Florencia O’Keeffe 8 de mayo 2022
Analizan vacunas para todos los genotipos del Covid.
Las vacunas contra el Covid se desarrollaron en tiempo récord. A partir del surgimiento del Sars Cov 2, en diciembre de 2019 en China, los científicos pusieron manos a la obra para intentar frenar a la pandemia y lograron en diez meses una herramienta eficaz para minimizar las complicaciones producidas por el virus en el organismo, reducir el número de internaciones y de muertes.
Luego de que las primeras dosis empezaran a ser distribuidas en distintos países del mundo (en la Argentina estuvieron disponibles en diciembre de 2020 para el personal de salud y empezaron a llegar a la población general a partir de marzo de 2021), las investigaciones comprobaron que era necesaria una segunda aplicación para tener una cobertura más amplia contra el nuevo coronavirus.
Más tarde, las evidencias científicas demostraron que los anticuerpos vacunales empezaban a caer a partir del cuarto o quinto mes de aplicada la vacuna. Entonces se inició la inoculación del primer refuerzo o tercera dosis.
En abril de 2022, la cuarta dosis ya se está colocando en el país a adultos mayores, agentes de salud, personas con problemas inmunológicos y aquellos que tienen tres dosis de Sinopharm, y está previsto que llegue a todos los mayores de 50 años una vez que hayan pasado cuatro meses de la aplicación de la tercera.
Aunque coincidieron en que cualquier pronóstico es apresurado, teniendo en cuenta la dinámica de la pandemia, ya hay investigaciones avanzadas para lograr una vacuna que incluya a la variante Ómicron (la más contagiosa hasta el momento) y que pueda colocarse a modo de refuerzo anual.
También hay ensayos que buscan demostrar la eficacia de una vacuna nasal que permitiría no solo achicar las chances de una internación o muerte, sino reducir el número de contagios.
Pablo Bonvehí, integrante de la comisión de vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi), miembro del comité científico de la Fundación Vacunar, jefe de infectología del Cemic e integrante del grupo técnico asesor en Inmunizaciones de la Organización Panamericana de la Salud adelantó que se están haciendo ensayos para conseguir una vacuna que incluya protección contra la variante Ómicron (las actuales se hicieron en base a la cepa original) que podría generar una respuesta inmunológica más sostenida en el tiempo.
“Por ahora, probablemente tendremos que vacunarnos cada 4 o 6 meses y especialmente deberá ponerse el foco en las personas con factores de riesgo por edad avanzada o porque están inmunosuprimidos, que son los más vulnerables si se contagian”, señaló.
“Hay vacunas que se están diseñando especialmente y que buscan una durabilidad mayor, pero mientras se desarrollan y eventualmente se aprueban creo que la mejor recomendación es que se cumpla con lo que se propone que es la colocación del esquema de tres dosis y segundo refuerzo o cuarta dosis para grupos determinados”, remarcó.
Más allá de que en este momento la situación en la Argentina esté “controlada”, el médico recomendó que quien recibe el turno se coloque la cuarta dosis: “Yo no esperaría”, dijo.
Sin restricciones en casi todas partes del mundo, rebrotes en algunos países de Asia y Europa e incluso una suba de casos que se viene dando en la Argentina en los últimos días, no es correcto decir que la pandemia es parte del pasado.
Hay médicos y científicos que se animan a platear que el Covid se convertirá en una virosis respiratoria más, pero que este año todavía habrá que enfrentar algunos picos de contagios.
Para Bonvehí “realmente no se sabe cómo va a seguir el escenario epidemiológico del Covid”.
El médico mencionó: “Estamos observando un leve incremento en el número de casos en Buenos Aires, que no se refleja en mayores hospitalizaciones, pero que habla de una persistencia y recirculación del virus a partir de una mayor actividad social y laboral, y el quite de las restricciones”.
El especialista consideró que, aunque se haya desobligado el uso del barbijo, el hecho de seguir utilizándolo en espacios cerrados es clave, como lo es la ventilación de los ambientes.
“Quizá no tengamos un pico con números altos de ocupación de camas, pero el virus va a seguir afectando a las personas, produciendo fiebre, cansancio, tos y eso tiene un impacto productivo, porque mucha gente no podrá trabajar por unos cuántos días y es algo que no hay que soslayar, por eso vacunarse y mantener las normas de protección sigue siendo importante”.
El infectólogo puso el acento en el rol de las vacunas “que disminuyen las consecuencias más graves”, al tiempo que señaló que “se necesita encontrar alternativas con vacunas con una inmunidad más duradera”.
En ese sentido, mencionó a las que se están desarrollando en la Argentina “que se enfocan en toda la proteína espiga del virus, ofreciendo una protección más larga”. Hay investigaciones en fase 1 con expectativas de que en pocos meses se pase a la fase 2. 8.-“Existen estudios de vacunas que combinan protección para influenza, virus sincicial y Covid, el futuro viene por ahí”, agregó Bonvehí.
La necesidad de refuerzos de aquí en más, cada cuánto tiempo y para qué población se está debatiendo fuerte en todo el mundo.
En la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) se debatió el tema de un posible refuerzo anual hasta que se consiga, al fin, mantener al Covid en niveles muy bajos. Por el momento, no informaron conclusiones contundentes al respecto.
El infectólogo Marcelo Leguizamón dijo que “las vacunas lograron, drásticamente, modificar el escenario de la pandemia”.
Con 511 millones de contagios en el mundo, más de 6 millones de muertes, otro elevado número de personas que quedaron con secuelas por el Sars Cov 2 en apenas dos años _más el impacto en los equipos de salud_ no quedan dudas de que se vivió una tragedia.
La ciencia salió a buscar respuestas y encontraron muchas, pero también un montón de obstáculos. La inequidad que existe en el mundo es una de esas barreras.
“El 65% de toda la población mundial tiene al menos una dosis pero solo el 15% de la población de ingresos bajos logró acceder a esa primera dosis de vacuna contra el Covid”, comentó.
En relación a la fortaleza de esta herramienta de salud en pandemia, Leguizamón agregó: “Nunca en la historia de la humanidad se hizo una campaña tan masiva y con tanto alcance, porque si la comparamos con la del sarampión, allí el 20% de la cobertura se logró en 6 años, y la vacuna del Covid logró en 6 meses llegar a un 20% de la población”.
Respecto a lo que viene, el médico mencionó que “si bien el futuro es incierto, se pueden plantear dos escenarios: que aparezcan nuevas variantes que escapan a las vacunas actuales, a lo que la ciencia deberá atender, y otro escenario en el que que haya una vacuna para todos los genotipos encontrados hasta el momento, incluyendo Ómicron (Pfizer y Roemmers están trabajando en esto y es posible que haya novedades, pero no inmediatas)”.
Leguizamón dijo que tener “una vacuna anual combinada con la de la gripe, lo que se denomina pancoronavirus, sería lo ideal y siendo aún más optimistas, tener una nasal que no solo mitigará las formas graves de Covid, sino que además tendrá un impacto en la reducción de la transmisión del virus”.
El especialista, que habló con este diario desde Barcelona, donde se encuentra cursando una beca de actualización de enfermedades infecciosas otorgada por la sociedad científica española (Seimc) comentó que “mientras se aclare cuál será la necesidad a mediano y largo plazo de los intervalos de vacunas, hay que seguir utilizando las medidas de protección, en especial la ventilación de espacios cerrados en Barcelona se utilizan medidores de dióxido de carbono en espacios cerrados para conocer la calidad del aire) y los barbijos o mascarillas”.