Juan Manuel Simó

Muchos argentinos se contagiaron de coronavirus en los últimos días por el desplazamiento a gran velocidad de la variante ómicron. En este contexto, una vez superado el virus y al retomar la actividad normal, los que tienen el hábito de entrenar se preguntan qué medidas de prevención hay que considerar antes de volver a realizar actividad física.

“Como recomendación general, ante un positivo leve de Covid se aconseja esperar 15 días antes de retomar gradualmente la actividad física. Es fundamental que el paciente hable con su médico de cabecera para que determine qué tipo de estudios se recomiendan en su caso particular”, explica Laura Vitagliano, cardióloga especialista en medicina del deporte y miembro del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) a la nacion.

Vitagliano entiende que se produjo un cambio ante la variante ómicron y que, por eso, los casos de miocarditis, pericarditis y otros trastornos electrocardiográficos que pueden significar una arritmia no se están viendo con la cepa actual. “La anterior era de mucha más gravedad, ya que los casos de internación eran más factibles. La actual transcurre en la mayoría de los pacientes dentro de un cuadro viral”, dice la médica.

Además, destaca la importancia de consultar a un profesional antes de volver a la actividad física para que determine qué estudios se recomiendan en cada caso: “Si aparecen síntomas, se debe frenar la actividad física, volver al descanso y hablar con un cardiólogo para ver si hay que realizar estudios de laboratorio”. Y agrega que se aconseja retomar la actividad de forma paulatina.

Entre las complicaciones que pueden sufrir los contagiados se encuentra la miocarditis, la inflamación del músculo cardíaco. “En los pacientes con Covid, la incidencia de repercusión cardíaca es baja. En un porcentaje de casos reducidos, el virus puede producir miocarditis y en aquellos pacientes con mayores complicaciones (en general internados) puede también provocar fenómenos trombóticos”, explica José Luis Navarro Estrada, expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y cardiólogo del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Otra mirada

“A los pacientes que no tuvieron complicaciones y hacen ejercicio ligero (entrenamiento, trote o bicicleta), les pedimos que intenten no retomar esa actividad durante los tres meses posteriores. En ese interín, se hace un electrocardiograma y ecocardiograma doppler, y es recomendable, aunque no imprescindible, hacer un test de ejercicio para ver cómo está la capacidad de ejercicio”, dice el médico, y aclara que se trata de una recomendación general de recuperación que se puede ajustar según el caso.

Además, explica que “en los individuos que quieren retomar una actividad deportiva competitiva se mantienen los tres meses, pero se vuelve imprescindible la evaluación de ejercicio antes de volver a entrenar de forma progresiva”.

Elena Obieta es infectóloga y jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Municipalidad de San Isidro. “Para hacer deporte de alto rendimiento requerimos algunas pruebas especiales, como un ecocardiograma o un test de marcha. Pero quienes no sean deportistas de alto rendimiento, una vez que reciben el alta clínica, luego de haber sido visto por un médico y sin haber tenido neumonía ni problemas de saturación o falta de aire posejercicio, ya pueden empezar a realizar deporte de forma progresiva. Es importante comenzar de a poco e ir incrementando progresivamente la cantidad de ejercicio”, dice.

Ricardo Teijeiro, infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), suma: “La necesidad de evitar hacer deporte depende de la magnitud de la enfermedad. Si uno es asintomático o presenta síntomas leves, no necesita evitarlo. Pero un deportista que tiene una afección respiratoria tendrá que ser controlado por un médico, quien le dará el alta antes de volver a hacer deporte”.