Por Patricia Martino 

20 de marzo 2022 · La Capital

El fondo creado por la provincia, Bioceres y otras empresas privadas mostró las primeras startups con las que trabajan. 

Unir la ciencia de laboratorio con soluciones globales es el eje sobre el que se gestó SF500. La propuesta impulsada por Bioceres, el gobierno de la provincia de Santa Fe y un importante grupo de inversores del ambiente innovador a nivel nacional que busca apoyar iniciativas de científicos y emprendedores argentinos basados en ciencias de la vida presentó las cuatro primeras startups con las que ya están trabajando para el desarrollo de sus proyectos: Oncoliq, Wonder, Biota Life y Dharma Bioscience.

Con el objetivo de máxima de contribuir al nacimiento y crecimiento de 500 proyectos innovadores en los próximos 10 años, SF500 comenzó su camino. La pandemia elevó a un lugar preponderante al mundo científico tecnológico y se aceleraron los tiempos de muchos proyectos. Investigaciones vinculadas a la salud, a las ciencias de la vida, son hoy protagonistas como nunca antes. 

Es que a nivel mundial, está sucediendo una revolución impulsada por descubrimientos en el ámbito de la biología que convergen con tecnologías disruptivas cada vez más accesibles. Dichos avances son los que permiten diseñar soluciones antes impensadas para problemas que demanda la sociedad, y el talento argentino podría dar respuesta a esos desafíos.

Las posibilidad de impulsar startups está anclada en que a nivel nacional existe un universo de 27 mil investigadores del Conicet y el 65% está enfocado en ciencias de la vida. Hay un terreno fértil para el nacimiento de empresas, sobre todo entre los investigadores becarios de unos 30 años con ganas de explorar nuevos horizontes. SF 500 ya está en 4/500, en breve sumará 5 más y apuesta a terminar el año potenciando 25 propuestas.

 “Emprender en ciencias de la vida es diferente a desarrollar otro tipo de proyectos tecnológicos. En el caso de las ciencias hay dos factores determinantes vinculados al tiempo y al territorio: tiempo, porque son proyectos concebidos a largo plazo, que responden a la lógica de la biología. Territorio porque se precisan equipamientos de alta complejidad, laboratorios, plataformas tecnológicas, entre otros factores, para que esto ocurra”, explicó Francisco Buchara, director de SF500, quien destacó que la participación pública y privada en el fondo es clave.

Soluciones del futuro

El marco de un mega encuentro que se realizó en el Conicet Rosario y contó con la participación de múltiples referentes del sistema científico-tecnológico provincial y autoridades de organismos nacionales de ciencia y tecnología, además de académicos y científicos, se conocieron en detalle los cuatro primeros proyectos que financiará SF500.

Una de las startups en las que invirtió el fondo es Dharma Biosciences, que busca curar la artrosis. También está Biota Life, iniciativa que prevé acercar tratamientos personalizados para distintas afecciones de la piel y la propuesta de Wonder que está vinculada a la industria de la moda y busca impulsar el uso de materiales sustentables y biodegradables para la confección de prendas. Además, está Oncoliq que busca desarrollar un test para la detección temprana del cáncer, comenzando con el de próstata y mama.

La ciencia local tiene sobradas muestras de todo su potencial y dos de los proyectos seleccionados por SF500 son de estas Pampas. Wonder apunta a los biomateriales y quiere desarrollar un cuero sustentable. Para eso trabaja con hongos y orujo, el residuo de la industria vitivinícola, para crear un sustrato. De ese proceso se rescatan fibras que son el componente básico del biocuero que desarrolla. Al frente del proyecto están el ingeniero industrial Martín Vázquez y licenciada en ciencias ambientales Martina Uthurralte, quienes ya tienen experiencia empresarial porque son los creadores de Qualia, una marca de triple impacto que nació entre Rosario y San Nicolás y que comercializa anteojos con plástico reciclado. Actualmente las investigaciones de Wonder se realizan en los laboratorio del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos de Rosario (Iprobyq).

Dharma Biosciences es otro de los proyectos piloteados desde Rosario. La iniciativa que busca acercar soluciones para la regeneración del cartílago de rodilla y eventualmente curar la artrosis tiene al frente al Dr. Gastón Topol, especialista en medicina física y rehabilitación y pionero en Argentina en el desarrollo de la técnica Proloterapia.

