En el 18º congreso mundial de la especialidad, expertos destacaron las mejoras en la formulación de estos productos

  • Gabriela Navarra

Con la llegada de los días de mayor exposición al sol, se renueva cada año la necesidad de una práctica que –según los expertos– debiera ser casi cotidiana, pero que en primavera y verano urge: la protección solar. Y hay buenas novedades al respecto. Uli Osterwalder, ingeniero químico de Basilea, Suiza, experto en formulación de esos productos y consultor en el tema, anticipa que ya se dispone de una nueva generación de protectores solares con mejores formulaciones y filtros para mantener más a salvo la piel, disponibles también en nuestro país.

“Europa es el continente donde más se investiga en innovación en este tema –explica Osterwalder– y los nuevos productos ofrecen protección de amplio espectro, de una forma más uniforme, tanto contra los rayos UVB (los que enrojecen la piel) como contra los UVA (que causan el envejecimiento de la piel). Sabemos que un problema de estos productos es que no se consideran medicamentos, no se venden según indicación médica y a menudo son de alto precio. Alemania es el país que tiene los protectores solares de buena calidad más accesibles del mundo”.

El experto suizo es uno de los distintos expositores del 18º Congreso Mundial de Cánceres de Piel (WWCS, por su sigla en inglés), que hasta mañana inclusive se realiza en Buenos Aires, organizado por la Skin Cancer Foundation, la Fundación Cáncer de Piel Argentina y el Colegio Iberoamericano de Dermatología (Cilad).

Fernando Stengel, destacado médico dermatólogo argentino y presidente del congreso, indica que los nuevos protectores solares presentan tres características: “Mejor cosmeticidad, es decir, resultan más agradables para la piel porque a diferencia de muchos otros no se ven; más sustantividad o remanencia, que se adhieren mejor a la piel y permanecen más tiempo, con lo que puede espaciarse más su uso, y mayor estabilidad, la luz no los altera. Que sean de amplio espectro se puede ver en las etiquetas de los buenos productos: además de la sigla UVB figura también la sigla UVA en un círculo”.

Deborah S. Sarnoff, profesora del Departamento de Dermatología de Ronald O. Perelman de la Escuela de Medicina de Nueva York, es presidenta de la Skin Cancer Foundation, institución pionera en la prevención del cáncer de piel, fundada en 1979. “Toda nuestra tarea está orientada hacia la comunidad –menciona–. Tenemos un camión que va recorriendo distintas zonas del país [EE.UU], ofreciendo atención médica a personas que no tienen medios ni acceso a la atención, dermatólogos voluntarios que colaboran y viajan difundiendo el tema por diferentes continentes, mucha literatura educativa para que las personas puedan reconocer lesiones y prevenir el cáncer de piel y también este congreso de educación médica, cada dos años”.

Diagnóstico

Susana Puig Sardá, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Clinic de Barcelona y al frente del grupo Idibaps, que investiga en imágenes, genética e inmunología del melanoma, indica que desde hace más de 20 años existen mejoras muy importantes en cuanto al diagnóstico por imágenes de este tipo de cáncer de piel, que es el tumor cutáneo más agresivo. “Se trata de la dermatoscopía –precisa–, que fue incrementando la precisión diagnóstica en más de un 25% para todos los tumores, además de hacerlo con patología de la piel en general, cabello y uñas.”

En cuanto a la genética del melanoma, precisó que más de 55% de estos tumores deben su razón a los genes de la propia persona y el 45% restante a la radiación ultravioleta. “Las personas de piel más oscura están naturalmente más protegidas del melanoma. Hay genes de susceptibilidad y genes de alto riesgo –puntualiza–. En América Latina, donde la incidencia es baja, se recomienda el cribado genético en aquellas personas con dos o más casos de melanoma en familiares de primero o segundo grado”.