Así surge de estudios científicos realizados en Estados Unidos; sí contribuye a impedir el desarrollo de cuadros graves de la enfermedad, pero su protección es casi nula contra los contagios

Apoorva Mandavilli y Noah Weiland Traducción de Jaime Arrambide

NEW YORK.– La vacuna contra el coronavirus fabricada por PfizerBioNTech es mucho menos efectiva para prevenir el contagio en niños de entre 5 y 11 años que en adolescentes y adultos, según los nuevos datos recolectados por las autoridades sanitarias del estado de Nueva York, un hallazgo con serias implicancias para esos menores y sus padres.

La vacuna de Pfizer es la única autorizada en Estados Unidos para esa franja etaria. Sigue siendo efectiva para impedir el desarrollo de cuadros graves en esos niños, pero su protección es casi nula contra el contagio, incluso apenas un mes después de haber completado el esquema de inmunización, según sugieren los datos que recolectados durante la ola de la variante ómicron.

El pobre desempeño de la vacuna en niños pequeños puede deberse a que la aplicación pediátrica contietección ne apenas un tercio de la dosis que reciben adolescentes y adultos, según los investigadores y funcionarios que recabaron y analizaron los datos.

Los hallazgos fueron publicados online el lunes y se suman a los resultados también malos de la vacuna de Pfizer en los ensayos clínicos en niños de 2 a 4 años, que recibieron una dosis aún más pequeña.

A los expertos les preocupa que la noticia termine de disuadir a los padres que ya dudaban de vacunar a sus hijos. Otros estudios han demostrado que la Pfizer tampoco ofrece una fuerte protección contra el contagio de ómicron en adultos.

“Es decepcionante, pero no del todo sorprendente, porque es una vacuna desarrollada para una variante anterior”, dice Eli Rosenberg, subdirector científico del Departamento de Salud del estado de Nueva York, quien dirigió el estudio.

Pero Rosenberg y otros sanitaristas siguen recomendando el uso de la vacuna en los niños, dada su proNUEVA contra cuadros graves, que también se confirmó en los nuevos datos. En su estudio, Rosenberg y sus colegas analizaron y compararon los datos de 852.384 adolescentes recién vacunados de entre 12 y 17 años, y 365.502 niños de entre 5 y 11 años, entre el 13 de diciembre de 2021 y el 31 de enero pasado, punto máximo de la oleada de ómicron.

En el grupo de los mayores, durante ese periodo la efectividad de la vacuna contra la hospitalización se redujo del 85% al 73%. En los más pequeños, la eficacia se redujo del 100% al 48%. De todos modos, como en ese periodo fueron hospitalizados muy pocos niños, el margen de error de esas estimaciones es grande.

Las cifras sobre la protección contra el contagio son más confiables. La efectividad de la vacuna contra el contagio en adolescentes disminuyó del 66% al 51% en el periodo analizado, pero en niños más pequeños, se redujo de un 68% a un 12%.

El descenso más drástico de la protección se da entre los 11 y los 12 años. Durante la semana que finalizó el 30 de enero, la efectividad de la vacuna contra el contagio en niños de 12 años fue del 67%, pero solo del 11% en niños de 11 años.

“La diferencia entre esos dos grupos es sorprendente”, dice Florian Krammer, inmunólogo de la Escuela de Medicina Icahn, en Mount Sinai.

La diferencia biológica entre las dos edades sea mínima, pero mientras que los niños de 12 años recibieron 30 microgramos de la vacuna –la misma dosis que reciben los adultos–, los niños de 11 años recibieron 10 microgramos, señala Krammer.

“Es superinteresante, porque parece revelar que la diferencia responde a la dosis”, agregó. “La pregunta es cómo corregirlo”.

La vacuna de Pfizer aún no ha sido autorizada para menores de 5 años. Los asesores científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) tenían previsto reunirse el 15 de febrero para evaluar la aplicación de dos dosis de la vacuna a los niños más pequeños, mientras siguen los ensayos clínicos sobre una tercera aplicación. Pero la reunión se pospuso cuando Pfizer presentó datos adicionales que sugerían que dos dosis no brindaban suficiente protección contra ómicron.

Los datos del informe de Rosenberg coinciden bastante con uno de Gran Bretaña que muestra que la efectividad de la vacuna de Pfizer contra la infección sintomática en adolescentes de 12 a 17 años cae al 23% al cabo de dos meses. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) vienen compilando sus propios datos sobre la efectividad de la vacuna en niños pequeños y se espera que publique al menos una parte de sus conclusiones esta semana.

Los investigadores de Israel también están evaluando la efectividad de la Pfizer en niños pequeños desde que está disponible en el país, en noviembre pasado.

“Seguimos estudiando y evaluando los datos de la efectividad de la vacuna en el mundo real”, dice Amy Rose, portavoz de Pfizer, en respuesta a las consultas sobre los nuevos datos.

No es inusual que los expertos ajusten la dosificación y el intervalo de las vacunas pediátricas a medida que disponen de más evidencia. Pero en este caso, aumentar la dosis de los niños para estimular la respuesta inmunológica tal vez no sea una opción, porque algunos datos sugieren que puede causar fiebre demasiado elevada, un efecto secundario no deseado y potencialmente peligroso en niños pequeños.

Pfizer y BioNTech tienen en marcha ensayos clínicos de una tercera dosis en niños menores de 5 años, así como en niños de 5 a 11 años, con la idea de que, como ocurre en los adultos, una dosis adicional podría aumentar significativamente la inmunidad. Los resultados de estos ensayos estarán listos en unas semanas. Los estudios en adultos sugieren que tres dosis de la vacuna de Pfizer brindan más protección contra la variante ómicron que dos dosis.

La próxima variante puede ser muy diferente a ómicron, así como ómicron es muy diferente del sublinaje delta, pero enseñarle al cuerpo a reconocer múltiples versiones seguirá siendo la mejor estrategia para prevenir el contagio con nuevas formas del virus.

Las vacunas más nuevas, que usan un abordaje diferente a las actualmente autorizadas en Estados Unidos, también pueden funcionar mejor en niños. Hay una a base de proteínas fabricada por Novavax que ya está bajo revisión en la FDA, y las compañías farmacéuticas Sanofi y GSK anunciaron el inminente envío de sus vacunas para ser evaluadas por el organismo regulador.

Más allá de los nuevos resultados sobre la efectividad de la Pfizer en niños pequeños, las vacunas “brindan más protección de lo que pensamos”, dice Jessica Andriesen, experta en datos de vacunación del Centro de Investigaciones contra el Cáncer Fred Hutchinson, en la ciudad de Seattle.

“Porque aunque se contagien, los niños vacunados exhalan menos virus y contagian menos que los no vacunados, y su infección también dura mucho menos tiempo”, dice Andriesen.

El virus llegó para quedarse, y el riesgo de los niños de desarrollar cuadros graves de la enfermedad va aumentando con la edad. Por lo tanto, lo mejor es inocular tempranamente a los niños, dice Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia y asesor de la FDA.

“El argumento que les doy a los padres cuando les hablo sobre la vacunación es que sus hijos van a crecer”, dijo. “Van a necesitar estar protegidos contra este virus durante muchos años”, añadió.