La demanda de nuevas habilidades laborales no tiene techo en un momento en el que está cambiando la percepción que tiene el sector privado y el tema ambiental está dejando de ser visto como un problema para convertirse en una variable productiva positiva 

Clarisa Herrera

Hay una enorme transformación en marcha para los negocios y tiene color verde. Resolver la crisis climática, el impacto al ambiente y a las comunidades requiere y requerirá de soluciones innovadoras de parte de muchos actores, entre ellos, las empresas. Sin duda, el talento tiene un rol clave el toda este gran cambio.

El Informe Global de Habilidades Ecológicas lanzado recientemente por LinkedIn, releva datos de 800 millones de miembros y muestra que el espíritu empresarial “verde” está floreciendo en múltiples industrias. Sin embargo, el cambio hacia una economía verde requerirá una transición de talento: las personas necesitan de ciertas habilidades para impulsar a más organizaciones a lograr objetivos climáticos ambiciosos.

El informe arroja que pronto la demanda de este talento superará la oferta: si bien las ofertas de trabajo que requieren habilidades ecológicas crecieron un 8% anual durante los últimos cinco años, la proporción de talento verde ha crecido aproximadamente un 6% anual en el mismo período.

La segunda edición del estudio “La Sostenibilidad en la Agenda del Liderazgo Latinoamericano” de SAP, arrojó que un 38% de las organizaciones argentinas confirma haber incorporado a sus estrategias de sostenibilidad más pilares relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas en los últimos 12 meses; además, 74% de las empresas cuenta con una estrategia de sostenibilidad ya implementada, 23% más respecto de 2021.

“La rentabilidad y la sostenibilidad están en la misma página: ambas pueden llevarse a cabo en simultáneo y tanto los consumidores como los inversores están inclinándose a elegir empresas responsables con el ambiente y con las comunidades en las que operan”, expresa Cristina Palmaka, presidenta de SAP Latinoamérica y el Caribe.

El estudio muestra también que a nivel regional, la “fuerza laboral preparada” es un tópico de relevancia para alcanzar este objetivo para el 45% de los consultados.

“Una economía circular y regenerativa requiere que la sustentabilidad sea transversal a todas las áreas de la compañía. Para que esto suceda necesitamos el compromiso de todo el talento”, indica Vanesa Vázquez, gerenta de Crecimiento Inclusivo y Sustentabilidad de Cervecería y Maltería Quilmes.

La demanda de empleos verdes no se limita a las energías sustentables y atraviesa a todas las industrias

Nueva economía

Los expertos hablan de una “nueva economía” porque ya no alcanza con “sustentabilidad”, concepto que implica un equilibrio y armonía entre las dimensiones económica, social y ambiental. “El daño es tan grande que necesitamos reparar, regenerar biodiversidad y tejido social. Lo que demanda que estudiemos todo de nuevo, porque la formación estaba orientada sólo al fin de lucro, la competencia y el crecimiento ilimitado”, señala Renée Carrelo, consultora estratégica en Sustentabilidad y Nuevas Economías.

La Alianza para la Acción hacia una Economía Verde (PAGE, por sus siglas en inglés) busca apoyar a los esfuerzos nacionales en la transición hacia economías verdes que sean social, económica y ambientalmente sostenibles. Se trata de un trabajo conjunto entre distintos gobiernos y cinco agencias del Sistema de las Naciones Unidas (Medio Ambiente, Desarrollo, Trabajo, Desarrollo Industrial y Formación e Investigación). Joaquín Etorena Hormaeche, es el coordinador nacional de PAGE por parte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y explica que el “empleo verde”, refiere “aquellos trabajos decentes que contribuyen a preservar y restaurar el ambiente, más allá del sector productivo que se trate”.

Por su parte, el concepto de “transición justa” implica que exista un acuerdo tripartito entre trabajadores, empleadores y gobierno, que permita promover el cambio hacia economías y sociedades más sostenibles y más inclusivas. “Cuando se den estas condiciones, este proceso va a generar una ganancia neta de empleos. De hecho, en los próximos 25 años, se podrían generar cerca de 15 millones de empleos nuevos de calidad sólo a nivel regional”, puntualiza.

Para Carrelo, una formación acorde a esta demanda requiere entender el Triple Impacto (económico, social y ambiental) y poder medir los impactos negativos para reducir y mitigar.

En este sentido, los ámbitos de acción de este talento verde implican que Economía Circular (diseño de productos y procesos hacia la carbono neutralidad), Gobernanza (inclusión e involucramiento de trabajadores, comunidades y grupos de interés y una misión de bien común), la búsqueda de proveedores más sustentables y mejorar la participación de mujeres y grupos subrepresentados. También incluir las nuevas formas empresariales de organizaciones híbridas (empresas sociales y nuevas estructuras organizacionales más horizontales).

Juan Martín Sánchez, coordinador de la Diplomatura en Transición Justa y Empleo Verde desde el Diálogo Social de la Untref, indica que este cambio de paradigma va a requerir habilidades como desarrollo de pensamiento sistémico, asimilación de la complejidad ambiental, creatividad e inventiva para el uso de los materiales, comportamientos éticos basados en los principios de sostenibilidad, el manejo y desempeño con nuevos mercados y finanzas verdes.

“Asimismo otras competencias que no eran tan valoradas como el uso eficiente de los recursos, la gestión de la energía, las habilidades interpersonales para el diálogo social, la gestión del agua y residuos o la movilidad sostenible para el transporte y la logística de la cadena de suministros”, asegura el catedrático de la Untref.

Demanda en alza

Maximiliano Schellhas, Director General de Staffing de Randstad Argentina explica que en el primer semestre del año, se duplicaron los requerimientos y consultas sobre “perfiles verdes”.