Topol contó que el proyecto busca mejorar los tratamientos actuales en medicina regenerativa para la artrosis, y como objetivo de máxima curar la artrosis. “Apuntamos a encontrar algo superlativo a lo que hoy existe a nivel mundial”, resaltó al tiempo que comentó que el camino comienza trazando un mapa de lo que ocurre en cada articulación con artrosis.

La medicina personalizada y de precisión está marcando el rumbo. En ese escenario se inscribe la propuesta de Biota Life. Se trata de una iniciativa que prevé acercar tratamientos personalizados para distintas afecciones de la piel y ya está desarrollando un método de evaluación de los microorganismos de la piel, para luego a través de cremas personalizadas con prebióticos y probióticos se pueda resolver la problemática.

Los desequilibrios de la piel, de los microorganismos que habitan la piel producen acné, alergias. La bióloga Viviana Labovsk, investigadora adjunta en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme), un centro de investigación y desarrollo de doble dependencia entre la Universidad de Buenos Aires y Conicet, es una de las profesionales a cargo del proyecto y explicó que con un diagnóstico adecuado, exclusivo de cada persona, se puede reestabler el equilibrio de la piel.

Biota Life trabaja en el método de evaluación, que será un hisopado, y en un primer momento apuntan al desarrollo de un kit antiacné, pero también buscar restablecer la microbiota de la piel para hacer frente a enfermedades como la rosácea y la psoriasis y también desarrollar cremas de envejecimiento personalizadas.

Otro de las startup seleccionadas se enfocó en una las enfermedades que más golpea a nivel global. El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, en 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones, es decir, casi una de cada seis de las que se registran, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se anticipa que en 2040 el número de casos nuevos de cáncer por año aumentará a 29,5 millones y el número de muertes por cáncer a 16,4 millones. Oncoliq busca desarrollar un test para la detección temprana del cáncer, comenzando con el de próstata y mama.

Las biólogas e investigadoras del Conicet Marina Simian y Adriana De Siervi, y el químico Diego Pallarola están al frente del proyecto que quiere desarrollar una tecnología para el detección de cáncer con el uso de unas moléculas pequeñas llamadas microRNAs, desarrollada por el grupo del Laboratorio de Oncología Molecular y Nuevos Blancos Terapéuticos del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) en Buenos Aires.

La ventaja de Oncoliq es que los microRNAs pueden detectar bastante precozmente, en estadios muy tempranos, la presencia de un tumor, aun cuando es imperceptible por imágenes. Una vez desarrollado, aseguran, el análisis podrá hacerse en cualquier laboratorio de análisis clínicos por su sencillez.

Simian se mostró muy contenta de enfrentarse a nuevos desafíos, más allá de la mesada del laboratorio. “Tenemos muchas ganas de trabajar y estamos muy contentos de tener la inversión de SF500”, resaltó sobre la propuesta que ya está llevando adelante una instancia de prueba piloto en un hospital de Buenos Aires con 500 voluntarios pero buscan alcanzar los 1.000.

Debido al avance que ya tiene Oncoliq se llevó la mejor tajada en esta primera ronda, SF500 desembolsará u$s600 mil para el proyecto, precisó Buchara. El resto accede a u$s250 mil.

Convocatoria

Durante el mega evento de presentación oficial de SF500 frente a la comunidad científica nacional también quedó abierta la primera convocatoria para la presentación proyectos, que estará vigente hasta junio y quienes califiquen podrán acceder a los aportes monetarios y la asistencia técnica necesaria para escalar su iniciativa. Las autoridades esperan terminar el año con 25 proyectos en etapa de inversión.

El fondo aporta inicialmente u$s 250 mil a cada proyecto, y deja abierta la posibilidad de una segunda ronda por un monto similar, hasta u$s1 millón. El SF500 ofrece un programa de Company Building para acompañarlos en el desarrollo de la idea científica y del proyecto de negocios; y brinda mentores nacionales e internacionales, espacios de oficina y laboratorios, y ofrece financiamiento en etapa pre-seed. Actualmente hay 18 equipos que presentaron proyectos al SF 500 para participar de la etapa de capacitación. El año pasado cuando se anunció la puesta en marcha del fondo rápidamente se sumaron 7 proyectos. En suma, en SF500 ya está trabajando en 25 proyectos de los cuales 4 ya cuentan con la financiación para iniciar su plan de desarrollo. Además, en el próximo mes, 5 startups se sumarán al portfolio.

