sangre y que con el paso del tiempo puede afectar distintos órganos, entre ellos el corazón y los riñones, y también la vista.
El número de pacientes se viene incrementado de manera alarmante en todo el mundo y lo mismo ocurre en Rosario. Según datos de la Secretaría de Salud pública municipal, la cantidad de personas que reciben medicación a causa de este diagnóstico trepó el 35% en los últimos dos años (coincidiendo con la pandemia de Covid). Los datos cobran relevancia en el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora hoy.
La contundencia del problema impulsó a la cartera sanitaria a profundizar en forma inmediata las estrategias para intentar revertir esta tendencia.
En 2020 alrededor de 9 mil pacientes que se atienden en los distintos centros de salud tenían indicación de pastillas o insulina inyectable para controlar sus valores de glucemia. Ahora son más de 14 mil.
Si se mira “la foto” de la última década, la cantidad de diabéticos asistidos en efectores públicos municipales se incrementó más del doble.
A esto hay que sumarle una cantidad muy importante de personas, de todas las edades, que no saben que transitan este problema de salud ya que, por lo general, los síntomas se presentan cuando la patología avanzó.
La mayoría de los pacientes rosarinos con diabetes tiene entre 45 y 70 años. Son más las mujeres que los hombres, pero esto, según evalúan los profesionales que los asisten, tiene más que ver con que las mujeres son más propensas a los controles médicos que los varones, y no obedece a una característica física propia del género.
Uno de los aspectos que también llamó la atención es el crecimiento “impactante” de embarazadas con diabetes gestacional. Mujeres muy jóvenes, de entre 18 y 30 años, que reciben el diagnóstico en el transcurso del embarazo y que de no iniciar y sostener un tratamiento adecuado pueden enfermarse de manera crónica.
Las acciones
La Capital habló con los médicos endocrinólogos Federico Carreto, referente de los centros de salud de las zonas este y norte; Elisa Sáez, referente de la zona suroeste y sur, y Matías Vidal, coordinador técnico territorial de la Dirección de Servicios de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario, quienes manifestaron que la situación requiere tomar acciones inmediatas y, por lo tanto, ya comenzaron a generar una estrategia que tiene dos ejes principales: acercar a los especialistas a los lugares de atención primaria y trabajar fuertemente en la prevención.
Además se fueron facilitando los métodos de diagnóstico para tener una evaluación más rápida de la condición de cada paciente.
Los médicos explicaron que en los centros de salud se sigue evaluando a cada vecino y se realizan los diagnósticos, pero se agilizó la interconsulta con los especialistas en los casos en los que se requiere un seguimiento más exhaustivo o intervenciones por problemas puntuales.
Los talleres de alimentación saludable, los distintos espacios de charlas y actividades para fomentar el movimiento están retomando el ritmo prepandemia, según explicaron, y habrá nuevas propuestas para el 2023.
El acento está puesto en intentar revertir los malos hábitos alimentarios y estimular la realización de actividad física en forma regular, ya que la obesidad y el sobrepeso están directamente relacionados con la aparición de la diabetes.
En los últimos dos años, distintos estudios realizados a nivel mundial, y también en la Argentina, mostraron un crecimiento importante de la cantidad de personas que sumaron que engordaron durante la crisis del Covid.
Esto trajo aparejado nuevos diagnósticos de diabetes, incluso en la población infantil y adolescente, y otro problema serio: personas que habían logrado estabilizar sus glucemias con cambios alimentarios, actividad física y medicación en algunos casos, volvieron a la situación inicial.
“Lamentablemente nos encontramos con pacientes que con mucho esfuerzo habían logrado cambios importantes y habían descendido de peso y se habían estabilizado con su diabetes, y que ahora, al regresar a los controles habituales, detectamos que están como al principio de la pandemia”, describió la doctora Elisa Sáez.
Respecto a la diabetes gestacional, señaló que “en el Roque Sáenz Peña, una maternidad modelo donde se evalúa muy bien a las embarazadas, nos encontramos con chicas jóvenes que vienen con muchos kilos de sobrepeso y con índices glucémicos muy malos”.
Los especialistas comentaron que en pacientes diabéticos volvieron a ver casos en los que fue necesario hacer amputaciones en pies por el daño vascular que la enfermedad produce, algo que ya no era para nada habitual entre estos enfermos.
Medidas saludables
Federico Carreto comentó: “Necesitamos implementar y profundizar medidas, sobre todo preventivas, para evitar que el problema sea cada vez mayor; sabemos que es un trabajo que no tiene impacto inmediato pero es fundamental hacerlo”. En ese sentido se refirió a la educación de la población en cuanto al cuidado de su salud, a la importancia de llevar una dieta balanceada para toda la familia, moverse, no fumar y no beber en exceso. Medidas clave para alejar las enfermedades crónicas, entre ellas la diabetes, que de hecho es una de las máximas responsables de los accidentes cerebrovasculares, los infartos y los problemas de los riñones que terminan en diálisis.
Respecto a cómo inculcar mejores hábitos alimentarios en un contexto tan crítico como el que se vive en la Argentina, donde incorporar en forma diaria verduras, frutas y carnes magras se hace realmente muy difícil, los médicos admitieron que es complicado, pero que hay distintas maneras de mejorar aún con lo que se tiene.
“En los centros de salud siempre hay espacios donde se trabaja esto y en los que se enseña a modificar las preparaciones para que sean más saludables, a leer las etiquetas de lo que se compra para elegir mejor, a achicar las porciones (un aspecto clave). De esa manera se va modificando la alimentación de toda la familia, ya que hoy sabemos que no es necesario que los adultos coman una cosa y los chicos otra sino que, justamente, desde la infancia hay que dejar de consumir productos que pueden dañarnos”.