The New York Times
NUEVA YORK (The New York Times).— Es uno de los grandes misterios que nos deja la pandemia: ¿Hay personas más propensas que otras a sufrir “covid largo”, esos síntomas físicos, neurológicos o cognitivos que pueden prolongarse, o incluso recién aparecer, varios meses después de haber cursado la infección y eliminado el virus?
Pero un equipo de investigadores que hizo el seguimiento de más de 200 pacientes durante dos o tres meses después de su diagnóstico de Covid acaba de identificar ciertos factores biológicos que podrían ayudar a predecir si una persona tiene más probabilidades de desarrollar “Covid largo”.
El estudio, publicado la semana pasada por la revista científica Cell, identificó cuatro factores que pueden detectarse en los primeros momentos de la infección y que parecen tener correlación con un mayor riesgo de tener síntomas persistentes varias semanas después.
Los investigadores dicen haber encontrado un vínculo entre estos factores y el Covid largo —cuyo nombre médico es “secuelas post agudas de covid”, o PASC, por su sigla en inglés—, tanto si el cuadro inicial de la enfermedad fue leve como si fue de mayor gravedad. Esos hallazgos también podrían revelar formas de prevenir o de tratar algunos casos de Covid largo: a las personas con riesgo de desarrollar PASC, por ejemplo, se les podrían administrar medicamentos antivirales desde el momento en que se detecte la infección.
“Es el primer intento real y sólido de encontrar algunos de los mecanismos biológicos que están detrás del Covid largo, o PASC”, dice el doctor Steven Deeks, profesor de medicina de la Universidad de California en San Francisco, que no participó en el estudio.
Deeks y otros expertos, así como los propios autores del estudio, advierten que los hallazgos son preliminares y que tendrán que ser verificados con otras investigaciones más a fondo.
“Aún así, han logrado identificar estos cuatro grandes factores” dice Deeks. “Y cada uno de ellos es biológicamente plausible, consistente con las teorías que están analizando otros investigadores y, lo que es más importante, sobre cada uno de esos factores es posible actuar. Si esas vías de acción se confirman, nosotros, como médicos, podemos diseñar tratamientos para que las personas con covid largo se mejoren. Y lo importante es eso.”
Uno de los cuatro factores que identificaron los investigadores es el nivel de ARN del coronavirus en sangre al principio de la infección, un gran indicador de la carga viral del paciente. Otro es la presencia de ciertos anticuerpos que atacan por error los tejidos del cuerpo, como ocurre con enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide. El tercer factor es la reactivación del virus de Epstein-Barr, un virus que solemos contagiarnos en la juventud y que luego permanece latente en la mayoría de las personas.
El cuarto y último factor detectado es la diabetes Tipo 2, aunque los investigadores y otros expertos señalan que cuando se realicen estudios con un mayor número de pacientes podría descubrirse que la diabetes es solo una de las varias afecciones médicas que aumentan el riesgo de Covid largo.
“Lo que destaco de esta investigación es la importancia de realizar análisis al principio del curso de la enfermedad, para saber cómo tratar específicamente a cada paciente, por más que al final esa información no haga falta”, dijo Jim Heath, investigador en jefe del nuevo estudio y presidente del Instituto de Biología de Sistemas, una organización de investigación biomédica sin fines de lucro de la ciudad de Seattle.
“Sobre las cosas que se pueden medir, la medicina puede actuar”, dice Heath. Y agrega: “Abordamos este estudio porque sabemos que los pacientes van al médico diciendo que están cansados todo el tiempo o alguna otra cosa, y el médico les termina recomendando que duerman más, porque le faltan datos. Por eso necesitábamos una forma de cuantificar y especificar lo que les pasa a esos pacientes.”
Así fue el estudio
El estudio fue muy complejo, tuvo varios partes e involucró a docenas de investigadores de varias universidades e instituciones, incluido el Instituto de Biología de Sistemas, la Universidad de Washington y el Centro Médico Sueco en Seattle, donde trabaja el director médico del estudio, el doctor Jason Goldman.
El grupo principal de pacientes incluyó a 209 personas, de 18 a 89 años, que tuvieron Covid durante 2020 o principios de 2021 y fueron atendidos en el Centro Médico Sueco de Seattle o en una de sus filiales. Muchos de ellos requirieron internación, pero otros solo fueron atendidos como pacientes ambulatorios. Los investigadores analizaron muestras de sangre y nasales tomadas en el momento en que los pacientes fueron diagnosticados, durante la fase aguda de sus infecciones, y volvieron a tomar muestras y analizarlas dos o tres meses después.
Para el estudio, dice Heath, a los pacientes entrevistados se les preguntó sobre la persistencia de 20 síntomas asociados al PASC, incluida la fatiga, confusión o “niebla” mental y dificultad para respirar, y se cotejaron esos informes con sus historiales médicos electrónicos.
Heath dice que dos o tres meses después de la infección inicial, el 37% de los pacientes reportaron tres o más síntomas de PASC. Otro 24% informó uno o dos síntomas, y el 39% no informó síntomas. De los pacientes que reportaron tres o más síntomas, el 95% tenía uno o más de los cuatro factores biológicos detectados en los estudios que se les realizaron cuando fueron diagnosticados inicialmente con covid.
Y el factor con mayor incidencia resultó ser el de los autoanticuerpos, que apareció asociado a dos tercios de los casos de PASC, señala Heath. Cada uno de los otros tres factores estaba presente en aproximadamente un tercio de los casos, y hubo muchos casos de superposición de varios factores identificados en un mismo paciente.
“Es una investigación grande y completo, y un importante recurso para la comunidad científica que estudia el covid largo”, dice Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale, que no participó en la investigación.
La doctora Avindra Nath, jefa de infectología del sistema nervioso del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y ACV de Estados Unidos, que tampoco participó de esta investigación, dice que el estudio fue bien diseñado, pero señala algunos problemas metodológicos, como el hecho de que el seguimiento de los pacientes fue solo durante dos o tres meses. “Me parece un lapso demasiado breve, porque algunas de esas personas tal vez mejoren espontáneamente con el tiempo”.
Iwasaki señala que el 71% de los pacientes del grupo primario habían sido internados durante la infección inicial, y eso impide concluir que los factores biológicos eran igualmente relevantes para las personas con infecciones iniciales leves.
Pero una conclusión que sí es muy convincente, según los expertos, es que los pacientes que tienen una carga viral muy alta son más propensos a desarrollar PASC, y que por lo tanto se les podrían administrar antivirales poco después del diagnóstico inicial, para ayudar a prevenir los síntomas a largo plazo.
“Cuanto más rápido se pueda eliminar el virus del organismo, menor será la probabilidad de desarrollar un cuadro persistente o autoinmune que desencadene un proceso de Covid largo”, dice Iwasaki.
(Traducción de Jaime Arrambide)