María Ayzaguer
Viola es la primera graduada universitaria de su familia
Haydée Ana María Viola tiene 54 años, un doctorado en biología y un flamante título: ayer se anunció que es la ganadora del Premio Nacional L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”, que se otorga hace 15 años en el país. El proyecto por el que fue premiada, y para el que recibirá un apoyo económico de $1.000.000, busca evaluar el impacto del Covid-19 sobre la ansiedad, la depresión, la creatividad y la memoria en la Argentina.
Ese proyecto consiste en una serie de encuestas que se entregan por redes sociales y se contestan de forma voluntaria. Para evaluar la creatividad, por ejemplo, se le muestra a la persona una hoja de diario y se le pregunta qué usos alternativos le podría dar; por ejemplo, hacer un avioncito de papel. Para evaluar la memoria se le pide al participante que descubra el recorrido oculto que une 15 nodos y que solo se puede adivinar con prueba y error; la persona debe ir recordando la trayectoria del recorrido a medida que avanza. Al día siguiente debe realizar la misma secuencia, que idealmente debería poder completar en menos pasos.
Busca así desarrollar una aplicación original para dispositivos móviles que permita estudiar a gran escala los procesos cognitivos y las variaciones de estado de ánimo. “Es interesante estudiar los procesos de aprendizaje y memoria en las personas durante la pandemia y cómo varían entre las que se infectaron por Covid-19 respecto de las que no, o dependiendo de cuánto tiempo llevan de su contagio, o simplemente ver cómo hay otras situaciones que pueden alterar la creatividad que tienen que ver con los estados emocionales”, explica Viola, que desde hace muchos años investiga la memoria.
Actualmente es investigadora principal de Conicet en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias Dr. Eduardo De Robertis de la Capital. Allí es la directora del equipo de investigación a cargo del estudio “La formación de memorias de largo término bajo la hipótesis del etiquetado conductual”, en el Laboratorio de Memoria.
¿Qué es el etiquetado conductual de la memoria? “En síntesis es una hipótesis que postulamos en laboratorio para explicar mejor los mecanismos que se utilizan para generar memoria de larga duración. Ya está bastante estudiado que, para que una experiencia se guarde en el cerebro, debe incidir la síntesis de proteínas. Nuestra tesis es que, sí, se necesitan las proteínas, pero también un proceso importantísimo que es que la experiencia logre marcar o identificar los sitios que se activaron en el cerebro para ello”, describe Viola.
La postulación detrás de la teoría es que, por lo general, no se aprende de a una cosa aislada: una experiencia puede recordar o mejorar otros recuerdos e influir en la generación de los nuevos. “Así puede haber existido una experiencia débil pero que haya dejado una marca en el cerebro. Si poco tiempo antes o después experimentaste algo saliente que fue capaz de inducir síntesis de proteínas en el cerebro, eso serviría para transformar el aprendizaje débil en uno que dure por más tiempo”, relata.
Vecina de Benavídez, es la primera graduada universitaria de su familia. Desde chica fue siempre muy curiosa, y considera que la mejor carrera que podría haber elegido una niña que siempre preguntaba “por qué” es la biología.
Becada
Algo similar le sucedió a Ana Sol Peinetti, ganadora de la categoría Beca de la premiación. De niña amaba resolver problemas e investigar. Oriunda de General Pico, La Pampa, llegó a Buenos Aires para estudiar química a los 18 años. Y nunca se fue. Tampoco nunca dejó de estudiar.
Terminada la carrera, hizo un doctorado en química en la Universidad de Buenos Aires. Su tesis investigó el “uso de matrices nanoporosas como molde para la síntesis de nanopartículas”. Luego realizó un posdoctorado en ingeniería de biomoléculas en el Departamento de Química de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. A eso le sumó otro posdoctorado en química de materiales en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas de La Plata.
El proyecto que presentó para la premiación de L’Oréal-Unesco, por el que ganó $700.700 para seguir su desarrollo, integra todos los saberes que acumuló en 34 años.
Se trata de un test de antígenos altamente sensible y específico que permita identificar velozmente variantes de Covid-19. La idea es que sea económico y de producción local, de modo que posibilite realizar screenings de alta periodicidad, por ejemplo en colegios, empresas y medios de transportes. De esa forma, se podría evaluar el nivel de circulación viral en la población de variantes preocupante de SARS-CoV-2 para la toma de decisiones rápida. Por ejemplo, sobre el mantenimiento de la presencialidad en docentes y alumnos.
Así se fusionan sus conocimientos de materiales y de ingeniería de moléculas en aplicaciones de diagnóstico. “Busco desarrollar unas moléculas de DNA (ácido desoxirribonucleico), llamadas aptámeros, que uno las puede seleccionar muy específicas para que puedan reconocer distintas variantes de Covid-19. Funcionan en algún punto como anticuerpos, pero la ventaja es que se pueden obtener muy rápido (a través de una técnica específica). Entonces es un test que se podría ir acomodando a medida que vayan surgiendo nuevas variantes”, dice.
A través de un subsidio, Peinetti logró importar de Estados Unidos el equipamiento que permite obtener las moléculas de DNA mediante la selección in vitro.