Dr. Carlos Corvalan Romero MV (*)

Como cada 6 de julio, se celebró el Día Mundial de las Zoonosis, fecha elegida, por la Organización Mundial de la Salud, en conmemoración de lo sucedido en el año 1885 en Francia, cuando el científico Louis Pasteur aplicó la primera vacuna antirrábica a un niño que habiendo sido mordido por un perro infectado por rabia, sobrevivió.

Esta jornada nos permite recordar que la prevención de enfermedades en los animales, no solo protege su salud y bienestar, sino que, es imprescindible para proteger la salud de los humanos.

Las zoonósis son enfermedades que se transmiten de los animales (sean de producción, de compañía o de la fauna silvestre), a las personas.

El incremento de la estrecha interacción entre hombres y animales, la globalización, el aumento de la actividad comercial, sumado al cambio climático, deforestación, la destrucción del hábitat animal, entre otras causas; han propiciado una mayor diseminación de estas enfermedades zoonóticas que empiezan a producir epidemias y pandemias de magnitudes inconmensurables, que no solo afectan directamente a la salud pública, sino que conllevan graves pérdidas económicas de consecuencias catastróficas. 

Para que tomemos conciencia, debemos entender que las zoonosis representan en la actualidad más del 60% de las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos, que el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas que nos han afectado en los últimos 10 años provienen de los animales y que más de 2 millones de personas mueren anualmente a causa de 13 enfermedades zoonóticas. Cada año aparecen cinco nuevas enfermedades humanas y tres de ellas son de origen animal, lo que pone de manifiesto la importancia de poner el énfasis en la vigilancia epidemiológica de estas enfermedades. 

Su origen animal, su evolución, su amplia extensión geográfica y sus consecuencias han evidenciado la importancia del control de las enfermedades zoonóticas.

Los gobiernos deben asumir este problema de salud pública con políticas de Estado que tomen en cuenta diversos factores que aumentan el riesgo y dificultan el control de estas enfermedades. 

La búsqueda de soluciones para estos problemas, dada su complejidad, implica un abordaje mediante la cooperación a escala intersectorial en el marco “Una Salud”, que requiere el aporte, intervención y colaboración de equipos profesionales de los sectores de la salud humana, animal y ambiental.

La mayoría de la investigación actual se centra en el estudio del patógeno y la persona o el animal enfermo, no así en el estudio de las variables involucradas en las causas de la generación, propagación o  resiliencia de nuevas zoonosis que necesitarían de una acción multidisciplinar.

Un problema que existe en muchos países, sobretodo los del subdesarrollo, es la falta de notificación de las enfermedades zoonóticas y cuando se realiza esta se hace a un ente específico que a menudo no está coordinado con otras instituciones de diferentes disciplinas que deberían interactuar en la salud pública. También podemos citar la escasa infraestructura de los servicios de salud animal y pública para la promoción y la educación en el conocimiento de las enfermedades zoonóticas, la falta de información y coordinación entre los laboratorios de sanidad animal y humana para el diagnóstico completo de estas enfermedades y muchas veces la escasa colaboración interinstitucional en estos temas que consideran hegemónicos.

Es urgente que los diferentes gobiernos, nacionales, provinciales, municipales, incluyan el enfoque “Una Salud” en sus políticas de salud pública e inviertan en enfoques interdisciplinarios, amplíen líneas de investigación científica sobre las zoonosis; hagan tomar conciencia a los ciudadanos sobre las enfermedades zoonóticas y fortalezcan las prácticas de monitoreo, regulación y coordinación asociadas con las enfermedades zoonóticas, incluso dentro del sistema alimentario.

Es necesario estrechar canales de comunicación con otras administraciones públicas y entes privados, Academias y Colegios profesionales, para mejorar la identificación de las enfermedades emergentes en la cría de animales y fomentar medidas probadas de gestión y control de zoonosis en la vida salvaje, reforzando la formación continuada y las competencias científicas de todos los profesionales de la salud publica vinculados a este tema.

La pandemia de la Covid-19 deberá marcar un antes y un después en el control de estas enfermedades zoonóticas y sólo desde una perspectiva de trabajo en común se pueden controlar estas pandemia y otras que puedan surgir

Debemos poner en práctica de una vez por todas el enfoque “Una Salud”, sobre todo en educación, investigación y políticas públicas.

 

(*)Dr. Carlos Corvalan Romero MV

Miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fé y de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.

Carmen del Sauce 7 de julio 2021.