Fabiola Czubaj

La comunicación de las cifras oficiales de la pandemia de Covid-19 pasó de ser diaria a semanal. Los datos de anteayer fueron los primeros en mostrar un acumulado de nuevos casos detectados, fallecimientos, internaciones y vacunación a semana vencida.

En el monitor online del Ministerio de Salud de la Nación ya aparecen los cambios, mientras que en el nivel provincial la decisión es de cada ministerio local, según se acordó en la última reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa). Algunos distritos ya empezaron a poner en práctica la información semanal, mientras que otras están decidiendo cómo seguirán.

Oficialmente, se informó que los domingos se actualizará la información epidemiológica (casos, fallecidos, recuperados e internación en terapia intensiva) a semana vencida y que los martes estaría disponible una sala de situación ampliada. Los voceros de Salud no respondieron qué datos incluye esta ampliación.

El primer informe semanal que el Gobierno distribuyó el domingo, poco antes de las 23, incluyó 8387 nuevos casos detectados notificados en los últimos siete días con un total de contagios conocidos desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, de 9.060.923; hay un 2% de esos pacientes que está actualmente cursando la enfermedad. Fallecieron la semana pasada 146 personas diagnosticadas y el total asciende, así, a 128.244 hasta el momento. La última semana terminó con 412 camas de terapia intensiva ocupadas por pacientes con el nuevo coronavirus.

Las cifras diarias más altas comunicadas en la pandemia fueron 18.326 nuevos positivos el 21 de octubre de 2020 (primera ola), 41.080 el 27 de mayo de 2021 (segunda ola) y 139.853 el 14 de enero de este año (tercera ola).

Para Lautaro de Vedia, expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y médico infectólogo del Hospital Muñiz, este cambio en el reporte de Covid permitirá seguir un promedio de contagios por semana. “Cuando teníamos el informe diario, en la práctica mirábamos los casos semanales al ver grandes variaciones entre los fines de semana y los días de semana. Lo que importa es la tendencia semanal”, explicó.

Ayer también empezó “la transición” de la vigilancia epidemiológica de Covid a la del resto de las infecciones respiratorias en observación en esta época: la gripe, la bronquiolitis en los menores de dos años, la neumonía o las infecciones respiratorias con internación.

El Ministerio de Salud precisó que, en adelante, “se priorizará el diagnóstico” asociado con el nuevo coronavirus a quienes tengan enfermedad respiratoria y estén en los siguientes grupos poblacionales: mayores de 50 años con afecciones de riesgo; personas que residan, trabajen o asistan a lugares donde exista mayor riesgo de transmisión o aparición de brotes (se citan, por ejemplo, las cárceles, los centros de salud o con personas institucionalizadas); cuidadores o quienes trabajen con o asistan a personas vulnerables; quienes hayan viajado en los últimos 14 días a regiones donde estén circulando variantes virales (de interés o preocupación) sin circulación en la Argentina; los pacientes internados y los fallecidos.

La estrategia para hacerlo se analizó en las últimas reuniones del Cofesa. “Lo importante de la estrategia de vigilancia es que puedan sostenerla en el tiempo. La política de testeo y diagnóstico va junto con la política de definición de caso”, destacó a este medio off the record un conocedor de esas reuniones. “Lo ideal sería la investigación epidemiológica en los tres niveles: ambulatorio, con mayor volumen e intensidad –con testeos por muestreo– y más foco en la internación general y, de manera más intensiva, en terapia”, agregó.

En este sector, según se planteó a los representantes provinciales, la vigilancia sería de todos los pacientes internados por infección respiratoria dentro de lo posible, con el debate puesto en la caracterización del agente causal en todas las unidades o en una unidad “centinela” para el seguimiento de la evolución semanal.

En los internados en salas generales y en los que consulten de manera ambulatoria, en tanto, se propuso testear a una muestra de uno cada cinco o cada diez pacientes para diferenciar entre Covid y gripe, con posibilidad de incluir otros virus, como el sincicial respiratorio causante de la bronquiolitis, de acuerdo con la posibilidad diagnóstica y los costos para cada distrito o sistema de atención.

En las infecciones más leves, en cambio, se propuso limitar el monitoreo a Covid e influenza. En los casos moderados o graves, se sumarían otras infecciones, ya de acuerdo con la capacidad de laboratorio local.

Para Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediatría (Slipe), esta integración de la vigilancia es lo que está pasando en el mundo. “Las tres patas hoy son la vigilancia de Covid; la vacunación focalizada con mediciones en los grupos de mayor riesgo, no solo de tener complicaciones, enfermar o morir, sino también de producir nuevas variantes; y las conductas individuales –detalló–. Esas conductas deben ser libres, pero de alerta: que las personas sepan que hay que consultar a tiempo para la detección temprana y la protección, también, de los demás. En un período que se va a producir un efecto ping-pong: brotes epidémicos en distintas partes del mundo y en diferentes momentos, en las que influirán las variables del contexto (por ejemplo, calidad de los esquemas de vacunación, cantidad de dosis, variantes que circularon y exposición poblacional)”.

Para De Vedia, “la situación epidemiológica cambió, más allá de que pueda o no haber un rebrote, algo que nadie sabe con certeza aún. En este contexto, es razonable vigilar las infecciones respiratorias de manera más amplia”.