Lo remarca el veterinario y miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe, Carlos Corvalán, y llama a pensar un nuevo concepto.
Lunes 30 de Noviembre de 2020
Hace un año y medio Rosario fue escenario de un encuentro de profesionales de distintas partes del mundo, organizado por la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe, y que tuvo como eje el concepto de “Una Salud”, un enfoque que toma cada vez más fuerza y que busca crear conciencia y generar acciones entendiendo que la salud es una sola y que los humanos están ligados al bienestar animal y de los ecosistemas. Si alguna de estas partes se “desequilibra”, los efectos pueden ser catastróficos, como está sucediendo con la pandemia de Covid, que en principio tiene su origen en la mutación de un virus surgido por el contacto humano/animal.
Ejemplos de esta situación hay muchos en las últimas décadas: la gripe (H1N1), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (Mers), la brucelosis, la tuberculosis. De allí que tome cada vez más relevancia tomar decisiones políticas en salud con una mirada global, donde los actores intervinientes provengan de distintas disciplinas y trabajen en forma conjunta, formando equipos de investigación y asesoramiento, con el acento puesto en la prevención.
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La Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe, que reúne a destacados académicos residentes en Santa Fe, no sólo a médicos, sino también a biólogos, físicos, odontólogos, bioquímicos, farmacéuticos, fue creada con este espíritu y está más activa que nunca. Al punto que el próximo objetivo de este grupo de académicos de toda la provincia es formar parte del programa Una Salud de la OMS concebido para “diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones en el que múltiples sectores se comunican y colaboran para lograr mejores resultados de salud pública”.
Las esferas de trabajo son: inocuidad de los alimentos, el control de zoonosis (enfermedades transmisibles entre animales y humanos) y la lucha contra la resistencia a los antibióticos (cuando las bacterias, tras estar expuestas en forma constante a antibióticos, se vuelven más difíciles de destruir).
Así lo explicó a La Capital Carlos Corvalán Romero, miembro de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España e integrante de la Academia santafesina, quien enfatizó que “hay enfermedades de origen animal que el hombre puede adquirir y que representan enormes riesgos para la salud mundial”.
Una pregunta premonitoria
En aquel encuentro realizado en Rosario, Corvalán preguntó a la audiencia: “¿Estamos preparados para una nueva pandemia?”, y expuso fortalezas y debilidades de los sistemas de salud para hacerle frente a una potencial nueva epidemia. Algunos meses después el Covid golpeaba con toda su energía a las ciudades más grandes e importantes y a los pueblos más pequeños, en cada rincón del planeta. Y nada asegura, comenta, que no volvamos a tener una experiencia tan compleja como la que todavía estamos viviendo.
“No hay tiempo que perder, no podemos quedarnos a esperar. No podemos ver más a la salud como una cuestión fragmentada: la ciencia humana por un lado, la animal por otro, el medio ambiente por otro. Esa mirada, ese modo de trabajo puede empujarnos a nuevas tragedias. Cualquier cosa que pase con una de las partes afecta a las demás”, enfatizó.
Corvalán, que vivió muchísimos años en España, comenzó en 2004 a trabajar de manera cercana el concepto de Una Salud y comenta que encontró en la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe un “espacio interesante y muy enriquecedor para continuar impulsando este esquema, este proyecto, este modo de encarar a la salud”.
“En Argentina aún hay un camino largo que recorrer en este sentido. Además de la Academia hay grupos trabajando con esta mirada, pero no están integrados. En las universidades está empezando a plantearse, pero necesitamos programas fuertes y compromiso político y profesional para fomentar y sostener este modo de entender a la salud”.
Como primer veterinario miembro de la Academia, aplaude que Santa Fe esté a la vanguardia en este tema, pero “hay que seguir sumando voluntades y compromisos. La pandemia que estamos atravesando es un gran ejemplo de la necesidad de estar preparados para lo que puede venir. Hoy es el coronavirus, pero mañana una superbacteria puede tener en vilo al mundo”.
La educación como punto nodal para tener éxito
Corvalán destacó que la educación es un punto nodal. No sólo la que se imparte en los ámbitos universitarios u otros espacios educativos sino también la de la población general. “En este sentido los medios de comunicación tienen un rol esencial. Buscar las fuentes adecuadas, manejar correctamente la información, llegar a la gente con conceptos claros que permitan prevenir o cambiar hábitos. Todo lo que se hace mal termina causando desazón, incertidumbre y malas decisiones por parte de la gente. Lo de las vacunas fue un ejemplo: lo que se comunica mal termina generando nuevos problemas y descreimiento en la ciencia, algo que no debemos permitir”.
El veterinario remarcó que el “75% de las enfermedades emergentes son zoonosis” y agregó: “Es por eso que el productor, por ejemplo, no puede trabajar en forma separada del resto de los profesionales. O los Estados no pueden desconocer que una medida que se toma en relación a la salud animal, o no se toma, tiene efectos directos en la salud de la población”.
El especialista reflexionó: “Es raro que un pediatra pregunte a la familia si convive con ellos un gato, un perro u otra mascota. Y ese es un dato fundamental que puede explicar muchos de problemas de salud de esa familia”.
“Es hora de concientizar a los productores, médicos y población general (un 57% de familias tienen animales de compañía). La sanidad animal está vinculada íntimamente con la salud pública y es prioritaria la colaboración más estrecha entre las autoridades médicas y veterinarias en la detección de las enfermedades zoonóticas, sin olvidar a quienes estudian el medio ambiente. Es hora de pensar en la salud de manera holística”.