Hace 30 años comenzaban a recibirse en Rosario los primeros biotecnólogos del país ya que la UNR había creado la primera carrera con este perfil en el territorio nacional.

De esas aulas ya surgieron más de 1.100 profesionales.

Los inicios se remontan a 1989. Los primeros profesores venían a dictar clases desde el exterior y los directores de la carrera pertenecían a Química y Bioquímica, con una estrecha relación con la nueva propuesta.

Con 800 estudiantes activos durante este 2023, Biotecnología es la carrera con mayor cantidad de ingresantes de la facultad de Ciencias Bioquímica y Farmacéuticas, a la que pertenece.

Este miércoles, conmemorando 30 años de las primeras camadas de egresados, y teniendo en cuenta que la llamada “carrera del futuro” es hoy una de las que más potencial tiene en industrias como la agroalimentaria, la bioinformática, la farmacéutica, entre otras, un grupo de profesionales, de los que iniciaron este camino, ofrecerá una charla en la facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, Suipacha 531. El encuentro será de 17 a 19.30 y la entrada es gratuita. La convocatoria ya superó las expectativas, por eso, quienes quieran seguirla en forma virtual pueden anotarse acá.

Entre los expositores está el rosarino Martín Marro, quien construyó una sólida carrera en el exterior en el área farmacéutica.

El panel de expertos está conformado además por Cristian Bittel, Enrique Detarsio, Mariano Bulos, Gustavo Abratti, Andrés Montefeltro, Sebastián Lagorio y Francisco Colombati.

Marro, quien habló con La Capital sobre la carrera, sus experiencias y el prometedor futuro de este campo profesional, es director del Grupo Biotecnología Celular de Tectonic Therapeutic, con sede en Boston, Estados Unidos.

Se recibió de licenciado en Biotecnología en la UNR, y en esa casa de estudios fue docente e investigador.

Hizo su doctorado en el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología en Trieste, Italia. Realizó posdoctorados en distintas universidades de Londres. Allí, en Inglaterra, inició su recorrido profesional en la farmacéutica Novartis para luego instalarse en Estados Unidos. Actualmente es Senior Director en Tentronic Therapeutic, una empresa de biotecnología orientada al descubrimiento de fármacos biológicos que pueden cambiar el curso de distintas enfermedades (algunas de ellas severas) para las que hasta ahora no había demasiadas opciones de terapéuticas.

Marro es un apasionado de este campo de estudios e investigación en el que la Argentina se destaca por la calidad de sus recursos humanos, muchos de los cuales están haciendo historia en el exterior, pero también por el crecimiento de las empresas locales de base biotecnológica que se encuentran entre las que más crecieron en el mundo.

_ Fuiste uno de los primeros biotecnólogos de la ciudad (y del país) ¿Por qué elegiste esta carrera, tan novedosa en aquel momento?

_ Tenía pasión por la química y biología desde la escuela secundaria en el Poli (Instituto Politécnico Superior). Cuando empecé la carrera de Biotecnología (la primera de este tipo en el país) era una licenciatura en Química que tenía dos orientaciones: biotecnología y química orgánica. Yo terminé optando por la primera. Me interesaba la sólida formación de la carrera y en especial la posibilidad de explotar el potencial de la química, la biofísica, la biología molecular y la ingeniería genética, en múltiples aplicaciones. La verdad es que estuve siempre más interesado en la biotecnología aplicada.

_ Cuando eras chico esta carrera no existía, ¿qué decías cuando te preguntaban qué ibas a elegir de grande? Y a su vez, ¿qué encontraste durante el cursado de Biotecnología y cuando te recibiste? Me refiero a aquello que te apasionó pero también a lo que te desafió…

_ Cuando terminé el secundario exploré distintas opciones pero era consciente de que me gustaban la química, la biología y la tecnología. Terminé estudiando biotecnología porque parecía una buena conjunción de todas esas áreas, pero debo confesar que no entendía 100% que podía hacer un biotecnólogo una vez recibido. Sí me intrigaba muchísimo el descubrimiento de drogas de uso terapéutico (fármacos) para el tratamiento de enfermedades. Quizás el hecho de haber tenido ambos padres médicos haya tenido alguna influencia sobre eso. Yo quería saber cuál era el secreto de esos medicamentos que “mágicamente” podrían curar o tratar ciertas enfermedades….

_ ¿Qué implica ser biotecnólogo? ¿Qué cambios sustanciales viste en estos 30 años en cuanto a las incumbencias de tu carrera? 

