Victoria Priano

Desde hace algunas semanas, la variante ómicron ya tiene circulación comunitaria en varias provincias y se suceden los récords de casos de Covid-19. Además, los centros de testeo en todo el país colapsan, con personas haciendo filas de hasta diez horas para poder hisoparse. Pese a este contexto, muchos deciden no cumplir con el aislamiento, a pesar de tener plena conciencia de que podrían estar portando el virus.

“En la playa nos dimos cuenta de que la mayoría de las familias que estaban alrededor, que nosotros conocíamos, tenían que estar aisladas”, relata Agustina, de 26 años, quien pasó sus vacaciones en Pinamar con su pareja. “Algunos viajaron desde su casa sabiendo que eran contacto estrecho, pero no cumplieron con la cuarentena una vez llegados”, afirma.

Algunos de los que decidieron viajar a pesar de tener que cumplir con un aislamiento afirman que lo hicieron porque “la casa ya estaba alquilada” y no querían perder sus vacaciones. Este es el caso de una familia de seis integrantes de Recoleta que, a pesar de que su hijo menor había dado positivo, fueron igual a la playa e hicieron vida normal, aunque intentaron “mantenerse lejos de la gente”.

La médica Sandra Godfrid es pediatra, pero por la emergencia sanitaria realiza también el seguimiento de niños y adultos que se solicitan asistencia médica en una prepaga. En su experiencia, notó un cambio en la actitud de los pacientes en estos dos años de pandemia. “En el primer año, los pacientes atribuían sus síntomas a otras cosas, a cualquier otro factor menos Covid, y en general no se querían hisopar. Pero ahora lo primero que piden es el hisopado, y si les da negativo creen que no tienen que hacer la cuarentena”, explica. Además, enfatiza que es importante entender que el alta epidemiológica siempre se da al día 11; a pesar de que el aislamiento se haya reducido, es necesario seguir tomando los cuidados necesarios: “La gente cree que el día 7, por estar vacunados, pueden irse de vacaciones, y no es así porque siguen eliminando virus”.

Gustavo, de 58 años, volvió de viaje desde el exterior con síntomas compatibles con Covid-19: tos y dolor de garganta. Sin embargo, participó de las fiestas navideñas junto a su familia y hasta viajó a la costa para pasar sus vacaciones. “No me hisopé, puede que haya tenido Covid, pero a esta altura no creo que haga la diferencia. Igual nos vamos a contagiar todos”, admite.

Aclaraciones

Otras personas consultadas alegan que no cumplieron con el aislamiento porque tenían un test negativo, aunque se lo habían hecho de uno a cuatro días después de haber sido contacto. “Aunque el testeo dé negativo, es necesario aislarse, porque es en esos días cuando más va a empezar a contagiar”, afirma la infectóloga Elena Obieta, integrante de la Sociedad Argentina de la Infectología. Actualmente, la recomendación del Ministerio de Salud de la Nación es que una persona que haya estado en contacto con un positivo, aunque no presente síntomas se aísle por siete días si no está vacunada y cinco si estuviera vacunada desde la fecha del último contacto con el caso confirmado.

En ese sentido, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, recomendó no hisoparse a aquellos que sean contacto estrecho y no presenten síntomas. “En caso de ser contacto estrecho, tienen que aislarse de todas maneras, por lo que un resultado negativo o positivo no cambia su conducta”, detalló.

Antonio, que tiene 31 años, es chef. Recibió la noticia de que había sido contacto estrecho en un evento en el que había trabajado y, sin embargo, decidió no quedarse encerrado en su departamento. “Con mi pareja decidimos mantener distancia de la gente, no ir a lugares concurridos ni compartir bebidas ni baños, pero no aislarnos absolutamente, porque si te aislás cada vez que sos contacto estrecho nunca ves la luz”, recuerda. Una semana más tarde presentó síntomas compatibles con Covid-19, a pesar de que nunca tuvo la certeza de haberlo tenido, ya que no se hisopó. En esos días cumplió con el aislamiento correspondiente. “No creo haberme contagiado en el evento, sino de mi papá, que a pesar de tener síntomas hizo siempre su vida normal, porque a él no le importa el Covid”, afirma.

“La adherencia al aislamiento cuando era de diez días era muy baja, poca gente cumplía el aislamiento, especialmente la gente joven que por necesidad laboral o social no cumplía. Hoy, esta reducción a cinco días puede tener un efecto positivo, está por verse”, opina el médico infectólogo Javier Farina.

“Con la ómicron, los tiempos desde que una persona se infecta hasta que contagia son muy cortos, por lo cual un paciente puede contagiar a 6 personas y esas 6 personas, a su vez, contagiar a otras 6 en menos de siete días; la propagación es exponencial y eso es lo que lo hace tan complicado”, precisa Obieta, y resalta: “Hay que evitar la propagación de este virus que no nos está dando paz, y eso es responsabilidad civil e individual de una persona que se sabe contacto estrecho o positivo”.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación confirmaron a la nacion que la violación del aislamiento constituye una infracción de las normas de la emergencia sanitaria. Sin embargo, consideraron que no hay preocupación por estas conductas, ya que “la sociedad argentina en general, además de confiar en las vacunas, es solidaria y consciente en este tipo de situaciones, y en rasgos generales cumple con las recomendaciones”.

El abogado penalista Segundo Vega Adad explica que una persona que “viole medidas adoptadas por las autoridades competente para impedir la introducción o propagación de una epidemia podría ser sancionada con prisión de seis meses hasta dos años, y de 3 a 15 años si se demostrara que la conducta es dolosa”. Además, podría aplicarse una multa de $5000 a $100.000 si contagiara a otra persona. Sin embargo, admite que “al principio de la pandemia, con la cuarentena obligatoria, era más fácil hacer un control de las personas y penalizar, que fue lo que vimos. Pero ahora no hay un sistema que haga un seguimiento tan exhaustivo y sería muy difícil tomar medidas contra los infractores”.