BRASILIA.– El juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil Luis Roberto Barroso dictaminó ayer que el gobierno de Jair Bolsonaro debe exigir una prueba de vacunación a los visitantes que quieran ingresar al país, tanto por vía aérea como terrestre.

La decisión entrará en vigor una vez que se notifique a los organismos involucrados, según indicaron en el STF, hecho que debería tener lugar mañana.

Según Barroso, la sustitución de la prueba de inmunización por una cuarentena de cinco días, posibilidad que el gobierno pretendía ofrecer a las personas no vacunadas, solo debería estar habilitada para casos excepcionales, como los de personas que no puedan ser vacunadas por motivos médicos o que procedan de países con escasa oferta de inmunizantes.

“La entrada diaria de miles de viajeros al país, la proximidad de las fiestas de fin de año, los eventos de precarnaval y el carnaval en sí, capaz de atraer gran cantidad de turistas, y la amenaza de promover el turismo antivacunas, dada la imprecisión de las normas que requieren su prueba, constituyen un riesgo inminente inequívoco, que autoriza el otorgamiento de la medida cautelar”, justificó el magistrado.

El juez del STF consideró que el gobierno federal debe aceptar plenamente las sugerencias hechas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) en dos notas técnicas, que fueron enviadas en noviembre a la Casa Civil para colaborar en la decisión acerca de si es o no necesaria la vacunación para ingresar al país de América del Sur.

Resistencia

Bolsonaro ha negado repetidamente las solicitudes del regulador estatal de salud para exigir pruebas de vacunación a los visitantes. Pero Barroso dijo en su decisión que Brasil debe evitar apoyar lo que llamó “el turismo antivacunas”.

El juez insistió en que el requisito de prueba de vacunación puede ser eximido solo cuando el viajero proviene de un país donde no hay vacunas disponibles o si la persona no pudo inmunizarse por razones de salud.

El gobierno había emitido la ordenanza interministerial 611/2021, que disponía, para los extranjeros que llegaran a Brasil, la obligatoriedad de una prueba de vacunación o, como alternativa, una cuarentena de cinco días seguida de una prueba negativa para el coronavirus antes de permitir la circulación en territorio nacional.

Al analizar el caso, Barroso destacó que el STF tiene la obligación constitucional de proteger los derechos fundamentales a la vida y la salud.

“Ya hay más de 600.000 vidas perdidas, ¿y aún persisten actitudes de negación?”, señaló el magistrado, para quien la ordenanza interministerial cumple parcialmente con las recomendaciones de Anvisa con relación a los viajeros, en tanto el texto “presenta ambigüedades e inexactitudes que pueden dar lugar a interpretaciones divergentes, en detrimento de los derechos constitucionales a la vida y la salud en cuestión”.

Bolsonaro había retrasado durante una semana una regulación que requeriría que los visitantes no vacunados sean puestos en cuarentena durante cinco días, luego de un ataque de piratas informáticos contra el Ministerio de Salud el viernes. La medida de ayer, sin embargo, terminó por boicotear su iniciativa y puso barreras al turismo internacional.

Si bien los contagios por Covid-19 en Brasil se encauzan en una línea decreciente, el promedio de nuevos casos diarios ronda los 7900, lo cual representa un 10% del pico, la media más alta, reportada en junio pasado.

En total, el país acumula 22,2 millones de contagios y 616.691 muertes por Covid-19 desde que comenzó la pandemia. Un 65,5% de los brasileños están completamente vacunados, según las cifras oficiales.