Es la bacteria que produjo varias muertes por neumonía en un hospital de Tucumán. ¿Se puede prevenir? Desde el área de Epidemiología supervisan lugares donde el germen puede crecer con facilidad 

Por Florencia O’Keeffe 

En guardia. La bacteria se reproduce en el agua y en ambientes cerrados con más facilidad.

En marzo de 2013 se detectó en la Argentina el primer brote de legionella. Fue en un hospital de Carmen de Areco, en la provincia de Buenos Aires. Dos enfermeras fallecieron por neumonía a causa de la infección que les produjo la bacteria. Otras diez personas se enfermaron y tuvieron cuadros severos a nivel pulmonar.

Casi diez años después, esta vez en un sanatorio de Tucumán, ese microorganismo que puede producir infecciones mortales (y que no se contagia de personas a persona) vuelve a generar una situación crítica: seis personas murieron y otras 16 se encontraban internadas este martes con neumonía bilateral de difícil manejo.

la supervisión y desinfección, si hiciera falta, de los lugares que puede haber un crecimiento de legionella, especialmente aquellos en los que hay ventilación central. Veníamos actuando en este tema, pero intensificamos las acciones desde que apareció este nuevo brote en el país”, señaló el infectólogo Matías Lahitte, médico a cargo de Epidemiología.

En 2019 y 2020, según informó el Ministerio de Salud nacional, también se encontró legionella en dos instituciones médicas, en la zona de duchas, pero no se especificó en qué provincias.

El epicentro del nuevo brote es, esta vez, el sanatorio Luz Médica, ubicado en el centro tucumano. Ayer al mediodía fue allanado por orden judicial en busca de pruebas que den cuenta de los motivos que generaron el brote fatal.

Referentes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estaban arribando por estas horas a Tucumán para tomar muestras y sacar sus propias conclusiones.

Todo este movimiento se genera porque la legionella no genera brotes con tanta frecuencia, y es importante poner un freno inmediato si aparece, debido a su gravedad.

Banderas rojas

Ya en marzo del año pasado el Ministerio de Salud de la Nación había generado un alerta sobre la posibilidad de que haya brotes a causa de un sobrecrecimiento de esta bacteria, en el contexto de la pandemia de Covid. ¿Por qué en ese momento? Porque debido a la inactividad generalizada, podían bajar los niveles de limpieza y mantenimiento en spa, gimnasios, hidromasajes, peluquerías donde las canillas o fuentes de agua pueden tener esta bacteria si no se cumplen ciertos protocolos, también en centros sanatoriales o comerciales donde hay torres de enfriamiento.

Matías Lahitte señaló que si bien en Rosario no se han detectado ni confirmado por laboratorio casos de legionella, es posible que haya habido situaciones aisladas ya que existe subdiagnóstico de esta bacteria, a nivel general (algo que el propio Ministerio de Salud también advirtió).

“La legionelosis es una enfermedad grave producida por la bacteria (legionella pneumophila) cuando ingresa a los pulmones a través de aerosoles o gotas. Tiene la capacidad de generar en algunas personas una neumonía grave que puede estar subdiagnosticada ya que es muy difícil hacer la confirmación porque se necesita metodología de diagnóstico muy especial para hacer este análisis”, señaló el médico.

En pacientes con factores de riesgo, como por ejemplo problemas cardiovasculares o respiratorios crónicos o inmunodeprimidos puede ser muy severa e incluso mortal.

También puede dar un cuadro de infección de las vías aéreas superiores que se llama fiebre de Pontiac, señaló Lahitte.

La legionella pneumophila fue la que generó la crítica situación en Tucumán.

Las fuentes de contagio más comunes de este germen son los acondicionadores de aire centrales, que utilizan agua, las fuentes de vapor de agua y las duchas.

No se transmite de persona a persona.

La historia

Hace casi diez años, cuando se encontró legionella en Carmen de Areco, confirmada por estudios del Instituto Malbrán, los infectólogos argentinos manifestaron su preocupación ya que era la primera vez que se detectaba en el país. ¿Qué ocurrió durante casi una década? ¿Se realizaron acciones para frenar posibles brotes de esta peligrosa bacteria?

En ese momento, La Capital consultó a Joaquín Bermejo, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Español de Rosario y un referente en la materia. Ahora, Bermejo vuelve a hacer un análisis de lo ocurrido durante todo este tiempo.

“La legionella hace su aparición cada tanto. Es inevitable y seguramente seguirá ocurriendo”, dijo a este diario el especialista, aunque aclaró que siempre se pueden tomar medidas para minimizar la presentación de brotes por bacterias.

Duchas, sistemas de refrigeración central, hidromasajes, fuentes (como las públicas o las que se colocan a modo decorativo en determinados lugares) pueden producir aerosoles contaminados con legionella y enfermar a personas especialmente vulnerables.

“La legionella vive en medios líquidos. En ambientes no ventilados el riesgo de multiplicación de la bacteria es mayor. Si crece en gran cantidad y toman contacto con la bacteria personas con factores de riesgo, puede producir cuadros severos. Los individuos más proclives no sólo tienen más facilidad para adquirirla sino también para enfermarse con mayor severidad”, remarcó el médico.

¿Puede pasar que alguien se infecte en un domicilio? La respuesta de Bermejo fue sí. “Incluso tomando todas las medidas de limpieza puede pasar, en una casa o en una institución”, señaló.

Cuidados necesarios

Las bacterias, especialmente las resistentes a los antibióticos disponibles, conviven con los humanos. Por su puesto, existen algunas medidas que minimizan el riesgo de infecciones.

En todos los hospitales y sanatorios se deben tomar acciones que permitan frenar el avance de infecciones, aunque nunca se pueden eliminar por completo.

Bermejo, quien trabaja en distintos programas de control de infecciones hospitalarias en las provincias de Chubut y Neuquén, señaló que “las bacterias más comunes que son motivo de preocupación hoy son la pseudomona, la klebsiella, acinetobacter, que están asociadas a la ventilación mecánica de las personas, a individuos que tienen catéteres. A estas infecciones las ves todas las semanas en todos los nosocomios”, expresó.

“Desde ya que un brote de legionella nos pone en alerta y nos preocupa”, agregó.

¿Sirve la limpieza habitual de los lugares (hogares, hospitales, centros médicos, espacios laborales) para reducir el riesgo de contagio de bacterias peligrosas? “Es un aspecto importante pero no el único. Hay numerosas medidas que deben tomarse, especialmente dentro de una institución de salud, para evitar la propagación de bacterias”, expresó el infectólogo.