Fue el primero en completar el esquema. Hay preocupación en el sector ante una nueva ola porque sigue habiendo contagios.

Florencia O’Keeffe

Miércoles 11 de Agosto de 2021 La Capital

Entre los integrantes de los equipos de salud de Santa Fe comenzó a crecer la preocupación en torno a la necesidad de una tercera dosis de vacuna contra el Covid a las puertas de una nueva ola de la pandemia, impulsada por la variante Delta, 120% más transmisible que la cepa original.

Si bien los números muestran que los contagios bajaron drásticamente en este grupo desde que se vacunó a la mayoría (fue uno de los sectores más afectados durante la primera ola) sigue habiendo personal sanitario infectado, aun con las dos dosis. Casi todos son casos con síntomas leves.

Los casos graves son pocos, señalan desde el sector, aunque “en los dos últimos meses hubo fallecidos entre los médicos”, reconocieron desde una agrupación de profesionales con sede en Rosario.

Según pudo conocer La Capital, autoridades de distintas entidades médicas del sector público y privado de la provincia están analizando el tema por estas horas y buscando evidencia científica sobre los beneficios de una tercera dosis de vacuna contra el Sars Cov 2 y el momento propicio para aplicarla. Cuando tengan esa información documentada avanzarían en un pedido formal a las autoridades sanitarias. Y eso puede ocurrir la semana próxima. La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, reconoció en las últimas horas que un “refuerzo siempre estuvo presente” como posibilidad y que de decidirse por esa opción los primeros serán “el personal de salud y las personas con comorbilidades”.

Los integrantes de los equipos de salud fueron los primeros en completar el esquema. Se los consideró prioritarios en la campaña de vacunación contra el Covid (en Argentina y en el mundo) por ser los más expuestos. De hecho, durante el inicio de la primera ola constituían el grupo con mayor cantidad de contagios y un número alto de fallecidos.

Las cosas cambiaron rotundamente a partir de que fueron inoculados (en Rosario comenzaron a recibir la primera dosis en diciembre de 2020) y para marzo de este año la mayoría de los que estaban en la primera línea de riesgo ya contaba con el esquema completo. Además, a diferencia de lo que ocurrió en los primeros meses de la pandemia de Covid, se tomaron muchas más medidas de protección personal y grupal en el sector.

En este momento representan el 2,3% de los contagiados en Rosario (en febrero se ubicaron en el 3,7%, y cuando no había vacunas y el virus recién empezaba a hacer estragos llegaron a ser más del 30% de los infectados con consecuencias severas en la salud de muchos médicos, enfermeros, camilleros, administrativos).

De aquellos meses terribles quedan marcas imborrables, por eso están alerta y siguen de cerca lo que ocurre en otros lugares del mundo a partir del impacto de nuevas variantes que hacen perder capacidad de protección a las vacunas.

Ayer, el médico cardiólogo Mario Fitz Maurice, jefe de arritmias del Hospital Rivadavia de Buenos Aires, comentó en su cuenta de Twitter: “Varios colegas ya vacunados tienen Covid, no sabemos si es Delta, pero me parece que debería pensarse en una tercera dosis para el personal de salud de primera línea que esté vacunado con el esquema completo hace más de seis meses. Hay que pensarlo”.

El comentario fue en virtud de estudios preliminares hechos en Israel que muestran que es beneficioso colocar una tercera dosis (en ese caso las investigaciones se hicieron con Pfizer) en mayores de 60 años. En dicho país avanzan con esa opción aún cuando por el momento la OMS no recomienda una tercera dosis.

Una necesidad latente   

La ex ministra de Salud de Santa Fe, Andrea Uboldi, infectóloga, una referente en el tema vacunas y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones señaló a este diario que en el avance de la pandemia “inicialmente hubo mucha expectativa por la llegada de las vacunas, luego por acceder a esas vacunas, después a la primera dosis y ahora por completar el esquema de dos dosis”. En ese marco, agregó que “se empieza a poner la atención también en la duración de la protección que estas vacunas representan ya que algunos individuos en distintos lugares del mundo llevan 8 meses vacunados y se puede pensar que, como siempre ocurre, haya una caída natural de las defensas y por eso la posibilidad de un refuerzo”.

La especialista se preguntó: “¿Será anual ese refuerzo, será un único, para todos o para algunos?”. Al respecto señaló que hay posiciones controvertidas desde lo bioético, sobre todo, porque hay países desarrollados que inocularon con esquema completo a más del 60% de su población y que tienen como principal problema que hay parte de esa población que se resiste a las vacunas; hay otros que recién comenzaron las campañas de vacunación y otros están en el medio. De ahí que la OMS insista en que desde el punto de vista solidario y mirando a los países más pobres con menos cantidad de vacunas sería muy importante que se vacune a la mayor cantidad de gente posible con primeras dosis antes de avanzar con terceras dosis, aún cuando eso sea posible para algunos pocos”. Además, al tratarse de una pandemia, la necesidad de que la cobertura sea mundial es indispensable para intentar poner un freno al virus.

Israel, Uruguay y Estados Unidos están iniciando sus refuerzos de terceras dosis. “En el caso de la Comisión Europea dejó que cada uno de los países miembros administren o no un refuerzo”.

En los laboratorios que desarrollan las vacunas se está evaluando si una tercera dosis provoca mayores efectos adversos y cómo se elevan o no los anticuerpos para tener ya listos los estudios que demuestren las ventajas de este refuerzo. Uboldi mencionó que “este refuerzo no se piensa para todos, sino particularmente para los que tienen mayor exposición como integrantes de los equipos de salud y otros grupos más vulnerables”.

En Argentina, dijo la ex ministra nos queda “un largo camino” antes de pensar en una tercera dosis ya que falta “terminar agosto con el esquema de dos dosis para la población con comorbilidades, avanzar con la población sana para que se llegue al mayor número posible de vacunados y completar la campaña con los chicos de 12 a 17 con condiciones priorizadas”.

“Para pensar en una tercera dosis habrá que analizar, en el ámbito de los expertos, ventajas y desventajas de esta posibilidad”, apuntó.