Pannett y D. Diamond

Mientras los gobiernos de todo el mundo se apresuran a cerrar sus fronteras con países del sur de África para protegerse contra la nueva variante de coronavirus (Israel ayer las cerró por completo), los expertos señalan que la prohibición de los viajes podría haber llegado demasiado tarde, ya que se han detectado casos en lugares tan remotos como Asia y Australia. La variante, conocida como ómicron, tiene una elevada cantidad de mutaciones que podrían hacerla más contagiosa.

Fue identificada por científicos en Sudáfrica, donde según los primeros datos se estaría propagando más rápidamente que la variante hoy en día dominante, conocida como delta. Varios países, incluido Estados Unidos, restringieron los vuelos desde el sur africano, mientras los epidemiólogos trabajan para determinar hasta dónde ha llegado efectivamente la nueva variante.

“Cuando tuvimos suficiente información como para instaurar una prohibición de viajes, ya se nos había escapado la tortuga, por decirlo de alguna manera”, dice Nicole A. Errett, profesora en la Universidad de Washington e investigadora de emergencias de salud pública. “Ómicron ya fue detectada en otros continentes. En teoría, una prohibición de viajes podría ayudar a ganar un poco de tiempo al reducir la propagación de nuevos casos, pero estamos hablando de días a semanas”, agrega Errett.

Los casos confirmados y sospechosos de Covid-19 causados por la nueva variante han sido detectados en países de diversas regiones, como Gran Bretaña, Bélgica, Botswana, Alemania, Italia, Hong Kong, Israel y República Checa. La mayoría de los casos detectados fuera de África parecen involucrar a personas que habían viajado a ese continente.

Anteayer, las autoridades sanitarias neerlandesas informaron que en los Países Bajos aterrizaron dos aviones provenientes de Sudáfrica con unos 600 pasajeros a bordo, de los cuales 61 tendrían coronavirus, incluidos algunos casos que presuntamente serían de la nueva variante ómicron.

Autoridades sanitarias de Australia confirmaron ayer que dos pasajeros con destino a Sídney, completamente vacunados y asintomáticos, resultaron positivos de la nueva variante. Los pasajeros se encontraban entre las 14 personas arribadas del sur de África el sábado a la noche en un vuelo proveniente de Doha, Qatar. Los 260 pasajeros que viajaban en el avión son considerados contactos estrechos y deben hacer autocuarentena. Australia anunció la suspensión de los viajes a nueve países del sur de África por dos semanas.

“Esto demuestra a las claras que la pandemia no terminó”, dijo Dominic Perrottet, ministro de Gobierno de Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sídney. “Lo que pueden hacer el gobierno local y el federal es muy limitado: esta variante entrará al país, es inevitable”.

Lecciones

La aparición de una cepa nueva y potencialmente más peligrosa obliga a preguntarse si las autoridades aprendieron la lección de estos últimos dos años y si se han preparado para la llegada de “variantes de preocupación”, que podrían eludir la protección de las vacunas.

En Gran Bretaña, el exdirector del panel gubernamental de vacunación acusó a las autoridades del país de carecer de un plan preventivo para el surgimiento de variantes resistentes a las vacunas. Clive Dix, que presidió el grupo de trabajo hasta abril de este año, le dijo al semanario The Observer del diario The Guardian que había escrito “una propuesta muy detallada sobre lo que debería implementarse ahora mismo ante la emergencia de cualquier nuevo virus que eluda las vacunas”, y agrega que todavía no ha visto ninguna señal de que se esté avanzando con su propuesta.

Europa está sumida en un rebrote cada vez más mortífero de la supercontagiosa variante delta, que llevó a los funcionarios de algunos países a recurrir a medidas utilizadas en los primeros días de la pandemia, como las cuarentenas.