“Estoy preocupada, no consigo repelente en ningún lado y mi marido tuvo dengue hace dos semanas. Es riesgoso que se vuelva a contagiar. ¿Si alguien consigue, me avisa?”. Fabiana Díaz publicó hace cuatro días esta frase en su estado de WhatsApp, un pedido casi cargado de angustia. Justamente, es una de las dudas que atormentan a aquellos que se enfermaron de dengue y saben que lo peligroso podría ser volver a infectarse, por la posibilidad de desarrollar dengue grave.

Ante la necesidad de esperar varios meses hasta vacunarse y frente a la escasez de repelentes, muchos viven con preocupación el temor a otro contagio. La duda es: ¿una persona que tuvo dengue recientemente se puede volver a contagiar de inmediato, con otro tipo de dengue o queda inmunizado por un tiempo?

La respuesta de infectólogos y especialistas puede llevar tranquilidad. Según explicaron a la nacion, una persona que se contagió recientemente goza de una inmunidad temporaria que lo protege de nuevas infecciones por unos tres meses. Esa protección alcanza a todos los serotipos, no solo al que contrajo. Pasado ese período, cuando ya podría aplicarse la vacuna, caerá la protección contra los demás serotipos y permanecerá, de por vida, se cree, la protección contra el serotipo que contrajo.

“¿Puede volver a contagiarse en el corto plazo? En general no. Hay una respuesta que se llama de anticuerpo heterotípica, en la cual el individuo por un período de tres a seis meses hace anticuerpos para el serotipo que se contagió y para los otros tres. Pero luego, estos anticuerpos desaparecen y queda solo inmunizado para el serotipo que lo afectó”, dice el infectólogo y pediatra del Hospital Gutiérrez, Eduardo López.

“El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos. Existen cuatro subtipos o serotipos. Sabemos que una persona puede tener, teóricamente a lo largo de la vida cuatro veces dengue, causado una vez por cada serotipo, aunque hasta ahora nunca se ha reportado más de tres infecciones en un ser humano”, explica Ramiro Heredia, especialista en Medicina Interna y médico del Hospital de Clínicas.

“Por ejemplo tener el serotipo dos, el más frecuente en la región, aporta inmunidad permanente o de larga duración contra ese mismo serotipo e inmunidad transitoria contra los otros. Después, esa protección decae y la persona se puede reinfectar. El principal factor de riesgo para tener dengue grave es el haber tenido una infección previa, por distintos fenómenos inmunológicos que se producen”, detalla.

“Esta es una pregunta importante que se escucha mucho. ¿Puedo volver a contagiarme? Porque muchos pacientes, ante la escasez de repelentes, tienen ese temor”, explica el infectólogo Pablo Bonvehí, especialista del Cemic y miembro de la Comisión Nacional de Vacunas. “Esta protección transitoria hace que sea muy raro que vuelva a tener dengue en lo inmediato”, suma.

Dudas como la posibilidad de un recontagio inmediato hacen que para las familias no quede claro hasta cuándo pueden seguir los contagios dentro del grupo. Y en todo caso, si hay poco repelente en el hogar: ¿quién tendría la prioridad? ¿Aquel que ya tuvo, el que no se contagió?

Los especialistas señalan que se pueden establecer prioridades, o una especie de sistema triage, para determinar quién tiene mayor riesgo y es prioridad: el número uno es quien tiene fiebre, síntoma inequívoco de dengue, aun cuando es una sospecha. Esa persona debería embadurnarse en repelente. Eso evitará que los demás miembros de la familia se contagien. No hay que esperar a tener el diagnóstico, hay que prevenir. Ya que muchas veces, el diagnóstico llega cuando el paciente ya superó la etapa de contagio, incluso cuando recibió el alta.

“Para que exista la transmisión de dengue, sí o sí tiene que estar presente el Aedes aegypti, la hembra en particular. Y estos mosquitos, que nacen sanos, se infectan de los humanos que tienen dengue, y después de 8 a 12 días, transmiten infección durante toda su vida, que es de 4 a 6 semanas. El mosquito es de hábitos diurnos, domiciliario que no vuela más de 50, 100 metros o en algunos trabajos hablan de 200 metros, por lo cual muchas veces infecta a varios miembros de la misma zona. Es por eso por lo que cuando una persona tiene dengue y otra familia tiene síntomas, probablemente haya sido contagiado por los mismos mosquitos. No existe la transmisión persona a persona, por eso es tan importante que los que tienen dengue hagan aislamiento entomológico. ¿Qué quiere? Aislarse de los mosquitos, usar protector, repelente, renovarlos regularmente, usar dispositivos de pared, estar en su habitación, principalmente durante el período que tienen fiebre y que es una situación ideal para que los virus, los mosquitos, que no tienen dengue, se contagien de dengue y transmiten a otros humanos”, aporta Heredia.

