Elisabetta Piqué Efe

ROMA.– Se acerca la Navidad, hace frío –como es normal en esta época–, las decoraciones iluminan vidrieras y calles, pero en los distintos países de Europa no reina ese clima de recuperada serenidad que la gente se ansiaba, sino de creciente preocupación ante el avance la variante ómicron.

En Italia, por ejemplo, la curva de contagio de coronavirus avanza en forma exponencial –en una semana hubo un aumento del 40% de casos– y es tal el temor al avance de ómicron que el gobierno de Mario Draghi analiza nuevas restricciones.

Ayer se registraron 30.798 nuevos casos en 24 horas, el pico de 2021, y 153 muertos, el pico de este mes y otro dato récord que no se veía desde mayo pasado en Italia, país que contabiliza desde el comienzo de la pesadilla de coronavirus más de 135.000 decesos.

Aunque se espera que una decisión sea tomada mañana, el día de la antivigilia de la Navidad, se da por descontado que en toda Italia volverá a ser obligatorio el uso del barbijo al aire libre. Ya decretaron esta medida varias regiones en forma individual, como el Lazio (cuya capital es Roma), donde a partir del jueves, y por un mes, volverá a ser obligatoria la mascarilla al aire libre.

Los 13 millones de italianos que viven en regiones que se encuentran en este momento en zona amarilla, es decir, con mayor incidencia de casos (Calabria, Firuli Venezia Giulia, Liguria, Marcas, Véneto, las provincias de Bolzano y Trento), ya están obligados a ponerse tapabocas para circular.

Draghi hizo saber que hasta que no tenga los datos sobre la penetración real de la variante ómicron no va a anunciar qué nuevas medidas tomará para frenar el virus. “Aún no hay nada decidido, todo dependerá de los datos y de la última secuenciación para ver la velocidad de difusión de ómicron”, explicó el primer ministro, que de todos modos insistió en que lo fundamental es “proceder con la máxima velocidad a la tercera dosis”, es decir, el refuerzo. En Italia, en efecto, la campaña de vacunación ha sido un éxito y ya más del 85% de la población mayor de 12 años se encuentra inmunizada con dos dosis. El problema es que, después de cuatro o cinco meses, la protección de la vacuna disminuye.

De hecho, hay muchas personas vacunadas que han resultado positivas. Y es por esto que el gobierno está analizando la posibilidad de que para acceder a grandes eventos, como a estadios, cines y teatros, los ya vacunados tengan que hacerse antes un test de hisopado, una propuesta que ha creado muchas polémicas y rechazo.

“Vuelven las restricciones y las limitaciones a las festividades: el fracaso del ministro de Salud, Roberto Speranza. Es oficial: hay que pedir su renuncia”, clamó Giorgia Meloni, líder del partido de derecha Hermanos de Italia, de oposición. Le hicieron eco varios referentes de centroderecha, que también se opusieron a esa idea.

Incluso los científicos cuestionaron la idea de exigir un hisopado para ir al cine o al teatro a los ya vacunados, que representaría una suerte de premio a los no-vax y un golpe a la confianza de los ciudadanos que sí se inmunizaron y un desincentivo a la tercera dosis.

No se descarta que, para prevenir brotes en vista de las vacaciones invernales que se avecinan, el gobierno directamente decida prohibir fiestas y manifestaciones públicas –como ya han hecho a nivel local varias ciudades– o que exija, en todo caso, hisopados a vacunados que quieran ir a discotecas, fiestas de fin de año y vigilias de tipo privado.

Pero hay más medidas en estudio para exorcizar la ómicron. Entre ellas, reducir la duración del Super Green Pass (que se obtiene únicamente con la doble vacunación y que actualmente dura nueve meses) a cinco o seis meses. Y extender la obligación de vacunarse (que ahora rige para personal de salud, docente y fuerzas del orden) a quienes trabajan en contacto con el público.

Pero Italia no es la única nación europea en activar restricciones. La expansión de la ómicron obligó a hacer lo mismo en varios países del continente. En algunos Estados medianos y pequeños las medidas ya están en vigor (como Dinamarca y los Países Bajos), mientras que en otros las nuevas limitaciones se posponen para después de Navidad.

Es el caso de Alemania. Las nuevas medidas, que no son de confinamiento total, incluirán restricciones de contacto, incluso entre personas ya vacunadas.

Entre las nuevas reglas se limitan las reuniones privadas a un máximo de 10 personas. También se ordenó el cierre de centros nocturnos en todo el país y los grandes eventos, como los partidos de fútbol, que se realizarán sin aficionados en la tribuna. Las restricciones entrarán en vigor a nivel nacional el 28 de diciembre, aunque los estados tienen la autoridad de implementarlas antes.

Y tras registrarse ayer en España un récord de casos desde el inicio de la pandemia, el gobierno se reunirá hoy para estudiar medidas adicionales para hacer frente a la oleada. Cataluña pedirá por su parte a la Justicia la autorización para aplicar un toque de queda nocturno.