Para acompañar este desarrollo, SF500 se apoya en cuatro ejes de trabajo: SF Build: para construir capacidades que aceleren el proceso de pasaje del laboratorio a una start-up en ciencias de la vida en condiciones de recibir su primera inversión; laboratorios para poner a disposición de los equipos emprendedores plataformas de investigación y la infraestructura necesaria para desarrollar las aplicaciones de sus ideas científicas; capital emprendedor: para fondear el nacimiento y crecimiento de nuevas compañías, desde la concepción de la idea hasta su expansión y comunidad para generar una red de actores que potencien las startups y el ecosistema a través de acuerdos, red de mentores, workshops, eventos, vinculación con perfiles de negocios y diversas colaboraciones.

 

Francisco Buchara, director del SF 500, ayer durante la presentación.

Héctor Río

“Desde SF500 vivimos la evolución y el desarrollo en términos de simbiosis y colaboración, no en términos de competencia y selección. Por eso públicos y privados nos unimos para invertir y formar parte de las soluciones. Vamos por 500 porque la respuesta a estos desafíos globales van a surgir de una sumatoria de cientos de iniciativas. Además, creemos que es la forma más eficaz para impulsar un gran proceso de transformación donde la biotecnología sea un factor clave de desarrollo del país en las próximas décadas”, aseguró Buchara, quien contó que desde SF500 también buscarán formar equipos para propuestas que nazcan del mismo fondo.

Convocatoria de proyectos

Para aplicar, los proyectos a presentar deberán estar apoyados sobre ciencia sólida, asociados a las ciencias de la vida y alineados tanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como a las verticales del fondo: salud y bienestar, alimentos funcionales, neutralidad de carbono y biomateriales. Pueden acercarse también ideas o iniciativas en etapa temprana (hipótesis validada experimentalmente en el laboratorio o prueba concepto).

Los proyectos seleccionados para participar del programa SF Build podrán acceder a diversas actividades que incluyen armado de plan de inversiones y modelo de negocio, consultoría regulatoria y legal, mentoría, conexión con ecosistemas y apoyo para realizar roadshows, entre otros.

La convocatoria para el SF Build Spring Batch permanecerá abierta hasta el 1º de julio de 2022. Para más información y presentación de ideas https://sf500.com.ar/postulate/.

El comienzo

El puntapié inicial de SF500 ocurrió el año pasado el gobernador Omar Perotti y el CEO de Bioceres, Federico Trucco, firmaron el convenio y suscribieron sus primeros aportes: u$s 3 millones por parte de la provincia y u$s 27 millones por parte del sector privado. Pero la intención es que el fondo se nutra en forma permanente, tanto de nuevos inversores como de los retornos que se obtengan en el futuro en la medida en que se creen empresas exitosas. SF500 obtiene entre el 20 y 24% de participación accionaria en el nivel presemilla.

 

El puntapié inicial de SF500 ocurrió el año pasado el gobernador Omar Perotti y el CEO de Bioceres, Federico Trucco, firmaron el convenio y suscribieron sus primeros aportes.

“La estrategia nuestra es presemilla, nos metemos en un barro que muy pocos se meten, porque no tienen capacidad científica, le tienen miedo al Conicet, les cuesta ir al Estado, a la provincia. No se sienten cómodos, quieren algo más armado. Algunos hacen algo más chiquito y controlado pero nosotros queremos tener un ritmo de 50 por año”, detalló Buchara.

El fondo no sólo asiste con aportes de capital sino también con asistencia técnica. Por eso entre sus planes figura a la cabeza buscar espacio físico para las empresas y Buchara adelantó que se van a hacer asociaciones con la incubadora UNR, en Zona i del Polo Tecnológico de Rosario (PTR) o en Uovo, la incubadora de Terragene. “Buscamos hacer un uso inteligente de la inversión. Que el que necesita un secuenciador, pueda acceder al mejor que ya existe, con el mejor técnico que lo opere”, mencionó.

Además, la estructura de financiación del SF 500 está organizada sobre la base de una participación provincial del 10%, de Bioceres en un 50%, y el resto de otros inversores privados. Buchara adelantó que se está trabajando en el ingreso de nuevos inversores. “Estamos en conversación con muchos inversores estratégicos, que quieren entrar con un aporte que va de 100 millones a 600 millones de pesos, nos fondeamos en pesos”, relató sobre un modelo que no tiene precedentes en Argentina.