Hasta hace pocos años, la microbiota intestinal era poco más que un reservorio

de gérmenes que potencialmente podrían provocar enfermedades cuando la barrera del intestino no lograba mantenerlos confinados. En contraste con esto, Louis Pasteur escribió en 1885 que los animales no podrían sobrevivir si se les privara completamente de los “microorganismos comunes”.  Los experimentos con animales libres de gérmenes, desarrollados durante los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, demostraron que la colonización microbiana en los animales es imprescindible para un crecimiento y desarrollo armónicos. Estas observaciones, ignoradas por la ciencia durante décadas, han cambiado radicalmente en los últimos años con la caracterización del microbioma humano, secuela científica de la publicación de los primeros borradores del genoma humano del 2001 en las prestigiosas revistas Nature y Science y que supuso un hito en la historia de la biomedicina. Leer más…