Por LORI HINNANT y MARIA CHENG
April 11, 2021.
LONDRES (AP) — Hasta 60 países, incluyendo algunos de los más pobres del mundo, podrían quedarse estancados en la primera dosis de la vacunación contra el coronavirus porque casi todos los envíos del programa global pensado para ayudarles están bloqueados hasta junio.
En la última semana, COVAX, la iniciativa global que proporciona vacunas a las naciones que carecen de influencia para negociar la compra de los escasos suministros por sí mismas, mandó más de 25.000 a países de bajos ingresos solo dos veces en un día determinado. Las entregas están prácticamente suspendidas desde el lunes.
En total, durante los últimos 15 días, según los datos compilados a diario por UNICEF, se autorizó el envío de menos de dos millones de dosis a través del COVAX a 92 naciones en desarrollo, la misma cantidad administrada solo en Gran Bretaña.
El director general de la Organización Mundial de la Salud criticó el viernes el “impactante desequilibrio” en la vacunación global contra el COVID-19. Tedros Adhanom Ghebreysus dijo que mientras una de cada cuatro habitantes en países ricos estaban inmunizados, solo uno de cada 500 había recibido una dosis en las naciones más pobres.
La escasez de vacunas se debe principalmente a la decisión de India de dejar de exportar las elaboradas en el Instituto Serum, de donde salen la inmensa mayoría de las de AstraZeneca y la Universidad de Oxford que el COVAX contaba suministrar a alrededor de un tercio de la población mundial en un momento en que los contagios están repuntando en todo el mundo.
El COVAX solo repartirá vacunas aprobadas por la OMS, y los países están cada vez más impacientes. Los suministros se están agotando en algunos de los primeros beneficiarios del programa, y la entrega de la segunda dosis en el plazo recomendado de 12 semanas está ahora en duda. La alianza para la vacunación conocida como GAVI dijo a The Associated Press que hay 60 países afectados por las demoras.
En las carpas de vacunación instaladas en el Hospital Nacional Kenyatta en Nairobi, Kenia, muchos de los que llegaban a inocularse por primera vez estaban intranquilos por cuándo les llegaría la segunda dosis.
“Mi miedo es que si no recibo la segunda dosis, mi sistema inmune se debilitará y, por lo tanto, podría morir”, afirmó Oscar Odinga, que trabaja como funcionario.
Documentos internos de la OMS obtenidos por la AP muestran que la incertidumbre sobre las entregas “está haciendo que muchos países pierdan la ve en (la iniciativa) COVAX”. Esto lleva a que la agencia de salud de Naciones Unidas considere acelerar su respaldo a las vacunas de China y Rusia, que no han recibido luz verde de ningún regulador en Europa y América del Norte.
Según la documentación de la OMS, la agencia está recibiendo preguntas de los participantes en el COVAX acerca de las asignaciones, además de la “incertidumbre sobre si todos lo que fueron vacunados en la primera ronda tienen garantizada una segunda dosis”.
La OMS rechazó responder específicamente a las cuestiones planteadas en los reportes internos, pero anteriormente había dicho que los países están “muy interesados” en recibir las vacunas lo antes posible e insistió en que no ha escuchado ninguna queja sobre el proceso.
La preocupación sobre la relación entre la vacuna de AstraZeneca y la aparición de inusuales trombos también “creó nerviosismo en torno a su seguridad y eficacia”, destacó la OMS. Entre sus soluciones está la decisión de “acelerar la revisión de productos adicionales” de China y Rusia.
La OMS indicó el mes pasado que podría dar luz verde a los fármacos chinos a finales de abril.
Algunos expertos señalan que las dos vacunas fabricadas en China, Sinopharm y Sinovac, no han publicados sus datos y hay reportes de gente que necesita una tercera dosis para estar protegida.
“Si nos perdemos algo por no haber evaluado exhaustivamente los riesgos de casos adversos graves de estas vacunas, esto socavaría la confianza en todos esos buenos productos que estamos usando que sabemos que son seguros”, señaló Dora Curry, directora de igualdad y derechos de salud en CARE International.
Otros expertos están preocupados porque las demoras puedan erosionar la fe en los gobiernos que fueron especialmente eficientes en sus programas de vacunación y que contaban con recibir la segunda dosis pronto.
“En ausencia de una alta cobertura de vacunación en todo el mundo, nos arriesgamos a prolongar la pandemia por varios años más”, apuntó Lavanya Vasudevan, profesora asistente en el Instituto de Salud Global de la Universidad de Duke. “Cada día que el virus está en circulación es una oportunidad para que mute en una variante más letal”.
A principios de mes, la OMS hizo un llamado a las naciones ricas para que compartan de forma urgente 10 millones de dosis y cumplir así el objetivo de la ONU de comenzar la vacunación contra el COVID-19 en todos los países del mundo en los 100 primeros días del año. Por el momento, se han prometido cientos de millones para el COVAX, pero no hay dosis que comprar y nadie se ofreció de inmediato a compartir las que tiene.
Las donaciones bilaterales de vacunas tienen a realizarse en base a ideologías políticas, en lugar de a los países con una mayor tasa de contagios, y no son suficientes para cumplir los objetivos marcados por el COVAX. Think Global Health, una web de datos gestionada por el Council on Foreign Relations, halló que 19 naciones que habían donado un total de 27,5 millones de dosis a 102 países hasta el jueves.
En el exterior de las carpas de vacunación en Nairobi, el doctor Duncan Nyukuri, especialista en enfermedades infecciosas, trataba de tranquilizar el jueves a quienes se vacunaban por primera vez.
“Si recibe la primera dosis pero no logra recibir la segunda, esto no supone que su cuerpo estará más débil ni tendrá un riesgo más grande de contraer alguna infección”, afirmó. “Esto supone que su cuerpo habrá desarrollado cierta inmunidad contra la infección por coronavirus. Pero esta inmunidad no es tan buena como en alguien que haya recibido ambas dosis”.
Hinnant informó desde París. El periodista de The Associated Press Khaled Kazziha en Nairobi, Kenia, contribuyó a este despacho.