En la UE se consolidó como la dominante y llevó a un aumento del 26% en los contagios en la última semana, mientras los gobiernos buscan incentivar la vacunación; en el país norteamericano crecieron más del 60%

23 de julio de 2021

Luisa Corradini

PARÍS.– Con una carga viral 1260 veces superior y un lapso de incubación mucho más corto que el Covid-19 original, la variante delta del coronavirus está provocando tal explosión de casos en el mundo que los gobiernos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacen esfuerzos desesperados para convencer a la gente de vacunarse.

Según un estudio chino difundido por Nature, el avance exponencial de nuevos casos debido a la temible variante se explicaría sobre todo por una carga viral muy superior que multiplicaría su propagación, sumada a un período de incubación mucho más corto.

Las estimaciones del estudio, realizado bajo la supervisión del epidemiólogo Jing Lu, del Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Guangdong, en Guangzhou, demuestran que la variante delta podría ser dos veces más transmisible que las iniciales. Y si bien muchos interrogantes persisten en torno a los mecanismos de esta nueva ola de casos, una cosa es segura: su propagación inquieta en todos los continentes. La cantidad de casos se aceleró esta semana un 9% en el planeta. En Europa fue un 26% superior que la semana pasada y en Estados Unidos superó el 60%.

Alarmada, la OMS publicó este viernes un comunicado donde recomienda “que los países aumenten el acceso a los tests gratuitos, desarrollen el rastreo, inciten a los casos-contacto a respetar una cuarentena y a los positivos a aislarse, que refuercen el seguimiento para romper las cadenas de transmisión y se aseguren de que las personas más frágiles se vacunen”.

Detectada en la India, delta está presente en 124 países y territorios, es decir, 13 más que la semana pasada. La OMS espera que la variante, responsable del 75% de los nuevos casos en muchos países, “suplante todas las versiones anteriores y se convierta en el virus dominante [de Covid-19] en los próximos meses”.

Entre los países donde la variante ya representa más del 75% de los casos están la India, China, Rusia, Indonesia, Australia, Bangladesh, Gran Bretaña, Sudáfrica, Australia, Portugal e Israel.

Cerca de 3,4 millones de casos suplementarios de Covid-19 fueron registrados durante la semana del 12 al 18 de julio, es decir un 12% más que la semana anterior.

“A ese ritmo, creemos que el número acumulado de casos señalados en el mundo [desde comienzos de la pandemia] superará los 200 millones en las próximas tres semanas”, advierte la organización multilateral con base en Ginebra.

En Europa, las cifras confirman los temores de la OMS. Este viernes, el Centro Europeo para el Control de las Enfermedades (ECDC) informó que delta es la variante dominante en la Unión Europea (UE). A pesar de haber conseguido vacunar a la mitad de la población del bloque, las autoridades de los 27 países siguen multiplicando las iniciativas para convencer a los refractarios: extensión de los pases sanitarios para ingresar a lugares públicos y viajar; obligación de vacunación para el personal sanitario; campañas de vacunación intensivas para los escolares cuando terminen las vacaciones de verano; uso de tapabocas en aquellas ciudades donde los casos aumentan exageradamente, y campañas de publicidad para incitar a la población a que comprenda que la única forma de salir del actual círculo infernal de restricciones y confinamientos es la vacunación.

El verano, además, resultó otro factor de propagación: mayor interacción social, distensión de las medidas barrera… Esta semana, Francia registró un aumento del 150% de los contagios; Italia, del 115%.

Anteayer, el gobierno italiano siguió los pasos de Francia y anunció que la prueba de vacunación o inmunidad será obligatoria para una serie de actividades, como comer en restaurantes y entrar en gimnasios, piletas, museos y cines.

Grecia hizo obligatorio el certificado de vacunación para poder entrar en restaurantes y bares cerrados a partir de la semana pasada, mientras que decenas de municipios portugueses introdujeron a principios de julio restricciones para comer al interior.