Mauricio Giambartolomei

Ricardo 

Las salas de terapia intensiva tienen los niveles más bajos de ocupación desde que el Covid-19 puso al límite los hospitales y las clínicas del país. Es una consecuencia directa de lo que ocurre con los contagios, que ya llevan 18 semanas en baja, y de los fallecimientos, que tuvieron una reducción del 60% en los últimos 15 días. La calle se mueve desde hace tiempo a un ritmo normal, y se recuperaron las actividades de los sectores que quedaban inhabilitados, como la concurrencia del público a las canchas de fútbol o a eventos masivos. Y entonces, ¿cuándo podremos hablar de que la pandemia terminó?

Pocas respuestas concretas aparecen para saldar esa pregunta, porque la cautela marca el ritmo de una vuelta a la normalidad que ya tomó un ritmo acelerado. El avance de la vacunación, con más de la mitad de los argentinos con esquema completo, permite ser optimista, aunque la circulación de la variante delta plantea dudas. La sensación creciente es que la Argentina se encamina a la transición de la pandemia a una enfermedad endémica, como ocurre con otras enfermedades en el país.

Algunos expertos consultados por la nacion arriesgan que esa transformación podría ocurrir a fin de año en toda la región, siempre y cuando no aparezcan nuevas cepas y se logre controlar la delta. Otros, en cambio, son más cautos y llevan el pronóstico más allá del verano; la experiencia, en este último caso, indica que este año hubo un pico grande al finalizar la temporada.

“Si no hubiese aparecido delta, a nivel mundial, en términos generales, a partir de la vacunación la pandemia habría terminado a fin de año. Da toda la sensación de que en el hemisferio norte y en América del Sur habrá terminado como pandemia a fin de año”, evaluó el doctor Luis Camera.

El médico, integrante del grupo de asesores de la presidencia, fue más allá: “Creo que a fin de año en el mundo habrá que decretar el fin de la pandemia, aunque habrá zonas aún comprometidas, para pasar a la forma endémica. Hay que terminar con las fronteras sanitarias, no prohibir entradas a otros países con o sin vacunas y habrá que asumir algún costo sanitario en función de que podría haber algunos contagios y fallecimientos”.

Cuando esto ocurra el virus seguirá con delta y habrá “brotes sistemáticos, no como pandemia”, según Camera, lo cual significa que habrá que vacunar todos los años. “Ese traspaso no será abrupto, es un devenir. Si dejan de aparecer miles de casos en todo el mundo, podemos decir que la pandemia va quedando atrás. Esto no implica que debamos dejar de cuidarnos, porque al virus no logramos eliminarlo, sino que lo controlamos”, agregó.

Según los últimos datos oficiales el 52,63% de los argentinos (23.883.202 personas) ya tienen el esquema completo de vacunación contra el Covid-19, mientras que el 66,5% (30.176.753) tiene al menos una dosis. La ciudad de Buenos Aires encabeza la lista de jurisdicciones con mayor porcentaje de su población ya inmunizada con los dos componentes, con el 65,41%; le siguen La Pampa (61,69%), San Luis (59,28%), y Santiago del Estero (57,21%), entre las que más avanzaron con los esquemas.

“Mientras no sigan apareciendo variantes y la mayor población posible esté vacunada, la pandemia se transformará en una endemia, pasará como la gripe, que nos tendremos que vacunar todos los años. Si de acá al verano no tenemos una gran ola de la variante delta, podemos pensar que a fin de año empezaríamos la transición hacia la endemia”, estimó el médico Gonzalo Camargo, presidente de la Sociedad Argentina de Emergencias.

Para el emergentólogo, la única situación que puede frenar el camino hacia la endemia es que se generen nuevas cepas a raíz de mutaciones originadas en los contagios entre gente que no haya sido vacunada. “Se pueden generar variantes nuevas que pueden complicar, y el problema es si aparece una con mayor poder de contagio y más grave que delta. Esto sucede en todo el mundo: que haya gente sin vacunar favorece la aparición de nuevas cepas”, sostuvo el médico.

Las curvas están en descenso desde mayo pasado, cuando comenzó a retroceder la segunda ola. Entre el 15 de mayo y el 3 de junio pasados se registraron las cifras más dramáticas, con días de entre 22.000 y 41.000 casos. El récord de contagios en una jornada ocurrió el 27 de mayo, al registrarse 41.080, cuando la media de los últimos siete días había sido de 30.882; un día después el promedio alcanzó los 31.416, cuando se habían notificado 39.207 nuevas infecciones. La media semanal actual no supera los 1000 casos diarios.

Con la cantidad de fallecidos por jornada ocurre algo similar, aunque con mayor irregularidad que en el caso anterior. El promedio semanal se encuentra en las 30 víctimas diarias, un 60% menos que hace dos semanas. En junio hubo hasta 791 muertos en un día, con un promedio semanal superior a los 600 decesos.

“Probablemente, este virus se vuelva endémico en 2022, con casos de contagio, pero de bajo impacto”, dijo la semana pasada el ministro de Salud de la ciudad, Fernán Quirós. En esa línea, y a pesar de un escenario favorable, algunos expertos consideran que los datos se deben tomar con cautela y no anticiparse a decretar el fin de la pandemia.

“Hay que transitar lo que queda de octubre y noviembre, esperar que no haya un rebrote de delta; si eso ocurre, podemos decir que la pandemia se irá apagando. Esperaría a lo que ocurra en el verano para después sí decir que la enfermedad se transformó en endemia”, analizó el infectólogo Eduardo López.

“La Argentina va lentamente a armar un gran grupo de personas protegidas por estar vacunadas o haberse contagiado. Vamos camino a una gran cobertura, y cuando lleguemos a eso, se hará endemia o el virus no atacará tanto. Si logramos que en octubre y en noviembre sigan bajando los casos, sin la aparición de delta en forma significativa, se puede pensar en ir lentamente hacia una endemia”, agregó López.

Cómo se mantiene el ritmo de vacunación, cuánto puede disminuir la circulación viral, qué cantidad de población logre la inmunización y que no aparezcan nuevas variantes son los factores determinantes para ir rumbo a la transformación, según enumeró la infectóloga Elena Obieta.

“La transición de pandemia a endemia la veremos con números y la aparición de los nuevos casos. Teniendo al 70 u 80% de la población mundial vacunada, quedará una pequeña cantidad de población susceptible y habrá pocos casos en todo el planeta. En ese momento la enfermedad es endémica, quiere decir que un porcentaje bajo de la población podría tener infecciones”, completó Obieta.

Eduardo López INfECtólOGO “Esperaría a lo que ocurra en el [próximo] verano para después sí decir que la enfermedad se transformó en endemia” Gonzalo Camargo SOC. ARG. DE EMERGENCIAS “Mientras no sigan apareciendo variantes y la mayor población posible esté vacunada, la pandemia se transformará en una endemia”