Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Los productores y organizadores de fiestas y recitales alcanzados por las restricciones impuestas en este distrito ante la disparada de contagios se preguntan si, para evitar la suspensión de eventos masivos, no era suficiente con implementar el pasaporte sanitario, que rige desde hace una semana. Frente a este interrogante, especialistas consultados por la nacion coincidieron en que no es así y, que en este contexto epidemiológico, se deben limitar las actividades masivas, porque “multiplican” el riesgo. Además, enfatizaron en que el documento que acredita haber completado el esquema de vacunación promueve la inoculación.

Por ejemplo, el productor musical José Palazzo afirmó que las limitaciones impuestas en la provincia lo tomaron por “sorpresa”, porque estimaba que con el pasaporte sanitario resolvería el problema.

Con la aparición de la variante ómicron, naciones europeas donde rige la green card también empezaron a limitar actividades en espacios cerrados. Para el médico Conrado Estol, que analiza la evolución de los indicadores de la pandemia, la primera regla a seguir –y que, entiende, es la que aplica la mayoría de las autoridades de salud– es no cerrar países. Holanda, donde se limitó significativamente la circulación, es excepcional.

Desde el punto de vista científico, Estol afirma que el pase sanitario funciona: “En los países donde se lo exige se vacuna más gente, en especial los más jóvenes. Ellos son los que tienden a hacerlo menos aun no siendo antivacunas, sino porque tienen menos miedo al virus, piensan que no se enfermarán gravemente o por la razón equivocada que sea”. En este sentido, Estol destaca un artículo publicado hace dos semanas en la revista especializada The Lancet, en el que se argumenta que está probado que imponer un pasaporte sanitario aumenta significativamente la vacunación en general y, especialmente, en los menores de 30 años.

“¿Por qué se implementa el pase sanitario? –se pregunta–. Para proteger a los no vacunados. Si a una cancha de fútbol o a un espectáculo grande ingresara un contagiado, es poco probable que los vacunados tengan una enfermedad grave, mientras que sí la pueden tener los no vacunados”.

El infectólogo Juan Pablo Caeiro, coincide en que lo más importante es estar inmunizados “con las dos dosis y a los que les corresponda, con la de refuerzo”. Aun así, plantea que por la velocidad de contagio que tiene la ómicron lo mejor es “estar con la menor cantidad de gente nueva posible, usar barbijo y elegir el aire libre”. El pase sanitario, ratifica, hace que los vacunados compartan determinadas actividades.

“A medida que vamos cambiando esas condiciones –sigue–, el riesgo crece. Por ejemplo, en un baile en un ambiente cerrado, las posibilidades de contagio crecen”. La ómicron, enfatiza, es una variante “supercontagiosa” y que puede hacer que los síntomas aparezcan dos días después.

El experto subraya que los eventos masivos son “multiplicadores masivos”. Por eso, acompaña la decisión de restringirlos hasta tener la situación epidemiológica bajo control. Incluso Caeiro es partidario de extender el uso del pase sanitario y de autorizar los autotests. “Hay que abrumar los centros de vacunación y no los de testeo”, sintetiza.

En Córdoba, que ya pidió autorización a la Anmat para que se vendan este tipo de pruebas en farmacias, dispondrá de una aplicación para que quien las use informe el resultado. Es una vía para evitar los planteos contrarios a la medida, porque se corre el riesgo de que los positivos no queden asentados.

Ante la cantidad de contagios récord que se registran en el mundo –por ejemplo, Reino Unido, 200.000 en un día, o Estados Unidos ,320.000– y aunque la ómicron “pareciera ser menos agresiva”, Estol sostiene que es “razonable” que esté vigente el pase sanitario y “también es razonable” que no se realicen eventos masivos por el grado de diseminación viral que se registra.

“Si un vacunado se infecta, y es asintomático, y, al día siguiente va a un espacio donde no se exige el pase sanitario, contagia a un no vacunado, esa persona puede morir –añade–. En este caso, no se están cortando actividades fundamentales”.

Para el infectólogo Hugo Pizzi, “no deberíamos haber bajado tanto los brazos” respecto de los cuidados. Subraya que en Córdoba se está testeando “mucho, casi el 30% del total país”, lo que da un diagnóstico de la situación “real”. Además, según dice, los datos son “preocupantes”, porque las variantes delta y ómicron tienen circulación comunitaria. De ambas, se encontraron restos en los líquidos cloacales.

“El pase sanitario es una herramienta para evitar los desbordes e impulsar la vacunación. Ahora lo fundamental es el control”, enfatiza y coincide con la decisión tomada en Catamarca respecto de que los no vacunados tendrán una atención diferenciada que implicaría menores coberturas. “Catamarca se hizo cargo de todo. Se gastaron recursos provinciales. Los que no cumplan con el cronograma de vacunación tendrán que hacerse cargo sus obras sociales o seguros”, dijo el gobernador Raúl Jalil.

Estol admite que hay personas que, con todo derecho plantean por qué se las obliga a vacunarse. Para este último caso, lo ilustra con la prohibición de fumar en un avión, en un cine o en un restaurante: “Además de matarse a uno mismo está matando al otro”. Otro ejemplo del que se vale es el de la vacuna contra el sarampión. Si un padre decide no inocular a su h