Martín De Ambrosio
Hernán ze
Es una de las novedades de esta pandemia, una particularidad que parece tener el virus que causa el Covid-19 (a diferencia, por ejemplo, del virus de la gripe A de 2009): las personas y los eventos supercontagiadores. Se trata de individuos que por su carga viral dispersan la infección a mayor cantidad de personas y de situaciones en las que se contagia mucha gente a la vez, por lo general en aglomeraciones y lugares mal ventilados. Entre el 10% y el 20% de los positivos causan el 80% de los contagios secundarios.
¿Podrían ser las PASO de anteayer uno de esos eventos? Los expertos consultados por se la nacion inclinan a pensar que no, siempre y cuando se hayan cumplido los protocolos que, por ejemplo, indicaban que las filas para llegar a las urnas deberían hacerse fuera de las escuelas, o en patios. En cambio, se muestran preocupados, en mayor o menor medida, por otro evento masivo que sumó mucha gente en poco espacio: el partido de fútbol del último jueves entre la Argentina y Bolivia por las eliminatorias en el estadio Monumental.
“Las elecciones no tendrían por qué ser un evento supercontagiador”, señala Carolina Torres, viróloga miembro del Grupo País, que hace investigación genómica sobre el coronavirus en la Argentina y vigila las variantes. “Si bien es un acto masivo, con los protocolos básicos de ventilación, barbijos y respeto de distancias no debería haber problemas, como con cualquier otra actividad. Por cierto, no esperamos después de las elecciones ningún tipo de escalada de casos asociada a ellas”, añadió.
Hugo Pizzi, infectólogo y docente de la Universidad de Córdoba, tiene la misma opinión: “No creo que sea un evento supercontagiador, a menos que no se haya adherido a las medidas de prevención. Pero la verdad es que hay respeto y temor al virus. Ya ha muerto mucha gente, más de 113.000 personas; el partido de fútbol me parece peor”, señaló.
Leda Guzzi, infectóloga que trabaja en el Hospital Maternidad de Vicente López y en Swiss Medical, suma razones. “En este momento estamos en el mejor momento epidemiológico desde el último año. Tenemos un promedio de casos diarios bajísimo. Para llegar a estos promedios hay que remontarse a los primeros meses de 2020. Hay un buen semáforo epidemiológico, con casos y hospitalizaciones a la baja, mortalidad a la baja. Y con una variante delta que en realidad no es dominante en nuestro medio y por el momento no parece una preocupación”, dijo Guzzi. Y siguió: “La gente aprendió que se necesitan los protocolos. Si bien hay distintos grados de adherencia, se sabe que hay que ir con barbijo y mantener distancia. Distinto sería si estuviéramos en pico”.
Lo mismo sostiene Ana Victoria Sánchez, infectóloga del Hospital Alemán y miembro de las sociedades de Infectología y de Terapia Intensiva (SADI/SATI). “Están las condiciones dadas para que no sea un evento supercontagiador. Por un lado, porque la circulación viral ha bajado mucho. Por otro, porque sabemos que la mayoría de los contagios se dan entre personas que pasan más de 15 minutos sin medidas de protección en ambientes cerrados. Y por último, porque creo que una gran parte de la ciudadanía ha adquirido hábitos de prevención y los sigue implementando. Por eso, si hay un aumento de casos, quizá corresponda más con el ingreso y circulación de la variante delta, como se vio en otros países, que con las elecciones”, enumeró.
Superproblemas
Los eventos supercontagiadores no solo fueron una novedad de la pandemia de coronavirus, sino que además sirvieron para confirmar que el SARS-COV-2 se transmite principalmente a través de pequeñas gotitas de saliva llamadas aerosoles, que permanecen como flotando en lugares mal ventilados. El caso de un coro de 60 personas reunido en marzo de 2020 en una iglesia del estado de Washington, Estados Unidos, es uno de los mejor documentados de una larga cadena de contagios a partir de un solo caso inicial. Por más que no hubo contacto físico, la transmisión del virus se dio a través de esos aerosoles, que permanecieron en la habitación cerrada un par de horas. Una sola persona sin síntomas contagió a 51 coreutas (dos fallecieron).
