Luisa Corradini

PARÍS.– Para hacer frente a la quinta ola de Covid-19 que golpea actualmente a numerosos países europeos, Austria ordenó ayer el confinamiento de quienes no hayan sido vacunados. Una controvertida medida que les valdrá a los contraventores multas de hasta 30.000 euros.

La inédita decisión tiene por objetivo detener el número exorbitante de nuevos casos de contaminación en ese país, que presenta un escaso nivel de vacunación (solo 65% de la población recibió las dos dosis), comparado con el resto de la Unión Europea (67%) y muy lejos de otros países del bloque, como España (79%) o Francia (75%).

“La situación es grave. No tomamos esta decisión con alegría, pero lamentablemente es necesaria”, declaró el primer ministro austriaco, Alexander Schallenberg, en conferencia de prensa en Viena.

Más de 13.000 nuevos casos fueron registrados el sábado en ese país de 9,8 millones de habitantes, la cifra más alta desde que comenzó la pandemia. Resultado: el número de pacientes hospitalizados también aumentó brutalmente. El jueves, la comisión científica que asesora al gobierno lanzó una señal de alarma, asegurando que, a ese ritmo, los servicios de terapia intensiva se verían desbordados alrededor del “24 de noviembre” y pidió “medidas suplementarias inmediatas”.

Concretamente, las personas concernidas no pueden salir de su casa, salvo para hacer compras de primera necesidad, hacer deportes o realizar una visita médica. La medida se aplica a los ciudadanos a partir de los 12 años de edad. Según el gobierno, los controles serán “de una amplitud sin precedente”, para lo cual se crearon patrullas policiales suplementarias.

Europa también endureció sus medidas de control. Convertida en el epicentro de la pandemia: la semana pasada, los diez países que registraron la mayor aceleración de contaminaciones fueron todos europeos. Se trata, sobre todo, de aquellos ubicados en el este y el centro del continente.

Según el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), la situación sanitaria es “muy inquietante” en Bélgica, Polonia, Holanda, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Grecia, Hungría, Austria y Eslovenia. Por esa razón, el conjunto del bloque aumenta las medidas de prevención para tratar de poner freno a la propagación del virus.

Sin ir tan lejos como Austria, el gobierno de Holanda decidió regresar a un confinamiento parcial. El primer ministro, Mark Rutte, anunció el viernes último el retorno a las restricciones sanitarias, provocando la manifestación de centenares de ciudadanos, rápidamente dispersados por las fuerzas del orden. A partir del sábado pasado y durante tres semanas, bares, restaurantes y negocios de primera necesidad cierran a las 20, mientras los comercios no esenciales deben hacerlo a las 18. El teletrabajo, por su parte, volvió a estar a la orden del día.

El jueves pasado, Holanda registró 16.364 nuevos casos en 24 horas, un récord desde diciembre de 2020, aun cuando 82% de los holandeses mayores de 12 años estén completamente vacunados.

Según los especialistas, la razón de esa aceleración de contaminaciones se debe en este caso al abandono de las medidas-barrera: “La gente dejó de usar barbijo y creyó, como sucedió el verano pasado, que todo podía volver a la normalidad. Pues, no es así. No solo es importante un alto nivel de vacunación. También lo son las medidas de protección individuales. Y así será aún por mucho tiempo”, explica el profesor Gilbert Deray.

Alemania también apuesta al retorno masivo del teletrabajo, gracias a un proyecto de ley que debería entrar en vigor a fines de semana. La tasa de infección alcanzó en ese país un nuevo récord el domingo: 289 casos por 100.000 habitantes, mientras que el nivel de vacunación no supera en 67%. De aquí en más, los alemanes también están obligados a presentar su “pase sanitario” para entrar en cualquier establecimiento público (bares, peluquerías, restaurantes, etc.).

En Bélgica es sobre todo la gran cantidad de admisiones hospitalarias lo que inquieta. El número de 500 camas fue superado durante el fin de semana, una cifra que debería llegar a 700 antes de fines de noviembre, según el GEMS, el grupo de expertos que aconseja al gobierno.

Los especialistas solicitan a las autoridades el retorno al teletrabajo obligatorio hasta las vacaciones de Navidad, la presentación del pase sanitario para entrar a cines, teatros y salas de deportes y el cierre de las discotecas por tres o cuatro semanas.

Otros países decidieron introducir por primera vez ese pase sanitario. Después de haber levantado todas las restricciones a fines de septiembre, Noruega regresará a las medidas anti-Covid, excluyendo, sin embargo, toda decisión drástica como el confinamiento. La epidemia aumenta también en ese país de 5,4 millones de habitantes, donde el número de nuevos casos supera los 1500 por día.

A pesar de ser uno de los países menos afectados por esta quinta ola de Covid, Francia también tomó medidas suplementarias. Además de la decisión del presidente Emmanuel Macron de no renovar el pase sanitario a los mayores de 65 años que no hayan recibido la tercera dosis de refuerzo a partir del 15 de diciembre, el gobierno endureció las condiciones de entrada para las personas no vacunadas provenientes de algunos países europeos. Esas nuevas medidas conciernen, sobre todo, a los viajeros provenientes de Alemania, Bélgica, Irlanda, Holanda, Austria y Grecia. Los mayores de 12 años que no puedan justificar un esquema de vacunación completo deberán presentar un test PCR negativo de menos de 24 horas, y no ya de 72 horas.