Alejandro Horvat

Las vacunas desarrolladas para combatir el coronavirus fueron aprobadas para su uso de emergencia en buena parte de la población, y con el correr de los meses los grupos habilitados se fueron ampliando. Sin embargo, todavía hay un grupo que está a la espera: los menores de 18 años.

En algunos casos, la situación es apremiante porque tienen discapacidades que los convierten en grupos vulnerables. Por ahora, para ellos la única vacuna autorizada –y que ya es utilizada en campañas de inmunización de los países que la compraron– es la de Pfizer, que a la Argentina no llegó. ¿Qué sucede con las otras vacunas?

Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio Vacsal de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora principal del Conicet, señala que en el desarrollo de las vacunas primero se hacen los estudios clínicos con los individuos más fuertes, es decir, adultos sanos, para luego empezar a probar las dosis en otros grupos. Por ejemplo, cuando se desarrolla una vacuna para menores de un año, no se prueba la vacuna en esa población en primera instancia.

“Como para toda vacuna, primero se hacen ensayos en fase preclínica; si se obtienen resultados que muestran que el candidato vacunal es seguro e inmunogénico, se pasa a ensayos clínicos en adultos sanos. Luego, se puede analizar en los niños. En el caso de las vacunas contra el coronavirus, teniendo en cuenta los grupos de riesgo, primero se evaluaron en los mayores de 18 años y luego en los más vulnerables, como la población mayor de 60. Ahora, se avanza en la inmunización de embarazadas. Los estudios de fase 3 para todas las vacunas contra el Covid-19 continúan y se están haciendo evaluaciones para ver cómo funcionan en otros grupos poblacionales”, describe Hozbor.

La especialista resalta que los chicos también son vulnerables al virus y pueden propagar la enfermedad, por lo que, cuando llegue el momento, deberán ser inmunizados. “Por ahora solo ha sido autorizada en chicos de 12 a 16 años la vacuna desarrollada por Pfizer con buenos resultados. Una segunda que parece estar próxima a ser autorizada en Estados Unidos para los adolescentes de 12 a 17 años es la vacuna desarrollada por Moderna”, dice.

La semana pasada se conoció la historia de Ramiro Merlo, un adolescente de 15 años con fibrosis quística, una enfermedad pulmonar crónica de alto riesgo, quien, por miedo a contagiarse de coronavirus, casi no sale de su casa en Villa Urquiza desde el inicio de la pandemia. Grabó un video en el que solicita a las autoridades nacionales que destraben la situación con Pfizer para lograr la importación de la vacuna.

Pero por ahora los menores con factores de riesgo no están contemplados dentro del Plan Estratégico de Vacunación contra el Covid-19, que incluye solo a mayores de edad.

consultó al Ministerio de la nacion Salud cuál es la proyección que tienen para estos grupos, sin obtener respuesta.

Avances

Hozbor agrega que Alexander Gintsburg, quien dirige el instituto Gamaleya, donde se creó la Sputnik V, hace unas semanas anunció un desarrollo para niños de 2 a 8 años aplicable como un spray nasal. “Planean lanzar el nuevo producto a partir del 15 de septiembre. Las vacunas de Cuba también están formuladas para ser aplicadas en chicos. Así que, creo, en un tiempo tendremos las inmunizaciones para ese grupo poblacional. En el caso de Pfizer, para los chicos se usa la misma vacuna, pero en una dosis inferior. Es importante que avancen los estudios sobre estas vacunas para que lleguen a los niños en general, pero en particular a aquellos con comorbilidades”.

La semana pasada China aprobó el uso de emergencia de la vacuna Coronavac para menores de entre 3 y 17 años, informó la farmacéutica Sinovac, desarrolladora del fármaco. El presidente del laboratorio, Yin Weidong, fue el responsable de anunciar la noticia, aunque aclaró que “todavía no se decidió cuándo se empezará a utilizar” en la campaña de inmunización masiva.

Martín Stryjewski, jefe de internación del Cemic y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explica que la vacuna de Pfizer sacó ventaja porque es una de las dos existentes –la otra es la de Moderna– que no funciona con virus, ya sea con el SARS-COV-2 inactivado o con un adenovirus no replicativo. Es una vacuna de ARNM que les enseña a las células del cuerpo a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria en el organismo.

“Pfizer hizo un estudio con 2260 pacientes de 12 a 15 años y observaron una efectividad del 100% y vieron que la respuesta de anticuerpos era similar que en los adultos. Ahora se embarcaron en un estudio con niños de entre 6 meses y 11 años, con el objetivo de enrolar 4500 voluntarios. El sistema inmunológico de los chicos genera una respuesta muy marcada frente a los patógenos. Por lo tanto, es probable que una vacuna le dé más fiebre a un chico que a un adulto. Tomando estas consideraciones inmunológicas y el peso de los pacientes pediátricos, Pfizer utilizará una dosis menor en esta población. Moderna también ha comenzado estudios en niños. Se espera que en un futuro cercano muchas otras vacunas que hoy se aplican en la población adulta sean testeadas en chicos”, describe Stryjewski.

Sobre las otras vacunas que se aplican en nuestro país, Stryjewski cita un artículo de la revista científica Nature, en donde señalan que aún no está claro cómo las preocupaciones por los coágulos sanguíneos potencialmente relacionados con las vacunas de Oxford-astrazeneca y Johnson&johnson afectarán los ensayos pediátricos. La Universidad de Oxford, Reino Unido, suspendió una pequeña prueba en niños de 6 a 17 años que comenzó en febrero. Johnson&johnson anunció a principios de abril que iba a empezar a incluir a adolescentes en un ensayo en curso, pero desde entonces detuvo todos sus ensayos mientras se investigan los coágulos.

Leda Guzzi, infectóloga y miembro de la SADI, advierte que es de vital importancia para frenar la pandemia avanzar en los estudios para los menores de 18 años para terminar con la pandemia: “Lo que se ve con la variante delta en el Reino Unido es que está comprometiendo a personas más jóvenes y que estas están siendo un vector importante de la cepa. Va a ser importante vacunarlas para detener la pandemia. Los chicos con comorbilidades deberán ser, sin dudas, los primeros en la fila. Es poco probable que haya problemas con las vacunas que ya tenemos si las usamos en la población pediátrica. Creo que solo habría que tener en cuenta si se suma o se separa a la inoculación de vacunas de virus inactivado, como la triple viral u otras vacunas obligatorias”.