Así lo reveló un nuevo estudio científico internacional; es porque tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones pulmonares

14 de marzo de 202121:49

Los quirófanos intentan volver a trabajar al ritmo previo a la pandemia AP

Al cumplirse un año de la declaración de la pandemia, los cirujanos y los pacientes miran las esquirlas de lo que quedó en los quirófanos. Cerrados algunos durante las primeras fases de cuarentena estricta, obligados a redoblar desinfecciones y a distanciar pacientes, los quirófanos hoy vuelven a funcionar casi al nivel prepandémico, pero los pacientes todavía enfrentan cuellos de botella ante la necesidad de una cirugía. Quienes padecen de Covid-19, además, tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones pulmonares y morir si tienen que ser operados, por lo que deberían esperar al menos siete semanas antes de someterse a una cirugía, según reveló un nuevo estudio científico internacional, que incluyó a 1900 pacientes argentinos.

La muerte del cirujano Carlos Sereday, jefe de Cirugía Plástica del Hospital del Quemado de Buenos Aires, puso de relieve los riesgos que corrieron los especialistas que trabajan durante horas en un poco metafórico teatro de operaciones. En la ciudad de Buenos Aires, desde marzo de 2020 se contagiaron 167 anestesiólogos y ocho fallecieron, según la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación (Aaarba). En el resto del país, se reportaron 233 casos de anestesiólogos con Covid-19, aunque se estima que hay un subregistro de hasta el 50%. Del otro lado del mostrador, los pacientes que necesitaban una operación enfrentaron verdaderas odiseas para conseguir quirófanos y camas durante las épocas de mayor aislamiento.

“Al principio de la pandemia, estimamos que se iban a cancelar 28 millones de cirugías electivas en el mundo, basándonos en una disrupción hospitalaria durante 12 semanas. Desafortunadamente, en la mayoría de los países la disrupción duró mucho más, debido a brotes y cuarentenas”, reflexiona Dimitri Nepogodiev, de la Universidad de Birmingham, en Gran Bretaña. “Es probable que se hayan cancelado 50 millones de cirugías electivas y quizá la cifra podría superar los 100 millones”, calcula el líder del equipo de investigación COVIDSurg, desde el Reino Unido.

“Las cirugías se han recuperado en febrero a niveles normales. Pero para los pacientes añosos del PAMI todavía hay largas esperas”

Luis Boccalatte, cirujano especializado en cabeza y cuello

En la Argentina, los investigadores del grupo COVIDSurg estimaron que se cancelarían unas 27.000 cirugías por semana durante las primeras 12 semanas de la pandemia, cuando solo se operaban emergencias. Pero las cancelaciones de las cirugías programadas terminaron siendo muchas más. Aunque algunos argentinos aprovecharon la baja de casos durante el verano para entrar al quirófano a reparar rodillas, sacar lunares sospechosos o quistes, todavía hay quienes no se animan a exponerse a una operación sin la protección de una vacuna.

“Las cirugías se han recuperado en febrero a niveles normales –dice Luis Boccalatte, cirujano especializado en cabeza y cuello del Hospital Italiano–. Pero para los pacientes añosos del PAMI todavía hay largas esperas”.

Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, subraya que hubo una enorme retracción de los pacientes cardiológicos durante 2020. “La reducción en las cirugías cardíacas y cateterismos ha sido muy marcada, en torno al 50 o 60 por ciento. Los quirófanos hoy funcionan a pleno, pero todavía los pacientes no vuelven a los niveles prepandémicos. En enero y febrero no se produjo la esperada explosión de cirugías, hay demoras en las autorizaciones de procedimientos por parte de obras sociales y prepagas y tenemos horarios de quirófano libres”, subraya el cardiólogo intervencionista del Instituto Favaloro.

