Nueve días después de la cirugía, el menor de 8 años volvió a su hogar; permanecerá aislado porque está inmunosuprimido

Germán de los Santos marcelo manera

ROSARIO.– “Fueron muchísimas las muestras de cariño recibidas”, así graficó Vanesa la emoción de Pablo, su hijo de 8 años, sometido a un trasplante de hígado por un cuadro de hepatitis de origen desconocido que en pocos días le cambió la vida.

Nueve días después de ser sometido a un trasplante de hígado a causa de un cuadro de hepatitis aguda grave y de origen desconocido, Pablo Álvarez, el paciente de ocho años, fue dado de alta ayer al mediodía en una clínica de esta ciudad, en medio de la alegría de sus familiares y amigos.

Emocionada por la pronta recuperación tras el trasplante, Vanesa, la madre del paciente, contó que Pablo recibió muestras de cariño en el posoperatorio que contribuyeron a mejorar su estado anímico. Sus compañeros de la escuela le escribieron una carta al chico, le llegaron dibujos de personas que se acercaban al Sanatorio de Niños y el delantero argentino del Paris Saint-germain,ángel Di María le envió un video.

“Fueron muchísimas las muestras de cariño recibidas”, indicó Vanesa, en la puerta del Sanatorio de Niños, y agregó: “Él me decía que no aguantaba más, que se quería ir a su casa”.

Ayer, Pablo se enteró de que regresaría a su casa en Funes, una localidad vecina a Rosario. Durante la mañana, Alejandro Costaguta, el pediatra hepatólogo que encabezó el equipo que realizó el trasplante de hígado, le informó que le darían el alta.

Griselda Gutiérrez, jefa de terapia intensiva de esa misma institución médica, contó con alegría y emoción que Pablo se encuentra muy bien a nivel clínico.

“Está de muy buen humor y contento de volver a su casa. Es un nene que no la pasó bien, su familia tampoco, por lo que es una alegría para todos”, señaló.

El caso de Pablo Álvarez tuvo una amplia repercusión porque se trató de uno de los primeros casos de hepatitis aguda grave de origen desconocido en la Argentina, luego de que la Organización Mundial de la

Salud (OMS) alertara las últimas semanas de posibles brotes de esta patología sin que se pudiera determinar el origen que afectaba a niños.

Dos días después de ser internado en Funes, el estado de salud de Pablo empeoró. Por ese motivo, fue trasladado del Hospital de Niños Zona Norte al Sanatorio de Niños, donde intervino un equipo de especialistas, que decidieron incluir en el listado de Incucai al paciente. Horas después, los médicos informaron que se había encontrado un donante en la provincia de La Pampa y al otro día se realizó el trasplante.

Rápida mejora

“Lo que sucede es que este tipo de cuadros tan agudos rápidamente empeoran y, asimismo, cuando se reemplaza el órgano que falla, muy rápidamente mejoran”, explicó Costaguta.

Por un tiempo, Pablo estará recuperándose en una habitación en su casa, acompañado por su madre, y solamente podrá recibir la visita de su padre y de su hermana.

Estos cuidados se deben, como argumentó Costaguta, a que por unos meses el paciente va a estar “inmunosuprimido”.

El médico consideró: “Al principio la recuperación es más compleja y requiere cuidados, pero cuando su cuerpo acepte el hígado va a ser todo más sencillo. Al final del primer año solamente va a tomar una medicación y hacer una vida normal”.

Sus familiares señalaron que hasta que el niño se recupere completamente va a tomar clases con una maestra particular, ya que no podrá concurrir al colegio, al que podrá retornar si todo sigue bien después del invierno.