Joseph Goldstein

NUEVA YORK.– La ciudad de Nueva York subió ayer el nivel de alerta por Covid a “alto”, luego de que el aumento del número de casos y las hospitalizaciones alcanzaron cifras que podrían ejercer una presión sustancial sobre el sistema de atención médica.

El anuncio fue provocado por un sistema de alerta codificado por colores que la ciudad introdujo en marzo. Pero, hasta ahora, el sistema ha tenido poco impacto en la estrategia de control de enfermedades o en la percepción del público.

El alcalde Eric Adams advirtió el lunes que la ciudad se acercaba al umbral, pero dijo: “No estamos en el punto de exigir barbijos”.

Desde hace dos meses hay un aumento persistente de infecciones registradas, impulsadas casi en su totalidad por las subvariantes de ómicron. En los últimos días, Nueva York registró un promedio de más de 3500 nuevos casos diarios, aunque esas cifras subestiman significativamente la prevalencia del virus, ya que muchos contagios se detectan mediante autotests, que las autoridades sanitarias no cuentan.

Las hospitalizaciones por Covid-19 también fueron en alza y recientemente alcanzaron unas 130 nuevas admisiones por día en toda la ciudad, según datos estatales.

Esta última ola de casos de coronavirus, la quinta de Nueva York, comenzó a mediados de marzo y hasta ahora ha cobrado menos víctimas que cuando ómicron arrasó la ciudad por primera vez, en diciembre y enero.

En esa ola inicial de ómicron, quizás el 30 por ciento de la ciudad estaba infectada, según una investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), y los hospitales se vieron afectados por la presión de los pacientes que llenaban las salas de emergencia.

El sistema de alerta codificado por colores de la ciudad incorpora datos sobre el recuento de casos y las hospitalizaciones. Y vincula recomendaciones específicas a cada umbral. Ayer, la ciudad ingresó al nivel de riesgo naranja o “alto”, que viene con la recomendación de que el gobierno local requiera barbijos faciales en todos los espacios públicos interiores.

Precauciones

Pero Adams ha mostrado poco interés en exigir mascarillas. En el nivel “alto”, el alcalde puede considerar restablecer el mandato de tapabocas, incluso en las escuelas, pero anteayer dijo que aún no planeaba dar ese paso.

Y ayer su comisionado de salud, el doctor Ashwin Vasan, emitió un comunicado instando a los neoyorquinos a tomar sus propias precauciones. Pero no mencionó la adopción de medidas gubernamentales para imponer la obligatoriedad de barbijo.

“La ciudad de Nueva York ha hecho la transición a un alto nivel de alerta de Covid, lo que significa que ahora es el momento de duplicar la protección de nosotros mismos y de los demás al tomar decisiones que puedan evitar que nuestros amigos, vecinos, familiares y compañeros de trabajo se enfermen”, dijo.

El lunes, Vasan recomendó que las personas usen barbijos de tipo médico en oficinas, tiendas de comestibles y otros lugares públicos cerrados.

Aun así, algunos neoyorquinos se sorprendieron por el tiempo que le tomó a la ciudad elevar el nivel de alerta a alto, dado que el virus ha estado circulando ampliamente durante los últimos dos meses, con tasas de positividad de las pruebas en algunos vecindarios muy por encima del 10 por ciento.

“Los umbrales no tienen sentido”, opinó el profesor Denis Nash, epidemiólogo de la Escuela de Graduados de Salud Pública y Políticas de Salud CUNY, en una entrevista ayer, mientras se recuperaba de Covid-19.