El próximo 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, y en Rosario se realizará una actividad de visibilización y reflexión sobre la importancia de la prevención. Será el próximo miércoles, desde las 18 hasta las 21, en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino.
La jornada, realizada bajo el slogan “prevenir pinta bien”, estará organizada conjuntamente entre el Instituto Elas de Diagnóstico de la Mujer del Grupo Oroño y la Municipalidad. Habrá música y pintura en vivo, yoga, charlas abiertas, recorridos didácticos, exposiciones de arte y la posibilidad de consultar personalmente con especialistas en prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Si bien hoy es raro que queden pacientes con resistencia a hacerse estudios, la concientización cobra importancia luego de la pandemia, que tuvo un efecto negativo en la cantidad de consultas: durante el primer año cayeron un 40%. El número fue variando, en forma paralela a las aperturas y cierres y los picos de casos, siguiendo las recomendaciones de las mismas sociedades médicas de postergar los controles preventivos, y consultar solo si había síntomas.
Pero una vez que se retomó la normalidad, y se aconsejó retomar las pautas de chequeo, hubo un efecto rebote y los centros de diagnóstico trabajaron más de lo normal, porque las pacientes regresaron a hacerse todos los estudios que habían quedado en pausa. Sin embargo, en algunos casos el miedo fue mal consejero: lamentablemente, muchas mujeres que dejaron de controlarse cuando correspondía por miedo al virus, incluso las que tenían lesiones delicadas, cuando volvieron tenían diagnósticos avanzados. Los médicos llegaron tarde.
“Usamos este mes para concientizar, educar y fundamentalmente para traer un mensaje de no temor. Lo que se busca es un diagnóstico precoz, para tener un mejor pronóstico, mejor sobrevida y un tratamiento menos agresivo“, explicó Javier Rodríguez Lucero, director académico de Elas y expresidente de la Sociedad Iberoamericana de Imagen Mamaria.
El especialista en diagnóstico por imágenes apuntó que llegando a tiempo, el diagnóstico aparece en un estadio subclínico, cuando el examen físico todavía es negativo, y las lesiones se detectan por imagen. Lo que se busca es detectar precozmente lesiones no palpables, porque le ofrece al paciente tratamientos con consecuencias cosméticas menores en la mama, y enfocados en lo quirúrgico, no necesitando hacer cirugía axilar ni radioterapia o quimioterapia, aunque depende de cada caso en particular.
Las estadísticas indican que en una población completa de mujeres que son sometidas a una mamografía anual, la reducción a la mortalidad en ese grupo es más del 30 o 40% con respecto a las que no se estudian. El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres, y se estima que una de cada ocho lo padecerá en su vida. “Es una patología con una prevalencia alta, en un grupo de amigas, una va tener cáncer”, indicó Rodríguez Lucero.
Por eso, resaltó lo importante de la consulta anual al ginecólogo. La mamografía, en ausencia de antecedentes familiares importantes, se indica una vez por año a partir de los 40 años. “De un año a otro pueden aparecer lesiones llamadas de intervalo, es decir entre un control y otro, que en general son de rápido crecimiento y muy agresivas. Si se dejan pasar dos años, se pueden tener lesiones más avanzadas”, dijo.
En los más de 25 años de desempeño en el área, el profesional resalta que ha habido una evolución tecnológica notable: “Todos los equipos que usaba cuando comencé quedaron obsoletos. Con las imágenes diagnósticas pasa lo mismo que con un televisor o celular: la calidad, versatilidad, resolución y funciones que tienen los equipos son cada vez mejores”. A la par, los tratamientos también son superiores: aparecieron drogas nuevas, técnicas de biopsia y propuestas de tratamiento lo menos agresivas posibles.
Si bien en el país la información estadística a nivel oficial no es muy profunda, el trabajo médico a nivel local y los estudios internacionales indican que hay un ligero aumento progresivo de cáncer de mama en todas las edades, que no es alarmante pero sí sostenido. Las causas no son totalmente conocidas: el director del Elas apuntó a que “el desarrollo del capitalismo y la inserción laboral de la mujer, provocó que la maternidad sea postergada y el número de hijos sea menor, cuando la maternidad y la lactancia son protectores desde el punto de vista hormonal”.
Paralelamente, quizás haya factores de exposición ambiental que son difíciles de probar, pero es probable que también influyan. Además, la alimentación sana, el consumo moderado o nulo de tabaco y alcohol, el uso de drogas y el sedentarismo son factores que bajan el riesgo. Una vida sana disminuye las chances no solo de tener cáncer de mama, sino que además aumenta las chances de sobrevivir: “No es lo mismo un cáncer de mama en una persona sana, que una con comorbilidades como hipertensión, sobrepeso y diabetes”, remarcó.
El estrés también hace lo suyo: se ha observado que las trabajadoras nocturnas tienen más chances por el cambio del ritmo circadiano, pero los estudios, según Rodríguez Lucero, tampoco son concluyentes.