También se cita como ejemplo de este tipo una reunión en la Casa Blanca con Donald Trump a la cabeza durante 2020 y un partido de la Champions League en febrero del mismo año. Fue Atalanta-valencia en Milán, después del cual la zona del norte de Italia se convirtió en uno de los primeros y más castigados lugares de Occidente; el local hizo cuatro goles, cuatro oportunidades para abrazos y besos. Más anónimamente se consideran eventos del mismo tipo funerales, reuniones familiares de toda clase y gimnasios pobremente ventilados, debido a que las gotitas emitidas por el esfuerzo físico son buenas conductoras del virus.
Es más, algunos expertos sostienen que el episodio del mercado chino de Wuhan –que quedó en la memoria como el origen del brote– pudo haber sido no el origen de la pandemia, sino precisamente el primer evento supercontagiador; que el virus ya venía dispersándose, con la baja letalidad conocida y un altísimo porcentaje de asintomáticos, hasta que detonó en esa zona de la provincia de Hubei. El hecho de que está a varios cientos de kilómetros de la zona donde viven los murciélagos que son la fuente original del coronavirus ayuda al argumento.
No solo hay eventos así, sino personas que por alguna razón social o genética llevan el virus por doquier.
“Existen estudios que indican que hay gente que contagia mucho, con valores muy altos de virus. Incluso hay investigadores que dicen que estas personas supercontagiadoras marcan la dinámica de la pandemia. Son gente con alta carga viral en la vía aérea superior. Por ahí no tienen infección severa, pero resultan muy buenos dispersores para el virus”, explicó Jorge Geffner, investigador superior del Conicet y titular de Inmunología de la Universidad de Buenos Aires.
Delta por venir
¿Podrían las elecciones motorizar el despliegue de la variante delta, hasta ahora con contados casos de circulación comunitaria, pero en posible crecimiento? Los expertos se dividen respecto de por qué por ahora se encuentra sosegada la transmisión de una variante del SARS-COV-2 que en el hemisferio norte sustituyó a otras, como a la alfa (o del Reino Unido), y es más contagiosa y virulenta; también acerca de si habrá o no una tercera ola en el país causada por esta variante o acaso por otra más novedosa, la mu (originada en Colombia).
Para Geffner, “seguro vamos a una tercera ola” y todavía no ocurrió ese reemplazo de variantes porque estas “tienen distintas dinámicas en distintos entornos. La variante alfa arrasó el Reino Unido y acá llegó al 20% o 30% y no se extendió más porque penetró gamma (de Manaos), presente en el 70% de los casos hoy. En Inglaterra entró en abril y a fines de mayo ya era preponderante. Pero hay que tener en cuenta que el tráfico comercial con la India era de 40.000 personas por mes; acá siguen las fronteras cerradas. Va a pegar, pero no está claro cuándo ni cómo. Sería raro que el Cono Sur no tuviera tercera ola”, afirmó.
Es algo que en general comparten las autoridades sanitarias, que lo advierten en público y en privado. En ese sentido, a Geffner, más que las elecciones, le preocupa la nula ventilación en lugares cerrados como bares o que se evalúe subsidiar al turismo de extranjeros, o se habilite la llegada de grandes cruceros: “En Brasil hay un 90% de circulación de delta en Río de Janeiro. También son complicadas las canchas: más allá del aforo, es difícil controlar lo que pasa adentro”, dijo a la nacion.
Por su parte, Guzzi sostiene que el no crecimiento de los casos de delta es algo que sorprende a propios y ajenos: “En los países donde se introdujo, rápidamente fue la dominante y desplazó a las otras variantes, sobre todo a la alfa en el norte. En América Latina la que prevalece es la de Manaos. Quizá la vacunación muy reciente genere una respuesta inmune superactiva, a diferencia de Israel, por ejemplo, donde entró tras muchos meses de las aplicaciones de segunda dosis y hay un millón de no vacunados, entre ellos, ortodoxos”. Pero lo cierto es que todos coinciden en que todavía no está dicha la última palabra sobre cómo pueden esparcirse esta variante y la mu. Lo que sí, no parece que las PASO sean el detonante. Algo que quizá cambie para las elecciones generales del 14 de noviembre.