_Ser biotecnólogo abarca un amplio espectro de posibilidades, desde la agrobiotecnología para la mejora de cultivos, pasando por las aplicaciones en la industria farmacéutica, salud animal y humana, industria alimentaria, mejora de procesos industriales, diagnóstico molecular, entre muchos otros. La biotecnología evolucionó muchísimo en las últimas tres décadas. Además de los nuevos descubrimientos científicos, hay que destacar que las nuevas tecnologías tuvieron un rol fundamental, por ejemplo, los avances en la biología sintética, la revolución en la secuenciación de ácidos nucleicos, el análisis y procesamiento de datos, la automatización de procesos y más recientemente la inteligencia artificial y machine learning (“aprendizaje automático”).

_ ¿Por qué decidiste vivir y continuar tu carrera en EEUU? 

_ No fue algo que busqué. Estaba trabajando como líder de grupo en Novartis Inglaterra. Se produjeron cambios en el departamento donde trabajaba y me ofrecieron la posibilidad de liderar un grupo en la sede de Novartis de Boston (más precisamente Cambridge, Massachusetts) donde estuve 10 años, primero como líder senior de grupo y después como director asociado en el departamento de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Desde fines de 2021 me ofrecieron dirigir el grupo de Biología Celular (ocupando el cargo de Director Senior) de una startup que se llama Tectonic Therapeutic Inc. fundada por dos profesores de Harvard University y cuya misión es el descubrimiento de drogas biológicas (por ejemplo anticuerpos monoclonales y nanoanticuerpos).

_¿Cuáles son las mayores diferencias que observás en la práctica de tu profesión, si comparás a la Argentina con países del primer mundo? 

_ La formación científica en Argentina es muy sólida. Quizás la diferencia más marcada con países del primer mundo que yo observo es el acceso a ciertas tecnologías, equipamiento y fondos para investigación o startups. La agrobiotecnología tiene una presencia importante en la Argentina pero en el caso de la biotecnología aplicada a la industria farmacéutica nuestro país ha tenido un crecimiento más lento que otros. De todos modos se está observando un cambio importante en algunas áreas de salud humana, por ejemplo en la producción de vacunas. Soy optimista y estoy seguro de que el número de empresas dedicadas al descubrimiento de drogas de uso terapéutico aumentará en la próxima década en el país.

_¿Qué le dirías a un chico o chica que decide estudiar Biotecnología? _ 

_ Que le espera un camino apasionante que tiene que ir marcando de a poco. Es talento es importante pero quizás son más importantes la pasión y la capacidad de aprender rápido y adaptarse a los cambios.

_ ¿Y a aquellos que empezaron la carrera pero sienten que es muy difícil o encuentran demasiados obstáculos? 

_ ¡Que no desanimen! No es una carrera fácil pero les va a traer buenos frutos: así que hagan el esfuerzo porque vale la pena. Les sugiero traten de mirarse al espejo y entender qué quieren hacer en los próximos 5/10 años. Que traten de mantener una red viva de contactos y que hablen permanentemente con biotecnólogos más avanzados participando por ejemplo en eventos como el conversatorio de este miércoles en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas. Que insistan de manera incansable en la búsqueda de su pasión porque esta última es la fuerza propulsora más importante en su carrera.

_ Tenés mucha experiencia afuera, pero seguís conectado a la Argentina…

_ Mi experiencia en los últimos 20 años es la biología y farmacología celular aplicada a receptores acoplados a proteína G (del inglés: “G-Protein Coupled Receptors” o “GPCRs”) para el descubrimiento de fármacos (ya sea pequeñas moléculas como drogas biológicas). El descubrimiento de drogas es un proceso lento y arduo que lleva aproximadamente 12 a15 años desde la identificación del target molecular a la aprobación de la droga para uso en pacientes. Y sigo conectado al país a través de eventos como el conversatorio en la facu (lideré la organización de tres de jornadas de este tipo en los últimos 10 años ) como así también la creación de unas tutorías externas en mi facultad. También he sido tutor de estudiantes argentinos, lideré experiencias posdoctorales de estudiantes argentinos en el exterior y tuve colaboraciones con grupos de investigación en Argentina. Por último soy un ex asesor del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación para Programas de Cooperación Internacional con el Reino Unido y Estados Unidos. Amo a mi país y ojalá pueda seguir colaborando mucho en la medida de mis posibilidades.

 

 

Por Florencia O’Keeffe  27 de diciembre 2023- La Capital