16 de abril de 2022

Pablo Ortega

Alicia Caballero: “Hay gente que es excelente para el ciclo de investigación y tiene una gran vocación para eso. Las universidades deben respetar y dar espacio para que se desarrollen. Pero quizás hay otros a quienes sí les puede interesar transformar parte de su conocimiento en una empresa. Y, de hecho, los fondos de capital de riesgo están en busca de ese tipo de empresas hoy, de base tecnológica y ciencias de la vida”

El vínculo entre la investigación científica y académica y la demanda del sector productivo no siempre tiene la fluidez que se necesitaría para hacer frente a realidades concretas. Para contribuir a ese aporte y unir los dos mundos, la Universidad Católica Argentina acaba de presentar una nueva unidad, UCA Tec, que se propone construir puentes entre el conocimiento que produce la casa de estudios en sus distintas facultades y la sociedad.

“El objetivo es acercar la producción de conocimiento que genera la universidad a las empresas, para salir del modelo de investigador que escribe papers y nada más”, afirma Alicia Caballero, directora de la flamante unidad de la UCA y exdecana de la Facultad de Ciencias Económicas, entre otros cargos dentro de su larga trayectoria en la institución.

“Desde el punto de vista macro, acercar el conocimiento al mundo de la producción es un puente indispensable para la competitividad, que viene de la innovación. Es el conocimiento lo que desplaza la frontera de una economía”, explica y agrega: “Por un lado, están los beneficios micro que recibe una empresa por incorporar conocimiento de frontera; y por el otro, el beneficio macro para la economía desde el punto de vista de la competitividad, si esto se hace a gran escala”.

El surgimiento de UCA Tec se enmarca en la ley 23.877 sancionada en la década del 90, que habilitó la creación de las unidades de vinculación tecnológica para la identificación de proyectos de investigación y desarrollo y su transmisión al sector productivo, explica la directora. Con ese aval, varias casas de estudios –la primera, la Universidad de Buenos Aires- armaron sus divisiones. “La UCA, que tiene mucha investigación en ingeniería, medicina, biología, no tenía un órgano de transferencia de este conocimiento. Desde la escuela de negocios empezamos a estudiar el tema y en agosto de 2020 el Ministerio de ciencia y tecnología nos reconoció como unidad de vinculación tecnológica”, relata Caballero.

La unidad atraviesa transversalmente la generación de investigación de todas las facultades y apunta a rescatar el valor del conocimiento interdisciplinario, destaca la directora. “Este órgano abreva en las distintas facultades y centros de investigación para poder generar soluciones a problemas que las empresas o la sociedad misma pueden tener”, dice. Y amplía el concepto: “Creo que las universidades en general no se pueden limitar a diagnosticar cosas; tienen que estar usando la inteligencia y el conocimiento para encontrar soluciones. El diagnóstico es la primera parte de una buena solución, pero la segunda parte es traer a la mesa soluciones concretas. La riqueza pasa hoy por el conocimiento y por la solución de los problemas, que siempre se recrean. Luego de cada solución se plantea un nuevo problema”.

Dentro de su estructura, la unidad de la universidad contará con una dirección de vinculación y transferencia, encargada de identificar la investigación relevante en el seno de las distintas universidades y construir el mencionado puente con el aparato productivo. La investigación aplicada será una de las áreas de trabajo de esa dirección.

Por otro lado, también tendrá un laboratorio de sostenibilidad, otro campo donde hoy cobra una gran importancia el conocimiento interdisciplinario, destaca Caballero. “Abarca lo ambiental, la producción sostenible y la economía circular, con la reutilización de materiales”, describe.

El objetivo en materia de sostenibilidad es desarrollar métricas nuevas en relación a temas medioambientales y abordar también las finanzas sostenibles. “Aprender finanzas en la Argentina es como saber nadar. Se trata de llevar conocimientos financieros y ayudar a que pequeños microemprendimientos puedan ser sustentables, porque muchas veces arrancan endeudándose y no salen más”, apunta la directora.

El laboratorio de sostenibilidad abarcará además problemáticas de desarrollo económico, porque los conflictos ambientales –como la contaminación del agua, por ejemplo- afectan a lo social, agrega. “Hay muchos aspectos donde las disciplinas se van cruzando”, repite.

La universidad aprovechará su cercanía a economías regionales a través de las sedes del interior para abordar problemas específicos y lograr una mirada más amplia. En Rosario, las investigaciones están concentradas en biomateriales y desarrollos ligados al agro, y en Mendoza hay investigadores trabajando en un desarrollo de polvo de vino en este momento, cuenta Caballero. Ese tipo de research es el que pondrá a disposición para las empresas.

“No descartamos el surgimiento de empresas de base tecnológica a partir de lo que están haciendo los investigadores”, señala la catedrática, pero aclara que no todos los científicos tienen vocación emprendedora y está bien que así sea. “Hay gente que es excelente para el ciclo de investigación y tiene una gran vocación para eso. Las universidades deben respetar y dar espacio para que se desarrollen. Pero quizás hay otros a quienes sí les puede interesar transformar parte de su conocimiento en una empresa. Y, de hecho, los fondos de capital de riesgo están en busca de ese tipo de empresas hoy, de base tecnológica y ciencias de la vida”, afirma.

UCA Tec está trabajando ya en el marco de la ley de economía del conocimiento, acompañando a empresas en el proceso de presentación para aplicar a los beneficios impositivos de la ley. Y apunta a desarrollar el concepto de innovación abierta, un ejercicio al que apelan cada vez más firmas en el mundo desarrollado para solucionar problemas puntuales. “Para las empresas, esto es algo muy beneficioso, porque no tienen internalizada la estructura de I+D y cuentan con la certeza de que la solución que se propondrá luego de ese proceso es realmente original, de punta. Ya estamos poniendo a disposición este servicio”, adelanta Caballero.

La meta de fondo, subraya, es valorizar y poner al servicio de la sociedad la riqueza del conocimiento que genera la universidad para resolver problemas y salir del diagnóstico. “Es la demanda hoy”, concluye.