“La persona enferma, durante los primeros cinco a siete días de aparición de los síntomas, tiene el virus circulando en la sangre, lo que se llama viremia. Si esa persona es picada por un mosquito en ese periodo, se infecta y puede infectar a otra persona, unos días después. Por eso es importante que una persona que tiene síntomas de dengue, incluso si no tiene confirmación, además de tomar paracetamol e hidratarse es fundamental que se ponga repelente y que esté en un ambiente con mosquiteros. Algunos dicen, si ya estoy infectado, ¿para qué me voy a proteger de los mosquitos?
Porque esa persona puede ser la fuente de infección”, grafica Bonvehí.

¿Qué ocurre si la persona que empieza con síntomas no usa repelentes, no se aísla o tarda varios días en consultar, sobre todo por las demoras que en las guardias? “Este período de diagnóstico es el período en el que se contagia. Si uno tiene fiebre en este contexto de brote, tiene que asumir que una posibilidad es dengue. Desde ese momento tiene que extremar los cuidados y priorizar colocarse repelente para no contagiar”, apunta Bonvehí.

¿Qué pasa si no aparece fiebre, pero sí otros síntomas? En los últimos días, muchas personas dan cuentan de tener dolores corporales y de cabeza intensos, pero sin fiebre. Los expertos recomiendan interrumpir por unas horas la toma de analgésicos para ver si aparece la fiebre.

“En general la fiebre es casi universal en el dengue, es muy raro que haya otros síntomas y no aparezca fiebre, en ese caso, es probable que sea otro cuadro”, dice Bonvehí.

Ventana de inmunidad
La ventana de inmunidad que tienen las personas que se contagiaron dengue durará unos tres meses, afirman los infectólogos. Significa que están protegidos hasta que puedan vacunarse. Volviendo a la lista de prioridades para el uso de repelente ante un contexto de escasez, la persona que tuvo la infección y se recuperó, pasados los 14 días, bajaría hasta los últimos puestos de la lista, ya que en los próximos meses no se volvería a contagiar.

“El contagio más frecuente, que en general es el más complejo, es cuando uno recibió el dengue serotipo 1 y se reinfecta con el 2. Por eso se recomienda que se vacune pasados los tres meses para evitarlo. Se considera que de 3 a 6 meses después, ese paciente puede vacunarse, pero esto es un consenso más que una realidad”, explica López. “Se utilizó seis meses teniendo en cuenta los datos de la vacuna de origen francés que es la anterior”, agrega López.

“No es necesario vacunarse inmediatamente, porque ese paciente está protegido de nuevos episodios por los anticuerpos que genera la infección. Como uno tiene anticuerpos que recién se están produciendo, existe la posibilidad teórica de que haya alguna interferencia y que la vacuna tenga menos respuesta en esos primeros tres meses. Lo que se recomienda por los dos motivos, porque la persona está protegida y porque puede haber alguna interferencia con la respuesta de la vacuna, es esperar tres meses para inmunizarse. La fase de eficacia demostraba la protección del 62% contra el dengue y en promedio del 84% para evitar hospitalización e internación”, dice Bonvehí.

Según señalan los especialistas, la vacuna es más eficaz que para los que no tuvieron la infección.
¿Quién sigue en la lista de prioridades para el uso del repelente? “Es difícil porque es una enfermedad que aún en personas jóvenes y sanas puede generar complicaciones. Hay que proteger a las personas con comorbilidades o adultos mayores, siempre son los que tienen un poco más de riesgo de complicaciones”, apunta Bonvehí.

“No hay una recomendación formal sobre esto, pero analizando la situación de escasez de repelentes, los debemos usar al salir del domicilio y estar expuestos al aire libre, repelente personal, porque existen repelentes de ambiente como, los espirales. Podríamos estratificar, por ejemplo, a los niños pequeños, que son los más expuestos, que están en el aire libre ya que tienen menos recursos para protegerse, o las personas que tuvieron dengue hace más de tres meses, porque tienen más riesgo de tener dengue grave, y después podríamos estratificarlo por factores de riesgo, como mayores de 80 años, después de 79 a 70 años, los que tienen otras enfermedades crónicas o comorbilidades”, dice Heredia.

“Si no hay repelente o hay poco, los menores de un año o de seis meses pueden usar el tul; excelente para evitar la picadura. Segundo, uno tiene que priorizar a aquellos que si se enferman pueden dar dengue grave. Las embarazadas, los pacientes inmunosuprimidos, quienes tienen enfermedades crónicas y los mayores de 65”, asegura López.

 

Evangelina Himitian