Alejandro Horvat
Cautela es la sensación de los especialistas consultados por la nacion ante la fuerte suba de infectados de coronavirus entre el 14 de noviembre pasado y ayer. Es que el crecimiento sorprende: 670% más, si se tiene en cuenta que en aquella fecha se informaron 591 infectados y ayer, 4555 casos positivos.
De todos modos, no hubo un correlato en cuadros graves ni en muertes, ya que, según los expertos, las vacunas han jugado un papel central en bajar las complicaciones. En el país, el 68,9% completó su esquema de inmunización. La duda, sin embargo, sigue siendo cómo impactará la variante ómicron. Ayer, en San Luis recibió el alta el primer paciente infectado con esa nueva mutación.
En el último mes los casos de coronavirus en la Argentina tuvieron un marcado ascenso: 670%. El 14 de noviembre pasado se notificaron 591 contagios y desde entonces, si bien hubo oscilaciones en la curva, los reportes notificaron cifras cada vez más abultadas hasta llegar a los 4555 de ayer, la cantidad más alta de los últimos 100 días. Sin embargo, el número ascendente de infecciones por ahora no se traduce en el crecimiento de los porcentajes de ocupación de camas de terapia intensiva o en las cifras de muertes, que se mantienen en niveles similares a los de junio del año pasado, cuando regía un aislamiento estricto. Ayer, se comunicaron 34 decesos. Los especialistas consultados por la nacion señalan que el único modo de que suba la letalidad sería a partir del surgimiento de una variante que escape a la inmunidad de las vacunas y plantean una duda sobre cómo se comportará ómicron.
El Ministerio de Salud de la Nación elaboró un conjunto de indicadores para advertir sobre situaciones epidemiológicas complejas en los distritos. Uno de ellos es la variación de casos entre las últimas dos quincenas, que no debería superar el 20%. El otro, la tasa de infectados de los últimos 14 días, que no debería ser mayor a 150 casos cada 100.000 habitantes. En función de estos dos indicadores, hay solo una provincia con riesgo alto (Tucumán), 17 con medio y seis, con bajo.
Tucumán sumó 246 casos cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días y tiene una variación positiva entre las dos últimas quincenas del 96,8%. Ayer, hubo 518 contagios. Otro situación para observar es la de La Pampa, que, si bien está en riesgo medio (34 infectados cada 100.000 habitantes), tuvo una variación positiva entre ambas quincenas del 341,7%. Si continúa con esta tendencia, la provincia podría entrar en una zona de riesgo alto.
Pero, en cuanto a los decesos, en Tucumán hubo un pico de 12 el 12 del mes pasado, pero desde entonces la tendencia fue a la baja. Ayer hubo cuatro decesos. En el reporte de las últimas 24 horas hubo 13 provincias que no registraron muertes, una de ellas fue La Pampa.
En la ciudad, según el informe de anteayer, que fue el último en publicarse, hay 20 pacientes internados en grave estado en el sistema público, y 89, en el privado. Esto representa una ocupación de camas de Unidades de Terapia Intensiva (UTI) del 3,3% y 7,2% respectivamente. Son cifras aún más bajas que la semana pasada. Otro dato importante es que, mientras que ayer se registraron 851 casos en la Capital, y un mes atrás ese número era de 181, el índice de letalidad actual es del 2,28%, tres décimas inferior al del 14 de noviembre.
Según indica Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria porteño, esto se debe a que el 83% de la población del distrito ya cuenta con las dos dosis de la vacuna: “La dinámica era que primero aumentaban los casos y luego los internados y fallecidos, pero no vemos que se tense el sistema sanitario. Gracias a la vacunación son pocos los pacientes que llegan a hacer cuadros graves. Las vacunas tuvieron un gran efecto para disminuir las internaciones, aunque no tuvieron tan buen efecto para disminuir los contagios. Veremos cómo evoluciona. Por ahora, la variante ómicron demostró ser mucho más contagiosa que otras, pero no más letal”.
Sobre los próximos meses, Battistella dice que se mantendrán las postas de testeo y que en las últimas dos semanas la gente empezó a hisoparse más, luego de unos meses en los cuales, sobre todo por hartazgo, muchos optaban por no testearse. Aunque, no desplegarán dispositivos especiales como sí hubo el año pasado, por ejemplo, en la terminal de ómnibus de Dellepiane.
En la provincia de Buenos Aires la tendencia es similar. El 14 de noviembre se informaron 182 casos y ayer 1881. Pero, en noviembre y lo que va de este mes, el pico de muertes, que fue el viernes pasado, alcanzó los 14 decesos. Las cifras de muertos de los últimos 30 días fueron las más bajas de los últimos 16 meses. En el sistema público de toda la provincia, la ocupación de camas UTI para pacientes con Covid es del 5,6%.
Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), advierte que hay un crecimiento importante de los casos favorecido por las conductas sociales y el flujo de turistas que entra y sale del país. Por ejemplo, cita el caso de Córdoba, en donde hay 79 personas aisladas por un caso de ómicron que se detectó en un pasajero que llegó de los Emiratos Árabes.
Por ese contagio, Córdoba pedirá a la Nación, en el ámbito del Consejo Federal de Salud (Cofesa), que se exija aislamiento a los viajeros del exterior, aunque no vengan de África.
Teijeiro le pone paños fríos al aumento de las infecciones: “En el hospital tenemos pacientes muy mayores o con enfermedades prevalentes, pero no llegan pacientes de mediana edad ya vacunados, esa es una muy buena noticia. En cuanto a ómicron, habrá que esperar, pero por ahora podemos decir que es muy contagiosa, pero no más letal”.
Elena Obieta, también miembro de la SADI, plantea dos escenarios posibles para los próximos meses. El optimista es que el virus, luego de tantas mutaciones, pierda letalidad. El otro es que sea posible el surgimiento de una mutación capaz de ser muy peligrosa para las personas, incluso para las vacunadas: “Es posible, como sucedió con otros virus, que pierda letalidad y gane en contagiosidad. Entonces, podría terminar siendo un virus más parecido a los resfríos comunes. Sin embargo, con este virus da miedo ser optimista, todavía es posible que nos encontremos una variante peligrosa”.
Lautaro De Vedia, miembro de la SADI, cree que se mantendrá la tendencia actual, en la que los casos crecen, pero no se traduzcan en un alza del índice de letalidad.Y estima que el virus pierda virulencia a medida que gane en contagiosidad.
“El 60% de los contagios están concentrados en el área metropolitana de Buenos Aires y seguramente, como sucedió en otro momento, la suba de los casos se va a trasladar al interior. Pero, posiblemente, las características de la pandemia en el futuro serán las que vemos hoy: un aumento de casos, pero no así del índice de letalidad. Igualmente, hay que seguir trabajando en la vacunación para inocular a todos y dar las dosis de refuerzo cuando sea necesario”, concluye De Vedia.