Expertos advierten que es necesario volver a convocar a la población a que se inocule
Alejandro Horvat
Las autoridades sanitarias de la Argentina acordaron en el Consejo Federal de Salud (Cofesa) aplicar el tercer refuerzo de la vacuna contra el SARS-CoV-2 a quienes hayan recibido su segundo refuerzo hace 120 días o más. Sin embargo, las cifras muestran que el interés por vacunarse bajó notablemente y los especialistas advierten que habría que reforzar la comunicación oficial para lograr, primero, que gran parte de la población se inocule con el primer y el segundo refuerzo.
Si bien recién a comienzos del año próximo llegarían las nuevas vacunas bivalentes de los laboratorios Moderna y Pfizer, que serán más efectiva contra la variante predominante ómicron y sus sublinajes, las autoridades sanitarias locales decidieron avanzar con el tercer refuerzo y utilizar las dosis ya disponibles en el mercado.
Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio VacSal de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora principal del Conicet, cree que es válido recomendar un nuevo refuerzo a la población, sobre todo a aquellos con factores de riesgo, pero cuestiona que no se intensifique la comunicación para insistir en la aplicación del primer y segundo refuerzo, cuando millones de argentinos aún no los recibieron.
De acuerdo con los datos del Monitor Público de Vacunación, de las 41.026.135 personas que iniciaron la vacunación, la mayoría (93%) completó el esquema de protección básico. Sin embargo, un 53% tiene solo el primer refuerzo y nada más que el 15% cuenta con el segundo. Respecto de la situación epidemiológica, tanto las infecciones como los fallecimientos se mantienen en niveles bajos. La semana pasada hubo 1329 contagios y 12 decesos en todo el país.
“Hay que pensar nuevas maneras de persuadir a la población para que se vacune, teniendo en cuenta que todos están cansados de vacunarse y de pensar en el virus. Ese debería ser el principal objetivo, luego habrá que debatir si es necesario vacunarse cada cuatro meses. Ese es un debate interesante porque el cuerpo desarrolla una memoria inmunológica, más allá de los anticuerpos en sangre”, explica Hozbor.
En esa misma línea, Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, también advierte que es muy relevante que se insista en la aplicación del primer y el segundo refuerzo a toda la población, sobre todo a aquellos que fueron inoculados con Sinopharm. “Hay que insistir, porque millones de argentinos no se dieron ni el primer refuerzo. Luego, otra discusión respecto del tercer refuerzo es si los menores de 50 años deberían aplicárselo. Sobre eso aún no hay una respuesta definitiva”, se lamenta López.
Otra cuestión por analizar es que las vacunas que se aplican hoy en la Argentina son las de Pfizer y Moderna que fueron diseñadas para combatir el virus original de Wuhan. Mientras que las llamadas vacunas de segunda generación ya son una realidad y, según pudo saber la nacion, solo en los primeros meses del año que viene llegaría al país la Spikevax del laboratorio Moderna, diseñada para atacar a ómicron y sus subvariantes. El laboratorio ya presentó la solicitud para autorizar esa vacuna ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
López señala que hay países que han decidido esperar la llegada de las vacunas bivalentes para comenzar a aplicar el tercer refuerzo. Sin embargo, las autoridades sanitarias locales informaron que avanzarán con la aplicación de las dosis hoy disponibles en el país. Desde el Ministerio de Salud de la Nación respondieron a este medio que tomaron esa decisión porque las vacunas disponibles en la Argentina han demostrado ser muy efectivas para prevenir cuadros graves y recomiendan su aplicación de cara al verano.
Hozbor opina que esa decisión es correcta: “Las bivalentes han demostrado buenos resultados, pero no son tremendamente mejores que las diseñadas a partir del virus ancestral”.
Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), considera que, al no saber con precisión cuándo llegarán las vacunas bivalentes, es acertado avanzar con las dosis disponibles de Pfizer y Moderna. “Ya pasados más de cuatro meses desde el segundo refuerzo, está bien dar otra vacuna porque caen los anticuerpos neutralizantes, que son los que reducen el riesgo de enfermar. Luego existe la inmunidad celular, que probablemente persista a pesar del paso del tiempo y siga siendo robusta para prevenir formas graves y morir. Creo que hay que avanzar ahora porque en realidad no sabemos bien en qué fechas van a estar disponibles las vacunas bivalentes. Yo no las esperaría, sobre todo para los mayores de 50 años y a las personas con alguna enfermedad prevalente”, argumenta.
“Si bien en la Argentina ahora circula más la influenza que el coronavirus, hay que aplicarse los refuerzos contra el Covid-19. En enero o febrero podría haber un rebrote, como sucedió el año pasado. Entonces yo avanzaría ahora para que la gente transite el verano con mayor tranquilidad, porque no podemos precisar cuándo estarán disponibles las vacunas bivalentes”, agrega la especialista Elena Obieta, también integrante de la SADI.