Se estima que en todo el mundo se cancelaron 50 millones de cirugías electivas por la pandemiaArchivo

“En los hospitales públicos siempre hubo listas de espera para operarse, pero ahora hay más cuellos de botella”, agrega Diana Finkel, especialista en Medicina del Dolor y exjefa de Anestesiología del Hospital Ramos Mejía. “Durante seis meses, en los hospitales públicos de Buenos Aires solo se operaron urgencias, algunos pacientes oncológicos y traumas. Ahora vemos una tendencia a abrir los quirófanos, pero las listas de espera aumentaron, además de que no se autorizan ciertos procedimientos quirúrgicos”, comenta.

Recomendaciones

Los 15.000 cirujanos que participan en la Colaboración COVIDSurg miran no solo lo que pasó en el último año, sino también lo que vendrá. ¿Qué ocurrirá con las personas que ya tuvieron Covid-19 y se recuperaron o tienen secuelas de largo plazo? ¿Pueden operarse de sus problemas pendientes ahora que reabrieron los quirófanos? Según un estudio que acaban de publicar en la revista Anaestethia, realizado sobre 140.000 pacientes de 116 países, es conveniente que las personas infectadas esperen siete semanas antes de someterse a una cirugía.

Los pacientes que van a cirugía, descubrieron los investigadores de COVIDSurg, tienen dos veces y media más probabilidades de morir en el posoperatorio si el procedimiento se realiza en las seis semanas siguientes a un diagnóstico positivo a SARS-CoV-2. La probabilidad de morir y las complicaciones pulmonares aumentan entre 3 y 4 por ciento entre el diagnóstico y la semana seis. A partir de la semana siete, la mortalidad baja a menos del 1,5%, que es el mismo nivel que tienen quienes no han tenido Covid. En cuanto a los pacientes con síndrome de “Covid largo” –que padecen fatiga, dificultad para respirar, palpitaciones, confusión mental, problemas de olfato, entre otros síntomas prolongados–, los investigadores señalan que tienen mayor riesgo posoperatorio (6%) que quienes solo padecieron en forma asintomática la enfermedad.

“La recomendación que establece este estudio es muy buena. Habrá que ver si se aplica en la práctica a todas las poblaciones”

Diana Finkel, exjefa de Anestesiología del Hospital Ramos Mejía

Los cirujanos apuntan que es razonable esperar siete semanas para una operación de hernia, de cálculos biliares o, incluso, de cáncer, pero hay cirugías –como las perforaciones de estómago– que son urgentes y se deben realizar incluso en medio de un brote pandémico. “La decisión de posponer una cirugía debe adecuarse a cada paciente, ya que las ventajas de esperar al menos siete semanas deben balancearse con el riesgo”, explica el cirujano Aneel Banghu. “Para algunas cirugías urgentes, como las de tumores avanzados, los cirujanos y los pacientes pueden decidir que los riesgos de esperar no se justifican”, agrega el investigador de la Global Health Research Unit en la Universidad de Birmingham.

Coincide Luis Boccalatte, uno de los líderes del estudio mundial COVIDSurg en la Argentina: “Se puede esperar para operar un cáncer de tiroides, pero no uno de páncreas. Lo mejor para operar es que el paciente no tenga ya ningún síntoma de Covid-19”.

“La recomendación que establece este estudio es muy buena –evalúa la anestesióloga Diana Finkel, quien no participó en el estudio–. Habrá que ver si se aplica en la práctica a todas las poblaciones, pero que los pacientes Covid esperen siete semanas o hasta que no tengan síntomas puede bajar significativamente la mortalidad”.

En cualquier caso, el protocolo general es pedir un test de PCR entre 48 y 72 horas antes de una operación con anestesia general. En procedimientos ambulatorios, que no incluyen internación y se realizan con anestesia local, algunos centros hospitalarios privados hoy no piden un hisopado antes de una cirugía. Utilizar quirófanos diferenciados para pacientes Covid positivos y negativos es una recomendación en todo el mundo, aunque eso no siempre es posible en países con alta circulación viral o bajos recursos sanitarios.

Alejandra Folgarait

La Nación 15 03 21