“Principalmente de empresas multinacionales pero en este último tiempo, también pymes. Desde ingenieros enfocados en ambiente a analistas de calidad, especialistas en construcción sostenible, técnicos en protección ambiental y en economía circular a especialistas en energías renovables pero, a su vez, perfiles con habilidades o estudios humanísticos para atender aspectos ambientales y relacionados a lo social”

En Banco Galicia cuentan con especialistas les permiten ir acompañando el desarrollo nacional e internacional en cuanto a normativas y regulaciones. “Se genera una interacción entre las diferentes áreas para poder desarrollar productos y servicios más verdes, como así también controlar el impacto ambiental de nuestra actividad”, señala Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad de Banco Galicia.

De hecho, la necesidad de empleos ecológicos va mucho más allá de los roles técnicos más duros o consultores de sostenibilidad. “El empleo verde no se circunscribe a las industrias que desarrollan energías renovables o del reciclaje, sino a todas”, explica Sebastián Sirimarco, director del Programa Empleo Verde de la Universidad Austral. En el programa, además del foco en la normativa aplicable y sus efectos jurídicos, hay nociones específicas de educación financiera y tributaria, análisis de políticas públicas y privadas ambientales, mejoramiento de la negociación colectiva y el diálogo social, el acceso con igualdad de oportunidades en el empleo y lugares libres de discriminación. “Lo que es muy importante, en la medición, acreditación y certificación de las acciones verdes conseguidas”, resalta.

Las empresas están designando internamente personas para que asuman distintos roles en Sustentabilidad. “Esas personas demandan formación para entender de qué se trata y cómo llevar su tarea a cabo”, indica Carrelo, quien ofrece desde el Centro de Estudios en Nuevas Economías con Ucema un programa ejecutivo sobre Gestión Estratégica de la Sustentabilidad.

Como dato, la segunda edición del Perfil del Profesional de Sostenibilidad de CapacitaRSE, centro regional de capacitación online ejecutiva, develó que el 35% de las ofertas de empleo asociadas a la sustentabilidad en la región requirieron explícitamente una especialización de posgrado en Sostenibilidad o temas equivalentes, un 10% más respecto de 2020.

Agenda de formación

Los expertos coinciden en que aún la oferta de formación es poca y deficiente. “Si bien hay carreras específicas en este sentido (como por ejemplo Ingeniería Ambiental o Energías Renovables), es importante que todas las formaciones – de todos los niveles educativos – apunten a incentivar la sostenibilidad en sus estudiantes, en cada campo de estudio. Este incentivo no solo tiene que ser teórico, sino otorgarles herramientas concretas. Año tras año, los trabajos ‘verdes’ ofrecen más salidas laborales y están muy bien remunerados”, aclara Carolina Brana, Team Lead, Comunicación Externa & Sustentabilidad para Adecco Argentina y Uruguay.

Para Etorena Hormaeche, la mayor necesidad está en las escuelas técnicas. “Esta modalidad, por un lado, permite una mejor adaptación y articulación con un mundo de trabajo más complejo y tecnológicamente avanzado, y por el otro, disminuye la brechas de aprendizaje, como por ejemplo la formación en sectores clave, al igual que en los sindicatos, cámaras y otros actores sociales”.

Posibilidades de éxito

Los resultados de la Investigación para el desarrollo de herramientas de formación en transición justa y empleo verde realizado desde el Instituto del Mundo del Trabajo IMT-Untref con el auspicio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indagaron sobre presencia / ausencia de los conceptos de Transición Justa y Empleo Verde en carreras universitarias de grado y pregrado de todo el país. Lo que pudieron observar es que los graduados –aún recibiendo algún tipo de formación ambiental– no terminan asumiéndose como actores de los cambios ambientales.

“Sabemos que las posibilidades de éxito de una transición hacia una economía verde están condicionadas a la inversión en capacitación y formación, en consecuencia, hemos propuesto la incorporación de una materia específica transversal y para todas las carreras que aborde los conceptos de la Transición Justa y Empleo Verde”, explica Sánchez.

Las escuelas de negocios están dándole a sus programas un enfoque sustentable. En UADE por ejemplo, existe el posgrado de Gestión Estratégica para el Desarrollo Sustentable. “Marco legal y fiscal, creación de valor de forma sustentable, Responsabilidad Social Empresaria, y uno de los aspectos clave que es la concientización y capacitación de los colaboradores. Todo lo que tenga que ver con la relación con las comunidades y la comunicación de la sustentabilidad forma parte de los puntos más importantes para este nuevo tipo de perfiles”, apunta Hernán Mojoli, coordinador de la Maestría en Dirección de Recursos Humanos y Centro de Emprendedores de UADE.

Para Etorena Hormaeche el tema ambiental ha pasado a ser una variable productiva positiva más que un problema. A este escenario hay que sumarle el crecimiento en importancia del consumo y producción sostenibles que permiten desvincular el crecimiento económico de la degradación ambiental. “Aumenta la eficiencia en el uso de recursos, se promueven estilos de vida sostenibles y generan estándares ambientales que funcionan como puerta de entrada a los mercados de exportación, como opciones para ocupar nichos con mayor valor agregado”.

Schellhas entiende que el desafío es poder pensar y estar a la altura de las expectativas y percepciones de los jóvenes, que son quienes permanentemente interpelan a que las organizaciones tengan un propósito inclusivo, equitativo, con mayor responsabilidad social y medioambiental, que en cada una de las actividades y profesiones “Por todo esto va a ser absolutamente necesaria la incorporación de estos nuevos conocimientos con una visión diferente sobre los negocios, las relaciones, los recursos, los servicios”, concluye.

Clarisa Herrera