• 6 May 2021
    • José María Costa

    Getty imagesCurevac, la nueva vacuna alemana que está en su etapa final de ensayos

    La noticia de que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, brindará su apoyo a un levantamiento global de las protecciones de patentes para las vacunas contra el Covid-19 a fin de acelerar la producción y distribución de inmunizantes en el mundo fue recibida con alegría en todo el mundo y con gran optimismo en la Argentina, por tratarse de una de la veintena de naciones que tienen la tecnología para poder producir vacunas. Sin embargo, esto llevaría tiempo.

    Consultados por la nacion, diferentes expertos y funcionarios coincidieron en que este anuncio habla muy bien del mandatario de Estados Unidos. “Tiene un pensamiento global. No solo vinculado con Estados Unidos, y la iniciativa hay que aplaudirla”, dijeron.

    Luego explicaron en qué consiste la liberación de patentes y que es un proceso que tiene varios matices en donde se deberán tener en cuenta la “letra chica” y las decisiones que tome cada uno de los grandes laboratorios.

    Detalles

    “La liberación puede darse de diferentes formas y eso es lo que tenemos que esperar a que se conozca bien. Por ejemplo, se puede liberar solo una parte de la producción, o si es todo el proceso y se debe pagar un canon. También podría ser transferencia de tecnología, como está haciendo Sputnik V con Richmond, o lo que hará Sinopharm con Sinergium Biotech”, explicó uno de los expertos que asesoran al Gobierno desde el inicio de la pandemia. Luego agregó: “No sé cuál es la capacidad que tienen los laboratorios argentinos para fabricar toda la vacuna. Por ahí producen solo una parte y, en ese caso, se le vende o cede esa parte de la patente”.

    Según las fuentes consultadas, algunas que formaron parte de carteras sanitarias de gobiernos anteriores, son varias las variables por analizar. “Primero puede ser un consorcio de cooperación para producir en la Argentina e ir recibiendo la fórmula a través del tiempo y cobrar una ganancia por lo que se venda. La segunda es una transferencia de biotecnología. Como hace Sinopharm con Sinergium Biotech o Butantán, en Brasil. La tercera opción es que se produzca localmente en su totalidad y se entreguen parte de las ganancias. Lo importante es que se accede a una tecnología a la que hoy no se podría llegar porque está protegida por las patentes”.

    Quien también se mostró sorprendido por la noticia y la consideró un “hecho simbólico muy importante” fue el exministro de Salud de la Argentina Adolfo Rubinstein. “Es un hecho simbólico muy importante que genera un nuevo paradigma global y que da fuertes señales a las empresas farmacéuticas a las que se les dice que en este contexto de crisis sanitaria global y de emergencia inédita hay que tener otro tipo de actitudes. Que hay que ser más solidarios. Cuándo se plasmará efectivamente esto, no lo sabemos. Pero sí cambiará el paradigma. Hasta ahora, Estados Unidos, que es un país capitalista, hacía este planteo”.

    “Lo mejor sería poder acceder a la transferencia de biotecnología, porque en algún momento el país se terminaría quedando con el conocimiento genuino y profundo sobre cómo fabricar la vacuna desde cero hasta la venta”, analizó Eduardo López, médico infectólogo y jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

    “Tampoco es que haya muchos países que, al liberarse las licencias, puedan agarrarlas y producir vacunas. La Argentina está entre los 15 o 20 países que pueden hoy producir las vacunas. Les llevará un tiempo a las plantas adaptarse. Hay dos en el país. Porque la planta de Richmond aún no está preparada”, dijo López.

    Preparación

    Según el asesor sanitario del Gobierno, “hay que preparar las plantas para el nuevo antígeno que se tiene que producir. No es lo mismo producir antígeno de ARN mensajero que antígenos vectoriales, que antígenos de virus inactivados. Eso lleva un tiempo, inexorable”.

    “Esto permitirá que haya más vacunas y más rápido. Hay países que están preparados para producir vacunas a gran escala en poco tiempo. La India y China, por ejemplo. También Sanofi en Francia podría producir, casi en forma inmediata, la vacuna de Pfizer”, analizó López.

    “Se trata de un buen punto de partida. La Argentina tiene que aprovechar para seguir negociando con los grandes productores de vacunas, ya sea Pfizer o Moderna. Es muy importante porque la producción de vacunas, aun con transferencia tecnológica, que lleva tiempo, es algo estratégico. Esto hace incluso a la biodefensa de un país, porque, si un día los países productores no quisieran vender las vacunas, uno tendría la capacidad de producirla localmente”.

    En tanto, la Cancillería también celebró la noticia.

    “La Argentina recibe con alegría el respaldo del gobierno de Joe Biden a la suspensión de las patentes de las vacunas contra el Covid”, escribió Felipe Solá ayer en su cuenta en Twitter sobre la decisión que implicó un giro de 180 grados en la postura que venía sosteniendo el gobierno estadounidense en relación con la iniciativa impulsada por la India y Sudáfrica en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio, a la que se sumaron la mayoría de los países de bajos y medianos ingresos, entre ellos la Argentina.