Funcionarios sanitarios evalúan la disponibilidad de dosis contra esa infección, y antivirales En los brotes actuales de viruela del mono no se han registrado muertes
Apoorva Mandavilli
NUEVA YORK.– Mientras más de una docena de países se enfrentan a brotes de viruela del mono, las autoridades sanitarias de todo el mundo se apresuran a evaluar las reservas de vacunas y tratamientos que pueden ser necesarios para contener la propagación.
Las reservas de emergencia de Estados Unidos contienen dos vacunas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos que podrían usarse para contener la viruela del mono, según informaron funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Se aprovisionaron más de 100 millones de dosis de la vacuna original contra la viruela, pero está asociada a efectos secundarios y no debe administrarse a determinados pacientes, incluidos los inmunodeprimidos.
Una vacuna más nueva, Jynneos, fue aprobada en 2019 para prevenir la viruela y la viruela del mono. Se acumulan más de 1000 dosis, dijo Jennifer McQuiston, subdirectora de los CDC: “Esperamos que ese nivel aumente muy rápidamente en las próximas semanas, a medida que la empresa nos proporcione más dosis”, indicó. “Se han solicitado dosis de la reserva para inocular a algunos contactos de alto riesgo”, añadió.
Las dimensiones del problema en Estados Unidos no están claras. Hasta anteayer, las autoridades habían confirmado un caso, en Massachusetts, y evaluaban otros cuatro.
La situación en el extranjero es más preocupante. Hasta anteayer, había más de 100 enfermos en 14 países fuera de África, y decenas más bajo investigación. Ese día, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades instó a los funcionarios sanitarios de Europa a evaluar la disponibilidad de vacunas, antivirales y equipos de protección personal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene almacenados unos 31 millones de dosis de vacunas, pero pueden haber perdido algo de potencia en las décadas transcurridas desde su fabricación.
Los mayores casos de viruela del mono se han registrado en Europa, especialmente en España, lo que ha llevado a algunos expertos a plantear la hipótesis de que los brotes se originaron en ese país. Las autoridades españolas investigan dos posibles fuentes: un evento del orgullo gay celebrado en las Islas Canarias a partir del 5 de mayo que atrajo a unas 80.000 personas y un sauna en Madrid.
Aunque muchos de los primeros contagios en Europa se registraron entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, otros segmentos de la población son claramente vulnerables. Las autoridades “deben mantener una definición amplia, para no dejar afuera a otros grupos que puedan surgir como importantes”, dijo Boghuma Titanji, médico de enfermedades infecciosas de la Universidad Emory de Atlanta.
Gran Bretaña notificó sus primeros casos en pacientes sin vínculos conocidos con África Occidental poco más de una semana después del suceso en las Islas Canarias. Pero algunos expertos dijeron que el patrón de infecciones sugería que el virus podría haber estado circulando fuera de África durante varios meses.
No se recomiendan las campañas de inmunización masiva porque la antigua vacuna contra la viruela puede tener efectos secundarios raros, pero graves, como la inflamación del músculo cardíaco. Esa vacuna también puede ser arriesgada para inmunodeprimidos, incluidos quienes
tienen una infección por VIH no detectada. Puede ser mortal incluso en personas con eczema, que se calcula que afecta al 30% de los estadounidenses.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos se planteó inmunizar a la población para protegerla de un ataque terrorista con viruela. “Al final se decidió que no, por las consecuencias negativas de vacunar a mucha gente”, explica Bill Hanage, investigador de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
“Los efectos secundarios de las vacunas son raros”, añadió, al decir: “Pero una vez que se empieza a administrar a millones de personas, entonces empezarán a sumarse”.
Es probable que las vacunas de nueva generación sean más seguras para grupos grandes, y una estrategia de vacunación en forma de anillos puede ser suficiente para contener el virus. “Con suerte, la viruela del mono sigue siendo relativamente rara en estos momentos, y una estrategia de vacunación en anillo puede ser capaz de mantenerla completamente a raya”, dijo Hanage.
Además de las vacunas para la prevención, Estados Unidos ha adquirido más de dos millones de dosis de una píldora antiviral, tecovirimat, que está aprobada para tratar la viruela en quienes se infectan, según los CDC. La agencia también trabaja con el fabricante del medicamento para desarrollar una forma intravenosa.
La viruela del mono humana se identificó por primera vez en 1970 en un niño de 9 años en una región del Congo donde la viruela había sido eliminada. Los casos de viruela del mono en el país han aumentado significativamente en las décadas transcurridas desde que terminó la vacunación masiva contra la viruela.
En 2003, en Estados Unidos se registraron decenas de casos de viruela del mono cuyo origen fue una mascota infectada. Aunque el virus se descubrió en 1958 en monos mantenidos con fines de investigación, se transmite a través de roedores.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades advirtió anteayer a los infectados de que no deben tener un contacto estrecho con las mascotas, y no solo por la salud de los animales. “Si se produce la transmisión de persona a animal, y el virus se extiende en una población animal, existe el riesgo de que la enfermedad se convierta en endémica en Europa”, advirtió la agencia.
Algunos expertos llevan años temiendo que se produzca un resurgimiento de la viruela del mono. Los últimos casos conocidos de viruela se produjeron en 1977, y se declaró erradicada en 1980. Con el fin de los programas de inmunización contra la viruela, el número de personas susceptibles a esta familia de virus ha aumentado cada año.
Se cree que la versión de África Occidental del virus causa síntomas más leves. No se propaga fácilmente entre las personas y tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 4%, en comparación con una tasa de mortalidad de alrededor del 11% con la versión centroafricana y del 30% para la viruela. No se han registrado muertes en los brotes actuales.
No hay indicios de que el virus haya cambiado significativamente en cuanto a virulencia o modo de transmisión. A diferencia de los coronavirus basados en el ARN, que mutan rápidamente, esta viruela es un gran virus de ADN capaz de corregir sus errores genéticos. “Se trata de virus especialmente estables, por lo que la viruela del mono es menos propensa a las mutaciones”, afirmó Raina MacIntyre, investigadora de salud pública de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney y miembro del grupo de trabajo de la OMS sobre la viruela del mono.
“Me sorprendería mucho y me desconcertaría mucho que hubiera alguna mutación dramática que la hiciera mucho más transmisible”, dijo.
Y no se trata del coronavirus. “Realmente no hay en este momento ningún riesgo poblacional masivo”, añadió. “El virus, por lo que sabemos, sigue siendo poco contagioso”.